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Miembro del Carnegie Endowment for International Peace, uno de los think tanks más influyentes del mundo

Moisés Naím: "Vamos a ver si en estas elecciones se rompe la capacidad histórica de los chilenos para reconocer a los populistas y no votar por ellos"

domingo, 28 de mayo de 2017

María Soledad Vial
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Desde Washington y a días de que arribe a Chile a un seminario de BTG Pactual, el también ex ministro venezolano habla del momento político que viven Chile y Latinoamérica, y advierte: "Dentro del firmamento de la política chilena está muy claro que hay candidatos y grupos políticos que hacen promesas incumplibles".



Corea del Norte y sus ambiciones nucleares, también Medio Oriente, Rusia y Turquía. Son las latitudes que más desvelan a quienes siguen el ritmo del mundo desde Estados Unidos, en Washington más específicamente, donde nuestro entrevistado se mueve en los círculos más influyentes del poder.

De esos riesgos políticos, de la situación económica global y, en definitiva, del poder hablará en unos días, cuando aterrice en Chile, el ex ministro y escritor venezolano Moisés Naím, quien entre el 7 y el 8 de junio participará en la V CEO Conference, un encuentro de negocios que organiza BTG Pactual y que reúne a inversionistas de todo el mundo. En esta estadía, Naím aprovechará para palpar el momento político ad portas de las elecciones, que el influyente analista considera "críticas" para demostrar "la capacidad histórica de los chilenos de reconocer a los populistas y no votar por ellos".

Como miembro del Carnegie Endowment for International Peace, uno de los think tanks más influyentes del mundo, Naím es un observador privilegiado de las fuerzas que hoy mueven al mundo. La que más lo inquieta es la que tiene más cerca: la inestabilidad que Donald Trump ha instalado en Estados Unidos, tras llegar a la Casa Blanca, y las consecuencias que esto podría acarrear al mundo.

"Está perdiendo apoyo popular -nos dice desde Washington-, pero lo más importante es que los miembros de su propio partido están empezando a tener dudas respecto a sus políticas, a sus conductas, a la sostenibilidad de su gobierno. Es insostenible que cada día aparezca algo que desestabilice, que preocupe. Cuando no es Rusia, es el presupuesto, sus conflictos de interés".

-Pero su campaña no fue muy distinta. Trump tampoco tuvo el apoyo de su propio partido. ¿Cree que ahora sus votantes duros podrían cambiar de opinión?

"Sus votantes son círculos concéntricos. Un núcleo duro, que está con él independiente de lo que pasa. Los que votaron por él porque no querían a Clinton, y ahora se están preguntando. Y hay otros más tenues. Muchas de las políticas y decisiones que está tomando van a afectar negativamente a quienes votaron por él, y eso va a tener repercusiones. Con el presupuesto que propone, la reforma sanitaria, muchos de sus votantes van a descubrir que ya no tendrán algunos beneficios que hoy sí tenían. Su promesa de que iba a crear empleos nuevos no se va a cumplir, habrá una acumulación de promesas incumplidas. Y mucho más inminente es si a los propios senadores y diputados republicanos les conviene para su futuro político asociarse con él".

-¿Cree que se irá profundizando este camino?

"La frecuencia de revelaciones que están saliendo es tal, que nadie sabe si mañana aparecerá algo realmente amenazante para su estadía en el poder. Si eso no pasa, la gente ya está pensando que en las elecciones de congresistas en dos años, los republicanos pueden perder la mayoría que le da un cierto blindaje a Trump. Los congresistas están encontrando un ambiente muy agresivo en sus circunscripciones, muy fuerte. Eso se puede exacerbar".

-En una columna reciente usted advierte del peligro de que un "enemigo externo" sirva para acallar el frente interno, como ya ha pasado. ¿Lo ve posible?

"Hay gran preocupación de que ocurra de manera accidental, un accidente que pueda terminar escalando, porque el gobierno no ha sido capaz de llenar más de 400 cargos de altísimo nivel que siguen vacantes. No hay quién esté a cargo de aspectos álgidos".

Chile: "Hay gran perplejidad de cómo un país que había mostrado solidez en tantos ámbitos, muestre ahora tanta fragilidad"

-Entrando en tierra más cercana y con todos los últimos acontecimientos, ¿cómo se ve América Latina desde allá?

