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jane Lubchenco

domingo, 28 de mayo de 2017

POR Ana Callejas
Conservacionistas
El Mercurio

sta bióloga marina estadounidense fue la primera mujer en dirigir la National Oceanic and Atmospheric Administration, y ha aportado al debate sobre cambio climático y contaminación en los mares acercando el trabajo científico a las personas.



"La 'Mujer biónica' de la buena ciencia". El senador Ron Wyden presentó así a Jane Lubchenco cuando ella acudió a la audiencia del Senado estadounidense que debía analizar su designación a cargo de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA). Este trascendental puesto (fue la primera mujer en lograrlo) era el punto cúlmine de una carrera que partió en 1975, cuando ella recibió su doctorado en biología marina en la prestigiosa Universidad de Harvard.

Nacida en Denver, Colorado, en 1947, Jane era la mayor de seis hermanos, en un hogar donde las ciencias siempre fueron un asunto importante. Con un padre cirujano y una mamá pediatra, usualmente tuvo sensibilidad hacia las materias que tenían que ver con la biología o la química, pero en lugar de encerrarse en lo meramente "académico", Jane pronto fue mostrando su interés por acercar el conocimiento científico a las personas. Mientras perfeccionaba sus estudios en zoología y vida marina, Jane comprendió que estos eran temas que para la mayor parte de sus compatriotas parecían otro idioma. Y eso le preocupaba. A medida que su reputación -e influencia- crecía, primero como profesora en Harvard y luego, en Oregon State University, también lo hacía su vocación como divulgadora. Por eso, no es raro que en 1997 canalizara esa experiencia en un nuevo objetivo: promover una comunicación efectiva entre los científicos y la sociedad.

En su discurso de ese año como presidenta de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia dijo que había que firmar un nuevo "contrato social" en la comunidad científica, que los obligara no solo a crear conocimiento, sino que también a compartir esos hallazgos más allá de los científicos. Para ello, creó organizaciones que incentivaron a los investigadores a ser mejores comunicadores: tanto el Programa de Liderazgo Aldo Leopold como COMPASS entrenan a los científicos para que divulguen sus investigaciones de manera más efectiva a través de los medios y las personas mismas.
En 2007, Jane Lubchenco, consciente del debate en torno al calentamiento global, trabajó en otra organización enfocada esta vez en comunicar este tema: así cofundó Climate Central, entidad sin fines de lucro que intenta que toda la ciencia que analiza este fenómeno sea comprensible y útil para el público.

Con ese bagaje, al año siguiente emprendería su mayor tarea: convertida en una eminencia científica y conocida como la persona que construía puentes entre la comunidad de investigadores y las personas a través de ONGs, conferencias, publicaciones y directorios de organismos como Pew Oceans Commission, Joint Oceans Commission, Aspen Institute Arctic Commission y Council of Advisors para Google Ocean, el ex Presidente Barack Obama la convocó para integrar su Dream Team de científicos durante su primer mandato. Así fue como Jane llegó a encabezar la NOAA, principal oficina científica de Estados Unidos que vela por los temas ambientales y oceánicos.

Ya alejada del cargo, en 2013, durante una charla frente a estudiantes de Harvard, evaluaría esa experiencia. "Operar en Washington DC es mucho más difícil de lo que debería ser. Es agotador, es frustrante y a veces es deprimente. Dicho eso, aún así siempre es posible generar cambios". Y algo debe haber logrado. Eso explica algunos de los reconocimientos personales que ha obtenido, desde la beca Genius de la Fundación MacArthur al Premio Príncipe Alberto II de Mónaco en 2013, además del Tyler Prize en 2015, considerado el Nobel de las ciencias ambientales.

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