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Santiago 2023 apunta a una austeridad presupuestaria difícil de cumplir

miércoles, 26 de abril de 2017

Rebeca Ampa
Deportes
El Mercurio

Los antecedentes de Guadalajara 2011 (US$ 1.340 millones de inversión) y Toronto 2015 (US$ 2.245 millones) hacen palidecer los US$ 500 millones comprometidos para la cita chilena.



L uego de la resaca que dejó la inesperada designación de Santiago como sede de los Juegos Panamericanos de 2023, que recién se oficializaría en octubre próximo en Lima -pese a que hoy la Odepa celebra el último día de su asamblea en Punta del Este-, se abre la interrogante de si el presupuesto de US$ 500 millones que se calcula demandará su organización será suficiente para cumplir con los estándares de un evento de esa magnitud.

El gobierno del ex Presidente Sebastián Piñera hizo una fuerte inversión (US$ 50 millones) para llevar a cabo los Juegos Odesur en 2014: se construyeron recintos como el Velódromo de Peñalolén, el Centro Acuático del Nacional y se renovó la pista atlética del mismo recinto. Pero estos necesitarán remodelarse debido a que habrá pasado casi una década desde su construcción; además de ampliarse, como ya se anunció.

Y eso no será suficiente. Los Panamericanos requerirán complejas obras, como la edificación de la villa en Cerrillos, erigir un gimnasio principal, una cancha de hockey césped, un court central para el tenis y una nueva piscina para los clavados y nado sincronizado, que estarían ubicados preliminarmente en el interior del coloso ñuñoíno. También es inherente a unos Juegos de esta naturaleza instalar un MPC -o centro de prensa- con altísimos estándares tecnológicos para que los canales con derechos de TV y periodistas acreditados puedan cumplir cabalmente sus funciones.

Un punto clave que hasta ahora no se ha tratado, debido a la súbita automarginación de Buenos Aires, es la fuerte inversión que exigirán las obras viales que toda ciudad anfitriona de los Panamericanos debe adecuar. A la ya clásica línea amarilla, que es una pista exclusiva de las avenidas por donde transitarán los vehículos de las delegaciones de los 41 países participantes, se suma la probable ampliación de algunas calles. Además, se debe llegar a un acuerdo de uso con las concesionarias de las autopistas, hacer mejoras en el metro y en el aeropuerto, debido a que durante las casi tres semanas que durarán los Juegos se incrementará entre 250 mil y 500 mil personas el flujo de turistas, como sucedió con Toronto 2015 y Guadalajara 2011, respectivamente.

Altos costos

Justamente, en la cita canadiense el gasto alcanzó los US$ 2.245 millones, que fue financiado un 35% por el gobierno central, 35 % por la provincia de Ontario, 20% por el gobierno municipal y 10 % por ingresos propios, según datos de Forbes. Fue una cifra que superó su presupuesto inicial de US$ 1.343 millones, convirtiéndolos -hasta la fecha- en los Panamericanos más caros de la historia.

En tanto, para la cita mexicana se destinaron US$ 1.340 millones, que los tuvo hasta cuatro años después endeudados, pese a que el sector privado aportó con el 70%. "Todavía estamos resolviendo los pendientes de las deudas de los Juegos Panamericanos. Ustedes saben de aquel crédito para pagar a proveedores... Tengo el problema todavía de la inversión de las villa porque hubo mala planificación...", dijo en 2015 el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval.

Los antecedentes, entonces, son demoledores. Habrá que ver si finalmente Santiago se libra de los tan temidos sobrecostos que hagan disparar su, por ahora, austero presupuesto.

500
 mil turistas llegaron a Guadalajara para presenciar los Panamericanos en 2011. Y 250 mil a Toronto. 

37
patrocinadores tuvo la cita canadiense, siendo la más exitosa en ese aspecto al facturar US$ 169 millones. 

380
millones de televidentes en toda América vieron los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015

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