lunes, 17 de abril de 2017
P.T.
El Mercurio
En 1996, junto a Linda Rottenberg, Kellner delineó lo que más tarde se convertiría en una red proemprendimiento, con presencia en 23 países. Mañana liderará una gala organizada por la agrupación en el MAC.
"Cuando Peter Kellner piensa en Endeavor, su cabeza automáticamente se remonta a Chile. Fue en 1996 cuando de visita en el país, este egresado de Princeton decidió cofundar -junto a Linda Rottenberg- desde Sudamérica la organización proemprendimiento, que hoy cuenta con operaciones en 23 países. "Cuando llegué, Chile había surgido como una democracia estable, estaba bien administrado económicamente en comparación con otros países de la región, compartía una zona horaria con Nueva York y había, además, un sentimiento muy fuerte de cambio. Una sensación de impulso desde donde se podía lanzar Endeavor. No tardé mucho en enamorarme de la gente, la cultura y el alto potencial de la nación", recuerda desde EE.UU., a horas de viajar a Santiago para encabezar la primera gala de la organización en Chile, que se desarrollará mañana martes en el MAC. De sus primeros años en el país, Kellner aún recuerda el buen recibimiento que tuvo en la casa del ex ministro del Presidente Aylwin, Carlos Hurtado, quien junto a su familia lo acogió y lo ayudó a generar sus primeras conexiones. Entre sus memorias, quizás la más relevante de todas es la que guarda de su primer acercamiento con Rodrigo Jordan, quien se transformaría en un actor clave para el crecimiento de Endeavor. Recuerda que un día, aquejado por lo complejo que le resultaba reunirse con líderes empresariales, se encontró con un artículo de prensa que hablaba del "icónico alpinista Rodrigo Jordan". Sin mucho que perder, decidió llamar a su oficina para concertar una cita. "Él me dijo "voy a ser tu primer emprendedor de Endeavor y te presentaré a todas las personas que debes conocer". Él era y es increíble, y Endeavor no existiría sin esa reunión", recalca Kellner. Más de 20 años han pasado de ese primer encuentro y hoy la red cuenta con oficinas en EE.UU. y en países desarrollados como Japón. Kellner participa de tres directorios del organismo, incluido el mundial. Junto con eso, se ha dedicado a gestionar Richmond Global, su firma de capital de riesgo que cuenta con oficinas en Nueva York y Silicon Valley, a través de la que también invierte en emprendimientos latinoamericanos. "Mi proyecto más reciente es un fondo centrado en la sostenibilidad, que invierta en activos públicos en todo el mundo. El planeta se enfrenta a una enorme crisis ambiental, y no tenemos mucho tiempo para actuar", afirma. -Considerando su relación de 21 años con emprendedores y empresarios en Chile, ¿cómo ve el ecosistema hoy? ¿Qué es lo que le resulta más interesante? "Es un país desarrollado en un continente en desarrollo. Chile debe liderar la innovación en la región si quiere mantener una influencia regional y global. Hoy en día, Chile está clasificado como un país de altos ingresos y es considerado uno de los países más estables y prósperos de Sudamérica: es competitivo, tiene libertad económica y posee bajos niveles de corrupción". "Dicho eso, entiendo que ha habido varios ciclos políticos desde que estuve en 1996, algunos que favorecen el capitalismo más que otros. Sería un error para Chile retroceder hacia una economía de tipo planificado. Chile debe dar el ejemplo". -Una de las características del ecosistema local es el fuerte apoyo estatal a los emprendedores. ¿Qué tan bueno es eso? "Si el apoyo gubernamental es puramente habilitante -sin ataduras- y sin ser exagerado, puede ser útil para un ecosistema empresarial. Si el Estado se vuelve parasitario a cambio de subsidios o apoyo, eso no es bienvenido. El Estado debe simplemente apoyar a los emprendedores y la mejor manera de hacerlo es quitarse del camino y fomentar regulaciones que sean lo más amigables posible con las empresas". -¿Qué políticas públicas cree que se pueden desarrollar para apoyar a los emprendedores? "Hay cimientos básicos que deben estar en su lugar. Las leyes laborales deben ser muy flexibles (se debe ser capaz de contratar y despedir a empleados tantas veces como el emprendedor y la compañía lo necesiten para crecer)". "La regulación también debe permitir la incorporación inmediata de nuevas empresas, tal como se puede hacer en Estados Unidos, y lo mismo corre para la disolución de una empresa. Debería haber incentivos fiscales para invertir en compañías en etapa inicial, como los que se encuentran en la Ley de Empleo de EE.UU.". "Es importante destacar que los políticos deben fomentar el establecimiento de una sociedad emprendedora (...). La innovación es evolución. Evolucionar o morir". -¿Cuáles cree que son los principales obstáculos que existen en economías como la chilena, para promover el emprendimiento? "Los reglamentos deben favorecer la creación y disolución de empresas, leyes laborales flexibles, impuestos favorables (tasas más bajas) para que los inversionistas asuman riesgos en las empresas en etapa inicial, leyes que permitan a los empresarios emitir acciones y opciones a sus empleados, así como un mercado saludable de venture debt , que en realidad no existe en muchos países como Chile. -¿Cómo cree que los cambios que vive el planeta (Trump, Brexit, etc.) pueden afectar el mundo del emprendimiento? "Creo firmemente que el espíritu empresarial solo será mínimamente afectado por el Presidente Trump, el Brexit o la creciente oleada de nacionalismo a nivel mundial. Los empresarios saben cómo superar cualquier fuerza contraria: trabajan en torno a ella y está en su propia naturaleza seguir adelante para enfrentar los obstáculos. El Presidente Trump también ha establecido un Consejo de Innovación. Estoy interesado en ver cómo funciona eso". "Sería un error para Chile retroceder hacia una economía de tipo planificado. El país debe dar el ejemplo".
