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Lo que motiva a parejas jóvenes a aventurarse por el continente en cuatro ruedas

domingo, 22 de enero de 2017

Andrea Manuschevich
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Aburridos de la rutina y con ganas de vivir nuevas experiencias, emprenden un largo viaje que les enseña a adaptarse a situaciones insospechadas y a vivir con poco.



Hace tres años y seis meses, Carola Teixidó (36) y Víctor Millán (39) tomaron por primera vez el volante de su camioneta Ford F250, año 96, adaptada como casa rodante con cama de dos plazas, refrigerador y cocina, y la condujeron desde Pemberton (Canadá) hasta Alaska. Ese fue el punto de partida de su travesía, que los llevó a recorrer el continente de punta a punta.

"La idea original era hacer un viaje por Sudamérica, pero a los 34 años me despidieron de mi trabajo y se nos ocurrió postular a la visa Working Holiday en Canadá. Partimos y decidimos volver a Chile manejando", cuenta Víctor desde Cochrane, Región de Aysén, donde junto a Carola están disfrutando la etapa final de su viaje.

En un recorrido de 67 mil kilómetros, han visitado alrededor de 15 países, entre ellos, Estados Unidos, México, Belice, Guatemala, Panamá, Venezuela y Perú. Según Víctor, los momentos que más los han marcado han sido los que les han permitido disfrutar de la naturaleza. Como cuando vieron auroras boreales en Yukón y Alaska, el Sótano de las Golondrinas en San Luis de Potosí o las ballenas de Punta de Mita, también en México.

"Ha sido una experiencia increíble. Hemos vivido un cambio hacia una vida más sencilla y, sobre todo, más cerca de la naturaleza, lo que te da tiempo para reflexionar y darles más valor a las cosas realmente importantes", agrega Víctor, quien al igual que Carola es diseñador gráfico. "Para solventar los gastos del viaje hemos trabajado principalmente en proyectos de sitios web a distancia".

Carola y Víctor son un caso más de los muchos chilenos que se atreven a dejar de lado su rutina, tomar las llaves del auto y apretar el acelerador.

"Hoy es más factible dejar en stand by el desarrollo profesional. Las personas se están dando cuenta de que la vida es para disfrutarla y no para vivir encarcelados trabajando. Al final, uno se queda con las experiencias, no con los bienes materiales", cuenta Micaela Henríquez, quien junto a su pololo, Nicolás Varela, dejaron Santiago en octubre pasado con destino a Alaska, donde planean llegar en dos o tres años más. Actualmente están en Brasil.

Hasta la fecha han recorrido playas, valles y parques nacionales del norte del país, Argentina, Uruguay y Brasil. "Hoy hay menos miedo de salir a conocer nuevos lugares. Concretar los sueños no es tan difícil como uno creía", agrega Micaela.

Una percepción con la que concuerda Fernanda Díaz, académica de la Escuela de Psicología de la U. Adolfo Ibáñez. "El mundo está más abierto. En internet puedes encontrar diversas opiniones de otros que ya lo hicieron y eso te da ciertas expectativas".

En su opinión, con el aumento de las expectativas de vida no hay apuro por establecerse y formar una familia. "Estas experiencias también brindan conocimientos, como la apertura mental y la capacidad para manejarse en distintos contextos y con diferentes personas, lo que también se valora", agrega.

Comunidad

Compartir su experiencia con otros e inspirarlos a hacer lo mismo es lo que más le gustó a Daniela Ibaceta (29) del viaje que realizó junto a su marido, Juan Pablo Mejías (29). Ambos crearon el sitio web www.nosotroslosviajeros.com, donde comparten anécdotas, videos y fotos de su periplo. Ya recorrieron todo Chile y están ahorrando para hacer un viaje por Sudamérica.

"La gente empatiza con nuestra historia, se motivan y nos escriben para contarnos de su propio viaje", cuenta Daniela.

La ayuda que reciben de las diferentes personas con las que se van encontrando en la ruta es algo que resaltan las tres parejas. Como cuando Daniela y Juan Pablo se quedaron sin bencina en el altiplano o cuando a Víctor lo confundieron en EE.UU. con un mendigo, por su largo pelo y barba, y les ofrecieron alojamiento. "Experimentar la bondad de las personas es de las cosas más enriquecedoras. Ante cualquier dificultad, siempre te intentan ayudar", concluye Micaela.



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