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Ximena Clark y el Censo: "En agosto debiéramos tener resultados preliminares"

domingo, 26 de febrero de 2017

Carlos Agurto L.
El_Mercurio

El próximo 19 de abril se realizará el Censo abreviado, tras el fallido proceso de 2012. A 51 días de su realización, la jefa del servicio explica la estrategia tras este nuevo proceso, para el que están destinando $13 mil millones más que en el anterior.

Intensas han sido las últimas semanas para la directora del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), Ximena Clark. A 51 días de la realización del censo prometido por la Presidenta Michelle Bachelet para actualizar los datos estadísticos del país, tras el cuestionado proceso de 2012 encabezado por Francisco Labbé, la economista ha debido enfrentar una serie de dificultades que complican el proceso.

A la todavía lenta inscripción de personas necesarias para realizar un censo "de hecho" o en un solo día -faltan más de 200 mil inscritos para alcanzar la meta de 538 mil requerida-, la amenaza de renuncia que han realizado algunos funcionarios ligados al INE (ver recuadro) pone más piedras a un camino que no ha sido fácil. Pese a este escenario, la economista confía en que el proceso del miércoles 19 de abril será exitoso. Adelanta, además, que los primeros resultados se conocerán en agosto de este año.

-Algunas regiones como la Metropolitana o Magallanes tienen un porcentaje de inscripción por debajo del 50%. ¿Se va a alcanzar la meta?

"En todas las regiones tenemos que alcanzar la meta. Ahora, cada región tiene su particularidad, porque hay algunas que tienen un universo de estudiantes más grande, otras tienen una composición en donde la educación secundaria es más importante, entonces las estrategias son variadas. Pero el factor común es que en todas las regiones la inscripción más masiva de estudiantes parte en marzo".

-Si uno analizara la evolución mensual, podría decir que no se va a llegar a la meta. ¿Qué le hace creer que sí se va a alcanzar?

"Depende de lo que esté suponiendo. A fines de diciembre dimos a conocer una cifra de 201 mil inscritos, esto era un 37% del total. A fines de enero, pasamos a 326 mil, un 61% del total. Evidentemente esto no es lineal, probablemente febrero será un poco más lento, pero marzo tendrá una tasa mayor".

-¿Qué explica la desidia de la sociedad civil por participar del proceso?

"En 2002 participaron 325 mil personas. Hoy tenemos más inscritos que eso y todavía falta. En el 2002 hubo una fuerte focalización en los chicos de 3° y 4° medio, y en esta oportunidad la invitación a participar es bastante más amplia. Solo comparando los números puedo decir que no se nota esa falta de participación".

-Pero claramente, los alumnos de educación media de hace 15 años eran distintos a los actuales, quizás no tengan el mismo interés en participar, en parte, por esta desafección que sienten por el sistema político...

"Acabamos de tener una situación súper lamentable en el país asociada a los incendios, y todos vimos cómo la gente se movilizó por ir en ayuda de lugares muy afectados. Nuestro país siempre se ha caracterizado por este tipo de movilizaciones en situación de catástrofe. Pero si comparo con la época en que estaba en el colegio o la universidad, siento que hoy el nivel de voluntariado es bastante mayor. Tal vez hoy hay una condicionante, que las personas tienen que creer en aquello de lo que participan, y atendiendo esa idea, que es súper razonable, nos hemos preocupado mucho de dar a conocer la importancia del censo.

-¿Alguien que se inscriba el 15 de abril estará tan capacitado como quien lo haya hecho en marzo?

"Depende. Hay mucha gente que retiene más cuando está más cerca de la fecha. Por eso mismo, se ha planificado así la capacitación. Si nosotros hubiésemos capacitado en septiembre u octubre del año pasado, hay harto que se olvida. En cambio, capacitando en marzo y abril estamos muy cerca del censo".

-Hace algunas semanas señaló que había un plan B en caso de que faltaran voluntarios. ¿En qué consiste?

"Lo que yo dije fue que teníamos planes de contingencia. Pero no le puedo decir hoy qué voy a hacer si no llegan las personas, porque hoy mi mensaje es que las personas se inscriban. Si dijera "ven a inscribirte, pero si no vienes no te preocupes, porque tengo un plan", eso no sirve".

-Más allá de temas naturales como un temporal o un terremoto, ¿qué podría pasar si no se alcanza la meta de censistas?

"Para eso existe el plan de contingencia. Se pueden implementar operativos que tomen en cuenta el hecho de que puedan faltar algunos censistas. Ahora, es muy diferente si tienes solo 100 mil a tener 480 mil. Va a depender del número final que tengamos".

-¿Eso puede significar, por ejemplo, que haya comunas que no sean censadas el 19 de abril, pero sí al día siguiente?

