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Telescopios en La Silla y Paranal participaron en el descubrimiento:

Encuentran Sistema Solar que tiene siete exoplanetas similares a la Tierra

jueves, 23 de febrero de 2017

Equipo VCT
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Tres de ellos serían potencialmente habitables, ya que podrían tener agua líquida y, eventualmente, ser aptos para la vida. El hallazgo está a 40 años luz de distancia.



La larga espera por encontrar un planeta parecido a la Tierra ha dado frutos. Un Sistema Solar con no uno, sino con siete planetas de un tamaño muy similar al de la Tierra, en el que tres de ellos podrían contener agua y, eventualmente, ser habitables, se encuentra a 40 años luz. El viaje con la tecnología actual nos demandaría cerca de un millón de años, pero la investigación científica avanza aceleradamente y los plazos podrían acortarse.

Por ahora solo es posible aproximarse a ellos en forma indirecta, gracias a la red de grandes telescopios que se encuentran tanto en el espacio como en la Tierra. De hecho, su descubrimiento y caracterización fue un trabajo conjunto.

El sistema propiamente tal fue detectado el año pasado por el telescopio robótico Trappist (Transiting Planets and Planetesimals Small Telescope) de la Universidad de Lieja, que busca planetas de fuera de nuestro Sistema Solar. Desde allí se logró localizar tres planetas en su entorno.

Los otros cuatro fueron detectados este año por el telescopio espacial infrarrojo Spitzer, de la NASA.

"Esta es la primera vez que tantos planetas de este tipo son encontrados alrededor de una misma estrella", destacó Michaël Gillon, astrónomo de la U. de Lieja. Él encabeza el estudio sobre el sistema planetario que publicó ayer la prestigiosa revista Nature, la que incluso le dedicó su portada.

"Es un sistema en tamaño muy semejante al de Júpiter. La estrella es tan pequeña y fría que los siete planetas son temperados", detalló Gillon.

Con la información que se ha podido obtener posteriormente con ayuda de otros telescopios -tanto terrestres como espaciales-, los investigadores han podido determinar su radio y hacer mediciones de masa de seis de ellos, lo que es importante, ya que les permitió confirmar que se trata de planetas sólidos, como la Tierra.

Tres de ellos están en lo que se considera la zona habitable, es decir, donde se combinan las condiciones de distancia y temperatura adecuadas para que el agua, en caso de existir, se presente en estado líquido. Lo que viene ahora es determinar si el planeta tiene una cobertura de hidrógeno adecuada, lo que confirmaría su parecido con nuestro mundo, dijo Amaury Triaud, coautor del estudio.

También desarrollarán estudios relativos al clima y a los componentes químicos presentes. "Esperamos pronto saber mucho más de estos planetas. Espero que si hay vida allí lo sepamos dentro de la próxima década", adelantó.

"Con este descubrimiento hemos dado un salto gigante y acelerado en nuestra búsqueda de mundos habitables y potencialmente, vida", agregó Sara Seager, experta principal en exoplanetas del MIT. "Tan solo este sistema ya nos da a los astrónomos muchas oportunidades para buscar vida".

Evidencia reciente

"Antes de 1995, no se había detectado ningún planeta alrededor de las estrellas observadas. O sea, solo hace 22 años que sabemos que si hay una estrella, es muy probable que tenga varios planetas", agrega el chileno Eduardo Bendek, investigador del centro Ames de la NASA, ubicado en Silicon Valley.

Hoy, dice, se está investigando cómo son estos planetas caso a caso. "Es importante que el público, los legisladores y gobernantes tomen conciencia de que existen planetas como la Tierra en sistemas solares cercanos al nuestro. Por esto, es necesario invertir en este tipo de investigación".

Un esfuerzo necesario, teniendo en cuenta que el actual descubrimiento supone un nuevo indicio de que la Vía Láctea puede albergar miles de millones de mundos de tipo terrestre.

Lo que sucedía es que hasta ahora las observaciones se centraban en grandes estrellas, y la novedad del Trappist es que se enfocó en una que es el 10% del tamaño de nuestro Sol.

Pero aunque ha crecido el número de sistemas solares que tienen condiciones para que exista vida, para Bendek esta posibilidad "es algo bastante debatible". Esto, porque estrellas como esta tienen gran actividad solar, "con mucha radiación que esteriliza la atmósfera y que consume el oxígeno".

Trappist es apenas el prototipo para un proyecto aún más ambicioso, Speculoos, que se está instalando en estos momentos en el observatorio de Cerro Paranal en Chile, junto al VLT. Ya se han montado dos de los cuatro telescopios de un metro de diámetro. Cuando esté terminado permitirá encontrar miles de estos sistemas solares de estrellas frías, cuenta el astrónomo de ESO Jorge Lillo-Vox.

Aparte de Trappist y Speculoos, ESO pondrá en marcha este año el instrumento Espresso en el telescopio VLT, que permitirá por primera vez medir la masa de los planetas extrasolares. "Hoy solo se conoce el radio de ellos y se infiere la masa, por lo que realmente no sabemos cuánto pesan", dice Lillo-Vox.

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