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Superficie autorizada pasará de 12.000 a 22.000 hectáreas:

Aumento de cultivos legales de coca en Bolivia complican la lucha antinarcóticos

martes, 28 de febrero de 2017

Amanda Marton Ramaciotti
Internacional
El Mercurio

El gobierno de Morales asegura que se van a industrializar y exportar los derivados de la planta, pero la oposición y expertos temen un impacto en la producción de cocaína.



Evo Morales se enfrenta a un dilema. La autorización del aumento de la superficie de cultivos de coca en Bolivia de 12.000 a 22.000 hectáreas bajo el argumento de que se industrializarán y se exportarán productos legales derivados, puede hacer más difícil el esfuerzo de la lucha antidroga en el país.

La oposición y los analistas aún no encuentran una explicación sobre el apuro del Presidente de aprobar la Ley General de la Coca, que modificó una normativa vigente desde 1988.

La ley anterior fijaba los parámetros para la lucha contra el narcotráfico y para la producción de hojas de coca, estableciendo el límite máximo de 12.000 hectáreas, que solo podían cultivarse en la zona de Los Yungas. Ahora, la torta de las hectáreas legales se dividió en 14.300 para los campesinos de Los Yungas y de otras zonas de la región de La Paz y 7.700 para los cocaleros del Chapare, donde Morales se alzó como dirigente.

La cifra es muy superior a las 14.705 hectáreas, que según un estudio del Consejo Nacional de Lucha contra el Tráfico Ilícito de Drogas de Bolivia con apoyo de la Unión Europea (UE), corresponde a la superficie necesaria para satisfacer la demanda de coca en el país.

Contrariando el mismo estudio y otros similares, el ministro de Desarrollo Rural, César Cocarico, aseguró que para definir la nueva área de cultivo autorizado de coca se efectuó "una proyección" sobre la base del trabajo que apoyó la UE y que solo para el masticado tradicional de la hoja hace falta 18.000 hectáreas. La producción adicional, según Cocarico, servirá para investigación, industrialización y exportación.

El senador opositor Yerko Núñez cree que la imagen del país corre riesgo a nivel internacional, porque con esta nueva norma "se estaría legalizando el narcotráfico sin que exista un estudio serio" sobre la necesidad de incrementar los cultivos.

En la misma línea, la diputada Norma Piérola manifestó que con la ley se declara "prioridad nacional la legalización de la coca que va beneficiar al narcotráfico, despenalizando la producción, comercialización y transporte de la misma".

La coca ya está protegida por el Estado boliviano. En la Constitución, tiene el rango de patrimonio por factores culturales y el masticado de la hoja ( acullicu ) -a través del cual se obtiene su savia, un estimulante suave- es una práctica que se remonta al nacimiento de la agricultura en los Andes. Pero la extensión de cultivos necesaria para conservar la coca es un asunto sobre el que se ha discutido desde hace décadas, porque la planta mezclada con químicos se transforma en cocaína.

Mientras los cocales de Los Yungas son conocidos como tradicionales, porque nutren la comercialización para el masticado y otros usos lícitos -sobre todo en el área farmacéutica-, el 93% de la coca producida en el Chapare se va al narcotráfico, según el estudio de 2016 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). En los años 90, distintos gobiernos intentaron erradicar los cultivos de coca de esa región, algo que fue duramente resistido por los campesinos, entre ellos, Morales.

Ese mismo documento de la UNODC reveló que 35% de las hojas de coca no se comercializan por los mercados autorizados de Villa Fátima (La Paz) y de Sacaba (Cochabamba): un total de 11.300 toneladas métricas.

El aumento del cultivo de coca es "sustancial" y coincide con momentos en que la demanda internacional de la cocaína "aumenta cada vez más", dijo a "El Mercurio" Bruce Bagley, coautor del libro "La guerra contra las drogas en el mundo andino: Hacia un cambio de paradigma" y académico de la Universidad de Miami. "Ciertamente, mayores cantidades de la coca boliviana irán ahora a países vecinos, como Brasil, Argentina y Chile, y luego a Europa, probablemente a través de países de África Occidental", añadió.

La situación seguramente se justifica porque, en 2014, el general John Kelly, actual secretario de Seguridad Nacional de EE.UU. y en ese entonces jefe del Comando Sur, dijo a este diario que Bolivia era como una "zona oscura". Siendo el tercer productor de cocaína del mundo, detrás de Colombia y Perú, expresó Kelly, "es peligroso no prestarle atención (a Bolivia)".

15%
de la cocaína del mundo es boliviana. Colombia produce 52% de la droga y Perú, 32%, según el reporte mundial de drogas de 2016 de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC).

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