"En los censos de un día, siempre hablamos de UN día, pero al mismo tiempo puede haber áreas de más difícil acceso por temas geográficos, climáticos, o de otro tipo que dificulten ese acceso. Cuando no se puede llegar, se va en los días posteriores. Eso también es parte del operativo. Lo importante es que podamos llegar a la mayor cantidad de viviendas en el mismo día, pero también siempre se contemplan estos casos especiales. Hay planes de acción".

-En el Censo 2012 se consideró que un porcentaje de omisión de 9,3% era muy alto y fue el argumento base para decidir hacer un nuevo proceso. ¿Para este proceso, qué porcentaje de omisión será considerado suficiente para darlo por exitoso?

"Es un poco complejo decir este es el porcentaje de omisión. Normalmente, y aquí puede haber opiniones que varíen un poco, lo que se puede considerar razonable es bajo un 5%. Algunos dirán 2%, otros 4%. Depende de la información de contexto, pero normalmente es bajo el 5%".

-¿Este proceso considera la realización de una encuesta poscensal?

"La encuesta poscensal apunta a ver la calidad de la información. Realizas el censo y en una semana aproximadamente tiene que ir alguien a las casas a chequear que la información es la misma. Ese trabajo es el que hoy estamos haciendo con el supervisor en terreno".

-¿Por qué optaron por esta figura?

"Porque si se llega a detectar un error, se corrige, y a partir de ahí se empieza a censar sin ese error en las próximas viviendas. Ese es un control de calidad y una corrección en tiempo real, que es más efectivo que esta otra encuesta que finalmente detecta, pero no necesariamente corrige".

"La responsabilidad que existe es que tiene que ser un censo adecuado"

-En un escenario de estrechez fiscal, el costo del censo está estimado en $50.000 millones, bastante más alto que lo gastado en el proceso de 2012 (aproximadamente $37.000 millones al peso de hoy). ¿Qué explica que un censo abreviado y con censistas voluntarios tenga un costo mayor que el anterior?

"El 2012, uno de los factores que influyó en la cantidad de problemas que hubo es que el presupuesto fue insuficiente. Esto se tradujo al final del día en una serie de controles de calidad que estuvieron ausentes; por ejemplo, el trabajo del precenso. Nosotros, en esta oportunidad, pudimos realizar un muy buen precenso".

"Al mismo tiempo se incorpora la figura del supervisor, que saldrá con un grupo de 8 o 10 censistas, y este será el encargado de asegurar dos cosas clave: la cobertura y la calidad de la información. Eso es un control de calidad y, evidentemente, eso también tiene un costo".

-Luego de lo ocurrido en 2012, e insisto, en un escenario de estrechez fiscal, ¿existe presión para que este censo sí pueda ser considerado el mejor de la historia?

(Sonríe) "Yo no uso este tipo de expresiones. La responsabilidad que existe es que tiene que ser un censo adecuado. Por eso es que estamos tomando los resguardos".

-Pero la realización de un nuevo censo fue una decisión política, y si llegan a existir errores en este proceso será cuestionado, especialmente cuando estamos en un año electoral. Por eso le pregunto si hay una presión más allá de lo técnico...

"Efectivamente hay una presión, porque necesitamos tener proyecciones de población que sean hechas acorde a la información de los censos. Entonces, la presión está por ahí. Hay que hacer lo antes posible un censo, pero eso no significa saltarse etapas".

"Ahora, la razón por la cual este es un censo de pocas preguntas, es que nos permite tener resultados definitivos más rápidos. Más o menos en agosto debiéramos tener resultados preliminares, y los primeros resultados definitivos en diciembre de este año, para luego en el primer semestre del próximo año ya tener más resultados definitivos. Este plazo que te menciono, antes era fácil un año o más".

-Esta semana, usted y el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, defendieron la adjudicación del contrato para la campaña de publicidad del proceso a la Agencia Porta, empresa vinculada a Juan Pablo Hermosilla, abogado de la Presidenta Bachelet en el caso Caval. Desde la perspectiva actual, ¿fue un error la adjudicación?

"Esto fue en diciembre del 2015, y realmente la gente conoció que había un abogado con nombre y apellido seis meses después. Uno no tiene cómo adivinar que habrá una querella. Ya dimos la explicación, y quien tenga dudas, que pida los antecedentes, que son públicos".

- ¿Pero este tipo de situaciones no termina politizando un debate que debiese mantenerse en un área técnica?

"Sí, termina siendo poco grato. Hay equipos de evaluación, se siguen lineamientos que están dados en esta plataforma (Chile Compra), que precisamente apuntan a reducir discrecionalidades. Es todo lo contrario a lo que se ha querido inferir".

