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Dr. Erick Zagal,

"El suelo cumple un rol fundamental ante el cambio climático"

jueves, 30 de marzo de 2017


Ediciones Especiales
El Mercurio

Investigación demostró por primera vez a nivel global que la dinámica del carbono del suelo y su almacenamiento en praderas naturales, están controlados por una interacción de variables climáticas y geológicas.



"Globalmente, los suelos almacenan mucho más de tres veces carbono (C) que lo que encontramos en la vegetación sobre el suelo o la atmósfera. Por ello, son el principal reservorio de materia orgánica en ecosistemas terrestres, y sus propiedades químicas, físicas y biológicas determinan lo vulnerable que es este carbono de ser transformado por procesos de descomposición microbianos, a CO2 y metano (CH4), escapando a la atmósfera como gases de efecto invernadero, y así contribuir al calentamiento global", señala el Dr. Erick Zagal, del Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción.

Explica que la materia orgánica en los suelos puede ser también recalcitrante (muy estable), química y físicamente protegida de la descomposición. Sin embargo, así como los suelos pueden ser una fuente de carbono a la atmósfera, estos también pueden constituir un sumidero de este, a través de procesos de captura o ingreso desde la atmósfera al suelo.

Este flujo anual, que significa fijación de CO2 por las plantas (fotosíntesis) y su entrada al suelo vía raíces o material vegetal que cae a la superficie, además de la acción de descomposición microbiana, por sí solo excede en seis o más veces a las emisiones de CO2 a la atmósfera producto de las actividades realizadas por el ser humano.

"Aunque no necesariamente todo este flujo de carbono al suelo permanezca en el tiempo allí sin volver a la atmósfera, sí revela la importancia que este tiene y el rol que puede jugar en un clima que está cambiando. Revela también la necesidad de mejorar nuestro conocimiento acerca de los mecanismos que estabilizan el carbono del suelo de manera de entender que efectivamente este constituya un sumidero y no una fuente de CO2 al ambiente".

En este contexto, explica, el Departamento de Suelos y Recursos Naturales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Concepción lleva casi ocho años investigando esta área de las Ciencias del Suelo tan compleja y de interés global.

En particular menciona el estudio Fondecyt que lideró hasta 2016: "¿Los patrones de flujo de CO2 a la atmósfera realmente cambian en el marco de cambio climático?: Encontrando una respuesta a través del entendimiento de la sensibilidad a la temperatura de la descomposición de la materia orgánica del suelo", que también contó con la participación de los coinvestigadores Cristina Muñoz (U. de Concepción), Manuel Casanova (U. de Chile), Sebastián Doetterl y Pascal Boeckx (U. de Gante).

Para entender estos mecanismos y patrones se propuso utilizar el gradiente natural climático y geológico que ofrece Chile desde el Norte al Sur, en un verdadero laboratorio natural.

CONTROVERSIA CIENTÍFICA

Aparte de desarrollar técnicas de mediciones de gases de efecto invernadero desde la agricultura y agroforestería y su cuantificación, los objetivos del estudio han apuntado a responder una controversia a nivel de la comunidad científica internacional que postula que los reservorios más recalcitrantes son más sensibles a incrementos de la temperatura. "Lo que podría significar que un cambio modesto en la velocidad de descomposición de la materia orgánica del suelo, podría causar una retroalimentación positiva (más CO2 a la atmósfera) muy significativa al cambio climático".

"Los resultados más relevantes y que han sido publicados recientemente en Nature Geoscience, permiten demostrar, por primera vez a nivel global, que la acción conjunta de factores climáticos y geológicos controlan el almacenamiento de carbono del suelo y su renovación, debiendo ser considerados para una robusta predicción en los actuales y futuros escenarios de cambio climático, mejorando los pronósticos actuales, que utilizan especialmente variables climáticas".

El clima y la geología son cruciales en la predicción del estado actual y del futuro desarrollo del reservorio de carbono del suelo (soil C stock). Por tanto, "su parametrización e inclusión en modelos globales terrestres (Earth Systems Models) contribuirá a robustecer la predicción en cuanto a la liberación y/o secuestro del carbono del suelo", señala.

"La importancia de entender los mecanismos que pudieran generar más liberación de CO2 en estos ecosistemas es vital en el desarrollo de políticas nacionales de mitigación de gases de efecto invernadero (NAMA). Actualmente, Chile, en un trabajo conjunto de INIA y la Universidad de Concepción, desarrolla una NAMA agrícola basada en la captura de carbono y con el objetivo de incentivar a los agricultores en la aplicación de prácticas que contribuyan a mitigar la liberación de carbono del suelo".

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