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Un proyecto de ley apunta a ampliar su incorporación en el mundo laboral en Chile:

Los impensados beneficios de contratar a personas con discapacidad intelectual

jueves, 30 de marzo de 2017

Paula Leighton N.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

La inclusión no solo favorece al nuevo trabajador; empresas que ya la tienen como política han descubierto que el ambiente de trabajo mejora y los equipos se fortalecen.



"Para nosotros es una alegría verlo. Él unifica al equipo, echa sus tallas, es parte de nosotros; y cuando no está, lo echamos de menos", dice Matías Rimmelin, jefe de Bodega en la casa matriz de la cadena de artículos escolares Dimeiggs.

Rimmelin se refiere a Mario García, trabajador con discapacidad intelectual que hace dos años se desempeña como asistente de bodega en la empresa.

Alejandro Sepúlveda, gerente de Negocios, y Jorge Bahamondes, subgerente de Recursos Humanos de Dimeiggs, agregan cualidades: "Es súper atento, siempre saluda con una sonrisa, con un gesto puede hacer que te cambie el día". "Fue emocionante ver su cara de felicidad cuando el jefe de otra área lo llevó al estadio. Las relaciones se vuelven cercanas, como de familia".

Experiencias como estas se replican en decenas de empresas chilenas que han incorporado en forma exitosa a su planta a trabajadores con discapacidades intelectuales o cognitivas, una situación que se hará cada vez más común una vez que se apruebe el proyecto de ley que incentiva la inclusión laboral de personas con discapacidad y que la semana pasada fue aprobado por la Cámara de Diputados.

Un puente vital

"Para nosotros ha sido la experiencia más gratificante y enriquecedora que hemos tenido como compañía", sentencia Gabriela Villanueva, gerenta de Recursos Humanos de Grupo Alto, donde trabajan como asistentes administrativos un joven con síndrome de Down y otro con discapacidad cognitiva y física. "Cuando ves los esfuerzos que ellos hacen, aprendes a valorar otras cosas. Nos ha ayudado a cuidarnos más entre nosotros y nuestras relaciones humanas".

María José López, directora ejecutiva de la Fundación ConTrabajo -que ha apoyado la inserción laboral de Mario y otra veintena de trabajadores con discapacidad cognitiva en empresas de distintos rubros-, sabe que además de lo que el nuevo trabajador gana en autonomía y sentido de vida, "pasa algo muy profundo con las demás personas en la empresa: se fortalecen los equipos, aparecen muchos talentos y sensibilidades de los trabajadores que hasta ese momento eran desconocidos. La gente empieza a sentir que su propia vulnerabilidad puede ser reconocida y acogida. En síntesis, se producen una humanización de las relaciones y un mayor compromiso con la empresa".

Pero para lograrlo "no basta la buena voluntad. Se necesita un trabajo sistemático, que requiere conocimiento técnico y mucha presencia", agrega.

Las organizaciones y trabajadores que lo han conseguido han contado casi sin excepción con el apoyo de fundaciones que, como esta, promueven el modelo de "Empleo con Apoyo", ampliamente validado en países como España y EE.UU.

"Este es un enfoque que no es asistencialista ni paternalista. No se centra en la discapacidad de la persona, sino en sus talentos y habilidades únicas, considerándolo como cualquier otro trabajador, con las exigencias que requiere el cargo y reconociendo el tremendo aporte que puede hacer", sintetiza María José Escudero, directora ejecutiva de la Fundación Ronda.

El Empleo con Apoyo tiene como pilar al facilitador o preparador laboral, quien actúa como puente entre el trabajador con discapacidad y la empresa. Su rol incluye "determinar el perfil laboral del trabajador, analizar puestos de trabajo en las empresas, entrenar y sensibilizar a los compañeros de labores y al nuevo trabajador, adaptar tareas y funciones que lo requieran, establecer rutinas y atender las necesidades e incertidumbres que vayan surgiendo a lo largo del camino", describe Evelyn Contreras, directora técnica de Avanza, fundación de Inclusión Socio-Laboral, en Viña del Mar.

"Los organismos públicos civiles y militares y las empresas privadas con 100 o más trabajadores, deberán tener al menos 1% de trabajadores con discapacidad o que reciban pensión de invalidez".

Proyecto de ley que incentiva la inclusión laboral

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