"No sé si es normal, pero en estos procesos siempre hay más de una jefatura"

-Tras decidirse hacer un nuevo censo se designó a Ninoska Damianovic como jefa del proceso, que tras algunos meses renunció por diferencias con usted. En su reemplazo fue nominada Patricia Morales, quien salió por una eventual mala evaluación de su parte. Actualmente, este cargo lo ocupa Carolina Cavada. ¿Cuáles son los problemas que ha traído al proceso la presencia de tres personas distintas a cargo del Censo 2017?

"Lo que ocurre es que este es un proceso largo, en donde también hay fases que requieren en su momento de diferentes competencias. La primera estuvo muy orientada a lo que es planificación. La segunda es una fase mucho más operativa. Entonces, el hecho de tener diferentes perfiles en estas diferentes fases siempre se percibe como algo negativo, pero se puede justificar por la particularidad y la intensidad de cada una de las fases".

-¿Considera que es normal que se hayan realizado todos estos movimientos?

"No sé si es normal, pero en estos procesos siempre hay más de una jefatura, sea por la razón que sea. Es el proceso que nosotros hemos tenido, y hemos ido tratando de cubrir todos los frentes para hacer el mejor proceso posible".

-También se conformó un comité externo por la transparencia del censo, conformado por cinco expertos, que finalmente se disolvió...

"El alcance de este comité está bien relacionado con la primera fase. Nosotros trabajamos bastante con ellos, tuvimos reuniones periódicas. Pero cuando uno entra a la fase más de terreno, hay que estar en terreno".

-Ellos señalaron que usted no consideraba mucho sus recomendaciones. ¿Es cierto?

"Nosotros valoramos muchísimo las recomendaciones y observaciones que nos hicieron en la fase de planificación. Lo que salió en la prensa, usted puede ver cómo lo interpreta".

-Una de las interpretaciones que se pueden hacer es que quizás a usted no le acomoda trabajar en equipo...

(Suspira) "Cómo te puedo responder algo así. De verdad, eso es bastante ingrato, pero también es poco racional. Este trabajo que hacemos es de equipo. Acá, quien crea que una sola persona va a hacer un trabajo tan importante como es el censo, está profundamente equivocado. Acá hay un grupo grande de gente trabajando. Asimilar todo esto al éxito de una sola persona no corresponde para una institución que, de verdad, está trabajando como equipo".

-¿Qué porcentaje de responsabilidad se asigna en el éxito o fracaso de este proceso?

"Soy la jefatura del servicio. Las responsabilidades finales están en las cabezas de las instituciones. Pero aquí hay que ser bien sinceros en la importancia que esto tiene y la gran contribución que tienen todos los equipos".

-¿Está en juego la credibilidad del INE como institución en este proceso?

"El INE es una institución ciertamente protagónica en lo que tiene que ver con la coordinación y la implementación del censo, pero no es la única institución. Aquí hay mucha coordinación que se hace con los municipios, que tienen una responsabilidad enorme. De hecho, legalmente son los responsables de que el censo se efectúe bien en su comuna. Deben proveer tanto locales operativos, bodegas, infraestructura, como personal para que el censo sea lo mejor posible".

"Al final se juega un costo no menor si el censo no funciona. En consecuencia, el llamado es al país completo a que podamos trabajar para un objetivo que realmente es una labor de Estado, no de gobierno ni de un INE solo. Es realmente una labor de Estado".

-¿Cómo cree que será recordado este censo?

"Esperaría que esto fuera recordado como una tarea en que el país completo se unió por un objetivo común, sin hacer diferencias. Esta es una oportunidad que tenemos, muy humildemente lo digo, para generar una cierta cohesión como país, para tener la oportunidad de todos, como equipo, de remar hacia un mismo lado".

Nueve preguntas sumó la encuesta de empleo para medir la informalidad, entre las que se consulta sobre registros ante el SII y sobre la existencia de contabilidad completa y formal. A fines de año, el INE tendrá resultados para mostrar.

"Lo que se puede considerar razonable es bajo un 5% (de tasa de omisión censal). Algunos dirán 2%, otros 4% (...) pero normalmente es bajo el 5%".

"El 2012, uno de los factores que influyó en la cantidad de problemas que hubo es que el presupuesto fue insuficiente. Esto se tradujo al final del día en una serie de controles de calidad que estuvieron ausentes".

"Esta es una oportunidad que tenemos para generar una cierta cohesión como país; la oportunidad de todos, como equipo, de remar hacia un mismo lado".