"América Latina ha entrado en una nueva era con la disminución en los precios de los commodities. Habrá más dificultades económicas, hay bajos índices de popularidad en sus Presidentes y ha terminado la coexistencia pacífica con la corrupción. La gente está saliendo a las calles desde México a Argentina. El caso Odebrecht ha sido muy importante y es una película que no ha terminado; seguirá dándonos sorpresas" (ver recuadro).

-En este escenario, ¿sigue siendo Chile una "estrella", como usted lo llamó hace un tiempo?

"Ya esa estrella ha disminuido. Está mejor que la región, pero hay gran perplejidad de cómo un país que había mostrado solidez en tantos ámbitos, muestra ahora tanta fragilidad".

-¿Qué importancia le asigna a esta elección presidencial?

"Es crítica, porque hay la esperanza de que sea un cambio de timón, porque ciertamente hace falta darle nueva energía, vitalidad, no solo a la economía, sino que al entusiasmo por el país, que ha venido menguando".

-En ese sentido, ¿ve con más interés una victoria de Piñera, aunque las condiciones para un nuevo gobierno suyo son hoy muy diferentes al anterior?

"Una victoria de Piñera sería vista de manera positiva entre los grupos de inversionistas y Wall Street. Sin embargo, parten de que Chile no va a dar sorpresas respecto al modelo que ha tenido vigencia hasta ahora. Chile ha dado muestras de continuidad y seriedad de su política económica".

-¿A qué atribuyen la fragilidad que señala? ¿Cómo se mira este periodo presidencial, que ha impulsado reformas profundas a este modelo?

"Siempre simpaticé y estuve de acuerdo con las reformas que permitieran enfrentar la desigualdad en Chile, que modernizaran la educación, la parte fiscal. Las promesas electorales de la Presidenta Bachelet gozaban de mi simpatía. Sin embargo, después me desilusioné, al ver los errores de implementación. Chile siempre ha tenido una tradición de gran competencia en el manejo de la economía, y aquí vimos errores inesperados. Supongo que la principal frustrada es la propia Presidenta Bachelet, porque llegó con una plataforma electoral y promesas legítimas, y ha tenido enormes dificultades para convertirlas en realidad".

-¿Cuáles son, a su juicio, los principales riesgos en estas próximas elecciones?

"Chile demostró en el pasado ser más resistente que sus vecinos al populismo, en momentos en que América Latina y el resto del mundo enfrentan esta ola de populismo. Vamos a ver si en estas elecciones se rompe la capacidad histórica de los chilenos para reconocer a los populistas, y no votar por ellos. Dentro del firmamento de la política chilena está muy claro que hay candidatos y grupos políticos que hacen promesas incumplibles".

-¿A quién se refiere? ¿Al nuevo polo de izquierda, el Frente Amplio, que ha surgido como un Podemos español? ¿Qué fuerza electoral le anticipa?

"Vamos a ver. Las próximas elecciones son una prueba importante de si los chilenos confirman que son capaces de reconocer y rechazar promesas que son claramente incumplibles, que suenan bien, pero terminan mal".

-¿Lo ve efectivamente como un símil de "Podemos" y del camino político que este ha seguido en España?

"No, cada quien tiene su especificidad. Podemos sale de una experiencia muy específica, como las protestas de los indignados, de lo que ha pasado con los partidos de izquierda español. Es una historia diferente a la historia de la centroizquierda e izquierda en Chile".

-El mapa político chileno ha sufrido una transformación profunda. ¿Cómo se ve de lejos el ocaso de una coalición socialdemócrata que dio gobernabilidad tantos años?

"Se ve como parte de las convulsiones que están sacudiendo a todos los países en el mundo. Hay una fatiga de votantes de los políticos y partidos de siempre. En muchos países estamos encontrando estos movimientos ad hoc . Muchos de ellos son simplemente maquinarias electorales que aprovechan los vacíos, la debilidad de los candidatos y de los partidos tradicionales".

¿Chile sigue siendo estrella? "Esa estrella ha disminuido. Está mejor que la región, pero hay gran perplejidad de cómo un país que había mostrado solidez en tantos ámbitos, muestra ahora tanta fragilidad"."Las próximas elecciones son una prueba importante de si los chilenos confirman que son capaces de reconocer y rechazar promesas que son claramente incumplibles, que suenan bien, pero terminan mal"."Las promesas electorales de la Presidenta Bachelet gozaban de mi simpatía. Sin embargo, después me desilusioné, al ver los errores de implementación. Chile siempre ha tenido una tradición de gran competencia en el manejo de la economía, y aquí vimos errores inesperados".

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