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Mayores obras ya concluyeron, y solo restan detalles menores:

A siete años del 27-F, Base Naval de Talcahuano completó su reconstrucción

martes, 28 de febrero de 2017

SEBASTIÁN HENRÍQUEZ
Nacional
El Mercurio




El primer crucero que llegó a Talcahuano después de que el tsunami de 2010 arrasara a la ciudad, el puerto y la base naval de la Marina, echó el ancla en la bahía a seis años y medio de la catástrofe. Para la zona, el hecho se vivió como un hito en el proceso de reconstrucción que siguió al desastre. El alcalde, el intendente del Biobío y varios directores de servicios públicos esperaron a los turistas en el muelle. Se entregaron bolsas con souvenirs, y hasta un grupo local de folclore bailó un pie de cueca.

A pesar de la buena disposición de los lugareños, la mayor cantidad de descensos fue de tripulantes más que de pasajeros. La recalada duró menos de tres horas, brevísima para los tiempos que se acostumbran en esta industria.

Y es que el arribo del crucero tenía otro destino: el dique seco de los Astilleros de la Armada, Asmar, donde fue sometido a reparaciones. Una misión impensable poco antes, cuando el recinto estaba cumpliendo los encargos que se acumularon mientras terminaba de reparar los daños que le dejó el sismo 8,8° Richter y las sucesivas olas.

La reparación del astillero, que costó casi US$ 100 millones, se desarrolló en paralelo a las obras para rehabilitar la base que hospeda a la cabeza de la Segunda Zona Naval.

Fue una tarea difícil. Porque no solo se trató de volver a levantar la base, sino aprovechar la oportunidad para modernizarla y dejarla mejor preparada para resistir otro tsunami.

En total, se desarrollaron 177 obras, las que se ejecutaron por US$ 165,5 millones. Entre estas se relocalizaron las viviendas del personal: ahora están arriba en el cerro detrás de la base, a salvo de las olas.

También se instalaron sistemas de comunicaciones nuevos, se repuso la conexión eléctrica a la isla Quiriquina -un cable de 1,5 kilómetros- para abastecer a la escuela de grumetes que funciona en el lugar, y se instaló un frente de atraque completamente nuevo, además de modernizar la base de submarinos.

A siete años de la catástrofe, solo queda un trabajo pendiente: se trata de obras menores para dejar operativa la construcción donde se aloja el Estado Mayor de la base. Entonces se habrá alcanzado la plena normalidad del complejo.

Obras Civiles
La reconstrucción avanza también en Concepción, donde ayer se instaló el primer pilar del puente Bicentenario, que lleva un avance de 22%.

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