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Las razones de Cecilia Morel:

"Nos estamos jugando el futuro del país, más allá de costos personales"

domingo, 26 de marzo de 2017


Reportajes
El Mercurio

"Aportar lo mejor de mí en esta etapa" es la decisión de la ex Primera Dama. Además de abordar los temas de tercera edad, participará en las giras y en toda la campaña, convencida de "el imperativo ético de que no podemos aceptar que se mantenga este clima político y social".



-Ud. estaba disfrutando la vida familiar tras cuatro años intensos junto a su marido en La Moneda. ¿Cómo enfrenta la perspectiva de ahora repetir esa experiencia? ¿No sentía que ya había cumplido con la tarea?

-En la vida se cumplen ciclos, y sentí que mi paso por La Moneda fue eso, un proceso que comenzó en 2010 y se cerró en marzo de 2014, y quedé con la sensación de misión cumplida. Fue una etapa muy enriquecedora, el trabajo más motivador que he tenido, una oportunidad única que nos dieron los chilenos, que agradezco infinitamente, lo que acrecentó el amor y compromiso por mi país. De hecho, seguí comprometida con la promoción de los hábitos saludables, con la Fundación Chile Vive Sano. Los más desfavorecidos, los más ignorados o invisibilizados han sido y son mi mayor motivación en mi vocación social.

"Por lo demás, con un marido político siempre he seguido de cerca el acontecer nacional. Me importa, me afecta lo que pase en nuestra convivencia y desarrollo".

"Sin embargo, la realidad de Chile dijo otra cosa, y la vocación pública de Sebastián fue más fuerte, por lo que estoy abierta a aportar lo mejor de mí en esta nueva etapa".

-El año pasado, a raíz del caso Exalmar, por primera vez los miembros de la familia pasaron a ser también objeto de crítica política. ¿No la hizo eso más reticente a la idea de que él volviera a la política?

-Por supuesto que como madre uno quiere proteger a sus hijos siempre. Fuera del dolor, impotencia y sensación de injusticia, también se despiertan sentimientos encontrados. Por un lado, intentar alejarse de todo y mantenernos en nuestro ámbito privado y familiar, y por otro, el imperativo ético de que no podemos aceptar que se mantenga este clima político y social. Ha sido triste ver cómo algunos transforman a los adversarios políticos en enemigos a destruir. Es muy violento sentir tanta odiosidad, pero ese sentimiento daña más al que lo siente que al que va dirigido. Esto tenemos que cambiarlo, y es parte de lo que me mueve a involucrarme totalmente en esta campaña.

-Justamente, ¿por qué, además de no oponerse, decidió jugar un rol protagónico?

-Siento que estamos en un punto de inflexión, nos estamos jugando el futuro de nuestro país. Más allá de los costos personales y familiares, el daño de seguir por un rumbo que creo firmemente que no conduce a engrandecer al país ni a generar más y mejores oportunidades, agravado con estas desconfianzas y odiosidades, es mucho mayor. Chile tiene demasiadas oportunidades que no podemos tirar por la borda. El Estado no se puede apoderar de la creatividad, del esfuerzo, de la capacidad de emprender de los chilenos, ni menos de ciertos espacios de su libertad.

-¿Cuál va a ser su papel? Se ha señalado que ahora asumirá los temas de tercera edad. Pero, además, ¿tendrá agenda de campaña?

-Si bien siempre he tenido mi propia agenda de trabajo, en esta ocasión quisiera acompañar más a Sebastián. En la primera campaña teníamos que multiplicarnos para darlo a conocer a él y las ideas que representa, pero hoy ya todos lo conocen.

"En esta oportunidad buscaré relevar la tercera edad, pero dentro de un concepto mayor, que es el envejecimiento de la población, un cambio demográfico que nos plantea grandes desafíos. La tercera edad es uno de los temas más importantes del Chile del siglo XXI. Es fundamental cambiar el enfoque asistencialista y caritativo hacia uno que integre a los adultos mayores, promueva su participación en todos los ámbitos y aproveche su valioso aporte. Se requiere un cambio cultural que transforme la imagen actual de la vejez de ser una carga social y una etapa marcada por enfermedades, limitaciones y pérdidas a otra de valoración. Es lo que se denomina envejecimiento positivo, saludable y activo.

-Con su capacidad de comunicación, ¿cómo convencería de la importancia de esta elección a los que dicen: "no me interesan las elecciones, porque yo igual tendré que seguir levantándome todos los días a trabajar"?

-Lo primero que diría es que la felicidad y realización de los seres humanos no radica solo en la satisfacción de nuestras necesidades del ámbito privado. Somos parte de una comunidad, y eso significa involucrarse en la consecución de un bien común.

"Por lo mismo, es importante ser protagonista en la elección de nuestras autoridades: impacta directamente en la vida cotidiana, en temas como la calidad y oportunidades de más trabajo, mejores salarios, más seguridades, cómo es la educación para nuestros hijos, las soluciones en salud, entre tantos temas".

-Ud. bromeó en su discurso en la Quinta Normal, destacando las capacidades de su marido, pero también diciendo que él puede agotar a quienes lo rodean. A estas alturas, ¿qué cosas de él ya renunció a reformar?

-No descontextualicemos. Cuando dije "agotar", me refería a que cuesta seguirle el ritmo. Nunca he sentido que mi rol es reformarlo, aunque a veces caiga en la tentación que todos tenemos de cambiar al otro. En estos 43 años de matrimonio hemos aprendido que la clave justamente es aceptarse, sabiendo que es un proceso que nunca termina. Sebastián tiene muchas características personales que enriquecen nuestra vida. Su humor, su optimismo, su energía y seguridad para mí son muy importantes. Su capacidad de decisión y resolución. Que amanezca cantando, que no sea exigente en los aspectos más domésticos de la casa, que en todo sea tan sencillo.

-¿Y cuán distinto es el Piñera de hoy de aquel que llegó a La Moneda en 2010?

-La identidad, la esencia de una persona, no cambian, y menos a esta altura de la vida. Pero siempre hay aprendizajes. El aporte de los demás es algo que hoy valora mucho más. También está más reflexivo, más tranquilo, más humilde y más consciente de sus fragilidades y su necesidad de los otros.

-Para muchos, el gran activo que Cecilia Morel aporta es su capacidad de empatizar y comunicarse afectivamente con la gente. ¿Por qué cree que a él le cuesta lograr ese contacto humano que a usted parece fluirle mucho más naturalmente?-Son estilos diferentes, y cada uno toca distintas fibras. Nos complementamos. Por algo más de la mitad de Chile lo eligió Presidente, terminando su gobierno con una muy buena aprobación y hoy encabeza indiscutidamente las preferencias ciudadanas. Las personas valoran las capacidades y liderazgo de quien postula a dirigir los destinos de nuestro país; sin esas condiciones, ninguna persona puede suplir al propio candidato.

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