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Uno de los ex policías usó la plata para tratamiento de fertilidad:

Las razones de quienes prestaron sus cuentas para desviar los fondos

domingo, 28 de mayo de 2017


Reportajes
El Mercurio




Llevaban un tiempo casados, pero el entonces capitán de Carabineros Víctor Escobar Rodríguez y su esposa no habían podido concretar uno de sus anhelos: tener hijos.

Ese trance familiar fue clave, según Escobar, para que él terminase enredado en la telaraña del fraude.

Como otros ex policías implicados, el hoy capitán (r) prestó su cuenta corriente para que la organización criminal depositara temporalmente una parte del dinero sustraído a la institución.

A cambio de ese "favor", Escobar, quien actualmente se encuentra en prisión preventiva, recibió una comisión. Con esa plata, pudo financiar un tratamiento de fertilización y su señora, finalmente, quedó encinta.

Quien lo contactó para pedirle que facilitara su cuenta bancaria habría sido el capitán Francisco Estrada (hoy retirado y detenido), a quien había conocido cursando un magíster.

Abogada: "Tienen participación residual"

Como Escobar, quienes prestaron sus cuentas para la "máquina" esgrimen distintas razones cuando se les pregunta por su conducta.

Sus abogados, en todo caso, hacen hincapié en que son actores secundarios dentro de la trama. Que han cooperado con la investigación. Que están arrepentidos. Y que en ningún caso se les puede comparar con los cabecillas. Vale decir con los oficiales que montaron la asociación ilícita, conocían sus entresijos y la hicieron funcionar por años.

Entre esos defensores se cuentan Alejandro Peña y Vinko Fodich. Quienes, aparte de Escobar, representan a otros dos oficiales (r) que admiten haber recibido comisiones acotadas a cambio de facilitar sus cuentas: Mauricio Saldaña y David Vega.

También enarbola esos argumentos la abogada Bárbara Salinas, quien junto a su colega Yerko Polanco, defiende a los comandantes (r) Claudio Venegas, Patricio Morales y Ramiro Martínez: "Todos ellos han tenido una participación residual, eran reemplazables. No forman parte de la asociación ilícita. Para ser miembros, deben saber que existe. Y ellos no lo sabían. Tampoco se ha acreditado que lavaran activos".

Encierro solitario

Igual que Escobar, el comandante (r) Saldaña alude a razones familiares para intentar explicar el porqué de su implicancia en los hechos: urgencias económicas derivadas del cáncer de su señora y de una hija pequeña.

El oficial en retiro asegura que su colega Robinson Carvajal, como un gesto de reciprocidad por haberlo ayudado a organizar colectas, le pidió que prestara su cuenta a cambio de la comisión. En su entorno, sostienen que su familia lo apoya y que la fe religiosa lo ha ayudado a sobrellevar la actual situación.

Vega, en tanto, argumenta que se allanó a facilitar su cuenta, pues se lo propuso el comandante (r) Héctor Nail. Como vive en Temuco, recibe pocas visitas, lo que ha impactado en su ánimo.

Negocios a pique

En el caso de los comandantes (r) Venegas, Morales y Martínez, detrás de la decisión de facilitar las cuentas habría una misma razón, según su entorno: la tentación por la "plata fácil".

Hoy, que enfrentan los cargos de la fiscalía, los tres están arrepentidos. Por el impacto puertas adentro de sus familias, pero también porque los negocios con que se sustentaban se fueron a pique.

Mártinez y Morales son socios en una empresa de seguridad que está virtualmente quebrada, debido a la pérdida de clientes. El negocio de Venegas afronta igualmente un momento complejo. Su abogada Bárbara Salinas lo resume así: "Ya no tienen su fuente de trabajo".

Dineros de viudas

En círculos de inteligencia se afirma que la organización reclutaba cuentacorrentistas entre oficiales activos o retirados que tuviesen un perfil vulnerable, sea por personalidad o urgencias económicas.

Con las cuentas a su disposición para desviar los fondos, la red ponía en funcionamiento un complejo sistema que consideraba, por ejemplo, "engañar" a un software de Carabineros para que las pérdidas no fuesen detectadas.

Así, se ha determinado que oficiales ya retirados seguían apareciendo un tiempo como activos en las planillas, lo que permitía "bicicletear" con esos fondos, sin que los sistemas informáticos lo "notaran".

También echaban mano a los montepíos de las de las viudas de los carabineros: cuando ellas fallecían, los montos continuaban "pagándose", nuevamente sin que el software encendiera las alertas.

Los mismos antecedentes señalan que había a lo menos nueve tipos de pagos que no debían cursarse y que los sistemas computacionales eran incapaces de percibir.

La "eficiencia" del coronel (r) Paz

El avance de las indagaciones ha permitido, además, tener mayor claridad sobre el papel de quienes, según la fiscalía, jugaron roles claves en el fraude, entre ellos, el coronel (r) Jaime Patricio Paz.

Su aparición en la trama causó sorpresa en el alto mando de Carabineros, pues se lo consideraba un oficial muy ágil, además de "simpático". Su habilidad pasaba por conseguir en solo horas o días, recursos necesarios para el trabajo policial cotidiano, como vestuario, munición o celulares. "Era un solucionador de problemas", resumen quienes lo conocieron en ese rol.

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