Trabajadores de la construcción: 60% ahorra, 53% usa WhatsApp y 33% es dueño de su vivienda
lunes, 20 de marzo de 2017
María de los Ángeles Pattillo
Capital Humano
El Mercurio
El aumento de las remuneraciones promedio, que llegan a casi $600 mil, explicaría el mayor acceso a la tecnología y la capacidad de ahorro.
El perfil de los trabajadores de la construcción ha cambiado fuerte en los últimos años, lo que ha ido de la mano del aumento de sus ingresos. En el sondeo 2011-2012 que realizó la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) a 3.816 personas, la remuneración bruta de los ocupados en esta actividad estaba en $324 mil, cifra que creció en la última medición 2015-2016 a casi $600 mil, considerando casi 4.800 personas. "Esto significó mayor capacidad de ahorro y mejor acceso a la tecnología, entre otras cosas", destaca el vicepresidente de la entidad gremial, José Ignacio Amenábar. Si en la encuesta previa un tercio de los de los trabajadores indicó que podía ahorrar mensualmente, en el reciente estudio la cifra subió a 60%. Al mismo tiempo, en la encuesta 2015-2016, el 33% dijo que era propietario de su vivienda, mientras que el 53% señaló tener celular con acceso a internet, 47% contar con correo electrónico, 46% ocupar Facebook y 53% WhatsApp (ver infografía). En la CChC están dando los primeros pasos para aprovechar estas plataformas. Por ejemplo, crearon una página de Facebook orientada a los trabajadores, donde dan a conocer los programas sociales y los distintos beneficios que entrega el Estado. "La mayor conectividad podría ser un gran aliado, por ejemplo, generando sistemas para que la gente reporte en línea condiciones que crean inseguras", señala Amenábar. El 61% se cambiaría de industria El progreso en la carrera -desde jornal, maestro, capataz y hasta supervisor- y, al mismo tiempo, la opción de generar emprendimientos propios, son los factores que explican que el 42% de los encuestados siempre haya estado en el mismo rubro y que el 97% crea que ocuparse en esta actividad es un aporte para su desarrollo personal, sostiene Amenábar. De todas formas, si bien el 96% dice que le gusta estar en el rubro, 61% se cambiaría. "Pese a todos los adelantos, sigue siendo duro el oficio, por lo que algunos terminan buscando otros horizontes. Esto es una pérdida, pues existe un 'saber hacer' que es difícil de reponer", advierte. Para evitar que se genere este escenario, en la CChC han impulsado programas sociales que buscan mejorar la calidad de vida y oportunidades de los trabajadores y sus familias. Para 2017 hay disponibles más de 20 programas, lo que implica una inversión de US$ 19 millones. "Una persona con sus problemáticas básicas mejor resueltas y con mayor formación es alguien probablemente más contento y motivado, que puede aportar mejor al desarrollo de la industria", concluye Amenábar.
