Para muchos, los koalas tienen una vida soñada: duermen casi todo el día, salvo cuando comen. Ni siquiera necesitan tomar agua, porque la obtienen de su único alimento, las hojas. Sin embargo, los efectos del cambio climático en su hábitat los ha obligado a buscar agua lejos de los árboles y sus hojas, las que se están secando. Esto llevó a investigadores de la Universidad de Sidney, en Australia, a iniciar un estudio a largo plazo, que indagará en el impacto que tendría el agua en las poblaciones de koalas, y sus beneficios potenciales. Incluso han instalado bebederos especiales solo para ellos.