INE incorpora nueve preguntas a encuesta de empleo para estimación más precisa de la informalidad laboral


"Hay varias dimensiones que tienes que cubrir para medir la informalidad, y nosotros no tenemos todas esas mediciones". De esta forma, la directora del INE, Ximena Clark, explicó la razón que llevó a incluir nueve preguntas a la encuesta que mide los niveles de empleo en el país, luego que esta fuese cuestionada precisamente por la forma en que se medía la informalidad.
De acuerdo con la directora, el año pasado las preguntas fueron incorporadas en un proceso de marcha blanca, ajustándose a los parámetros recomendados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y durante el presente año comenzaron a realizarse las mediciones.
¿Cuándo se harán públicos estos resultados? "Hacia fin de año podríamos tener algún tipo de resultado que mostrar", reveló Clark.
Las preguntas definidas para medir informalidad laboral se encuentran insertas en el Módulo B de la encuesta de empleo y tienen por objetivo caracterizar las unidades económicas en las que se desempeñan o son dueños los ocupados de nuestro país.
De las nueve preguntas, tres están dirigidas a trabajadores dependientes (asalariados y servicio doméstico remunerado) y tienen por objeto conocer si la unidad económica donde se desempeña el ocupado tiene registro en el SII, posee contabilidad completa y formal, y si cuenta con un nombre verificable.
Las seis restantes se realizan a trabajadores independientes (cuenta propia, empleadores y trabajadores familiares no remunerados) y también buscan conocer si los consultados poseen datos del tipo de registro en el SII de la unidad económica de la que son dueños y si mantienen un registro contable. Además, se busca develar si este puede separar los gastos del negocio y el hogar.
Estas últimas consultas pretenden develar si la empresa en que se desempeña el ocupado posee más de un local, y si producto de su trabajo es miembro de alguna organización de trabajadores como un sindicato, asociación de funcionarios, colegio de profesionales, etc.
La directora del INE explica que estas dos dimensiones de informalidad, tanto en los asalariados como en los por cuenta propia, están capturando la informalidad solamente del mundo del trabajo, pero también hay informalidad en el mundo del emprendimiento. "Puede haber una empresa que esté en el mundo de la informalidad, que no esté registrada en el SII y que tenga incluso gente trabajando. En consecuencia, la unidad productiva sería informal y los trabajadores también serían informales", afirma.

Encargados técnicos comunales se reúnen con Clark y amenazan con renunciar



Amplia es la estructura organizacional del Censo 2017. Encabezado por el presidente de la comisión nacional del Censo, el ministro de Economía Luis Felipe Céspedes, el organigrama incluye a la directora nacional y directores regionales del INE, quienes lideran un equipo de profesionales encargados de planificación, tecnología de la información, capacitación, reclutamiento y operaciones. De este último, surgen los encargados operativos regionales, provinciales y comunales. En este nivel se encuentran los Encargados Técnicos Comunales (ETC), funcionarios contratados por el INE, encargados de coordinar el trabajo con el municipio respectivo.
En la Región Metropolitana existen 52 ETC, de los cuales cerca de 40 se reunieron la semana pasada con la directora del INE para plantearle su molestia por los bajos sueldos y cargas de trabajo superior a las estipuladas en su contrato, amenazando con renunciar a estas funciones.
"Nosotros tenemos equipos que trabajan a nivel regional, provincial y comunal. Las tareas de las personas son definidas. Hay ciertamente un trabajo que es creciente, que todos sabemos que será así, y están hechos los resguardos para que podamos realizarlo", afirma la directora del INE, Ximena Clark.

-¿Qué temas fueron tocados en la reunión?
"Hicimos una conversación precisamente referida a los equipos y los apoyos que se consideraban importantes que estén durante todo este período, hasta mayo incluso. Esa fue la conversación".

- ¿Algunas de las críticas planteadas por los ETC las considera razonables?
"Esta reunión fue una invitación que yo misma les hice. Había falta de información sobre cosas que esta institución respeta. Por ejemplo, si iban a tener vacaciones después de un año, porque hay algunos contratados desde junio del año pasado. Entonces si alguien tenía dudas, ese fue el momento para aclararlas".

-¿Está en riesgo de que renuncien o haya una huelga de estos funcionarios?
"Renuncias siempre pueden ocurrir. De hecho, en la institución durante el precenso también tuvimos renuncias. A veces la gente llega y cuando el trabajo es por tres o cuatro meses surge la posibilidad de otros trabajos de más tiempo y renuncian. Esas renuncias, y lo que significa contratar gente que reemplace esos cargos, es algo que tenemos contemplado. Nosotros tenemos sistemas para formar o reemplazar cargos en situaciones especiales o de contingencia".

-¿Pero de ocurrir una renuncia masiva tendría un efecto importante en el proceso?
"Es que estamos hablando un poco de ficción".

- Por lo mismo, en el supuesto que ocurra, ¿es grave para el proceso?
"Nosotros siempre tenemos resguardos. Todos los que somos parte del INE hemos tenido una preparación especial para el día de mañana capacitar, ser censistas o ejercer estos trabajos operativos".

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