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Cerca de 80 estudiantes contribuyeron voluntariamente al éxito del evento:

Los aprendizajes más valiosos y duraderos que dejó el Congreso Futuro a los jóvenes

domingo, 22 de enero de 2017

Paula Leighton N.
Educación
El Mercurio

Tras bambalinas, alumnos de carreras afines con la ciencia fueron asistentes, traductores y hasta guías turísticos de los expositores del mayor evento de divulgación científica en Chile. La experiencia les dejó enseñanzas inolvidables para su vida académica y personal.



No importaba que fuera un sábado temprano, que ya hiciera calor en Santiago y que hubiera una larga fila esperando por entrar al Salón de Honor del ex Congreso Nacional. Cientos de personas llegaron el sábado pasado al día de cierre del Congreso Futuro con la esperanza de ver la conferencia de Tôru Iwatani, el creador del videojuego Pac-Man.

La idea era entrar a la sala, intentar una foto o, al menos, verlo de lejos un instante. Detrás del escenario, en cambio, este era el sexto día que Catalina Saravia y Catalina Raposo pasarían casi en exclusiva con Iwatani.

Las dos estudiantes de licenciatura en Lingüística Aplicada a la Traducción, con mención japonés-inglés, en la Usach, fueron las attachés o asistentes personales del japonés, que no habla una palabra de inglés, y menos aún de castellano.

Ambas eran parte de los casi 80 estudiantes que trabajaron en forma voluntaria en el recién concluido Congreso Futuro.

"Eran jóvenes de 17 a 26 años, la mayoría de carreras relacionadas con la ciencia, que respondieron a un llamado por redes sociales con una foto de Einstein que decía 'La ciencia te necesita'", explica Karem Escobar, coordinadora de voluntarios.

Einstein tuvo éxito. En una semana recibieron 350 postulantes de todo el país, 116 quedaron preseleccionados y tras "una selección hecha con pinzas", quedaron 76, dice Victoria Fullerton, también coordinadora.

En los accesos, salones y pasillos era fácil reconocerlos por su polera azul con el logo del congreso. Los attachés acompañaban a su expositor, le llevaban la agenda de actividades del día o hacían de traductores para entrevistas con la prensa. Algunos voluntarios cuidaban que nadie se colara en el salón VIP o el comedor reservados a expositores y otros regulaban el acceso al Congreso y al Salón del Honor, orientaban a los asistentes o cargaban botellas de agua o sillas.

Sin importar el rol, para todos ellos responder a ese llamado dejó una experiencia que no se aprende en ningún aula.

"Muchos voluntarios generaron vínculos súper fuertes con sus expositores. Algunos estaban felices, porque pudieron hablar de su tesis, de su carrera y hasta de trabajo con su expositor", dice Karem.

Catalina Saravia cuenta emocionada que "me tocó acompañar a Tôru el día que lo invitaron a reunirse con la Presidenta Bachelet. Pude hablar con ella y nos tomamos una foto. Al día siguiente fuimos a la Bienal de Diseño de la Estación Mapocho, asistimos a la charla que él dio y nos hicieron un mini tour ".

Bárbara Núñez, recién egresada de periodismo de la UC y con un fuerte interés en la divulgación científica y la astronomía, fue asistente de Sir Philip Campbell, astrofísico y editor jefe de la revista Nature, y de John Mulholland, editor del diario británico The Guardian. "Como periodista fue una súper experiencia, porque te quita el nervio de hablar con gente tan importante a nivel internacional, y más encima en otro idioma". Sir Campbell le dio consejos para difundir la ciencia y con Mulholland "la relación fue más de amigos. Intercambiamos emails y me dejó abierta la puerta por si quería hacer una pasantía en The Guardian", cuenta.

Afinidad de intereses

Uno de los atractivos del voluntariado es que los propios estudiantes podían postular a ser asistentes de un expositor en particular. Los más requeridos, revelan las coordinadoras, fueron el Premio Nacional de Ciencias Naturales Humberto Maturana; Ryan Avent, columnista y editor de The Economist; y Brittany Wenger, la joven ganadora del premio Google Science Fair 2012 por crear un programa de inteligencia artificial para diagnosticar cáncer de mama.

En la selección final pesó la afinidad de intereses con los expositores y el manejo de su idioma. La mayoría de los attachés hablaban inglés. Otros manejaban el alemán, italiano o portugués.

Para muchos expositores sus asistentes fueron su vínculo con la organización y puente para conocer más el país. Brittany Wenger y su mamá pasearon por Santiago con su attaché ; Stephanie Golob, cientista política de la U. de Harvard, visitó Villa Grimaldi con su asistente y Caixia Gao, experta china en genómica vegetal pudo recorrer Valparaíso gracias a los datos y contactos que le hizo su attaché .

Algunos también pusieron en práctica habilidades blandas. "Me tocó tranquilizar a David Liu - experto de Harvard en edición genética CRISPR- que es como un rock star en su área. Cuando supo que había 700 personas esperando su charla, se puso nervioso. Le transpiraban las manos, caminaba de un lado a otro. Yo le decía que todo iba a salir bien y le ayudé con su Power Point", relata Eduardo Salgado, estudiante de Medicina.

"Lo que más me llamó la atención de esta experiencia, agrega, es que uno piensa que estos grandes pensadores y gente tan influyente a nivel científico y mundial podrían ser divos o demasiado pesados, pero resulta que no es así. Son gente sencilla y súper humana. Eso hace que también se vayan cayendo prejuicios".

''Siempre les dimos libertad de hablar y relacionarse con cualquier expositor. Como no se les paga, ese era el mejor regalo que el Congreso Futuro les podía dar".
VICTORIA FULLERTON COORDINADORA DE VOLUNTARIOS 

''Uno se los imagina como extraterrestres por ser tan destacados en su campo, pero eran todos muy humildes y receptivos. Siempre dispuestos a compartir una palabra o sacarse una foto". BÁRBARA NÚÑEZ EGRESADA DE PERIODISMO U. CATÓLICA 

''Aprendí mucho de Tôru. Nosotras no somos profesionales ni tenemos todavía las herramientas para ser intérpretes, pero él nos ayudaba, nos daba consejos para mejorar las traducciones". CATALINA SARAVIA 4° AÑO DE LINGÜÍSTICA USACH 

''Es increíble poder preguntarles lo que quieras. ¡Qué mejor que David Liu, un profesor de Harvard para explicártelo o Caixia Gao, que es líder mundial en modificar el ADN de las plantas!"
EDUARDO SALGADO 2° AÑO DE MEDICINA U. DE VALPARAÍSO

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