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Nacimientos en adolescentes

jueves, 23 de febrero de 2017


Opinión
El Mercurio




Señor Director:

El martes se publicó un editorial con el título "Disminución del embarazo adolescente" que elogia los resultados de políticas públicas en educación sexual y acceso a anticoncepción; que habría significado una reducción de nacidos en mujeres adolescentes de 41 mil en 2008, a 22 mil en 2016. El correcto análisis de los datos lamentablemente no es tan alentador.

1. El título del editorial es incorrecto. En Chile no hay registro de embarazos de adolescentes, solo se registran los nacimientos. Los datos señalados en el editorial se refieren a nacidos en mujeres de 10 a 19 años y no a embarazos. No se sabe cuántas adolescentes embarazadas recurrieron a abortos usando medicamentos que se venden profusamente y sin control en forma clandestina, y que usados precozmente son seguros y no requieren de la intervención de personal de la salud; o sea, no llegan a los hospitales o clínicas. Decir que la baja en los nacimientos en adolescentes se debe a mejores políticas de prevención del embarazo no programado es una ilusión y no se puede concluir de la información existente en el país.

2. La tasa de nacimientos en adolescentes en Chile es del orden de 28 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 10 a 19 años. Francia, los países nórdicos y varios países asiáticos tienen tasas de 5 a 8 por mil; Australia, 15 por mil. Es decir, estamos muy lejos de reconocer que nuestras políticas de educación sexual y acceso a anticoncepción sean eficientes en prevenir los embarazos no programados en adolescentes.

3. Los nacimientos en adolescentes tienen una distribución que refleja crudamente nuestra inequidad socioeconómica. En Cerro Navia y La Pintana, 20% a 21% de todos los nacidos, son de mujeres de entre 10 y 19 años. Sin embargo, en Vitacura y Las Condes, la proporción de nacidos de mujeres adolescentes baja a 1,4 a 2,3% del total de nacidos.

Se podría argumentar que las diferencias se deben a diferentes conductas sexuales en escolares de La Pintana respecto de escolares de Las Condes. La cuestión no es así, la edad de inicio de la sexualidad es prácticamente igual en estas cuatro áreas de la Región Metropolitana, con solo meses de diferencia entre las comunas ricas y las pobres. Así, son fundamentalmente aspectos sociales, educacionales y acceso facilitado a anticoncepción y a aborto precoz lo que determina la mayor prevalencia de partos en adolescentes que viven en comunidades pobres comparadas con las que habitan comunidades ricas.

El editorial en referencia describe muy bien los efectos negativos de embarazos no programados sobre todo en adolescentes. No cabe duda de que disminuir el número de nacimientos en este grupo etario es beneficioso para las mujeres adolescentes, para sus hijos, para sus familias y para la sociedad; pero estamos aún muy lejos de tener políticas públicas universales, coherentes y eficientes que se hagan cargo de aspectos sexuales y reproductivos en nuestra población escolar.

Dr. Fernando Zegers Hochschild
Programa de Ética y Políticas Públicas en Reproducción Humana Universidad Diego Portales

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