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Este viernes parte una nueva edición | En 2018 celebrará sus 50 años:

Los nuevos caminos de las Semanas Musicales de Frutillar

domingo, 22 de enero de 2017

Maureen Lennon Zaninovic
Música
El Mercurio

Al cumplirse casi un año del fallecimiento de Flora Inostroza -líder histórica del festival de música clásica más tradicional del verano-, reconocidos intérpretes, gestores, críticos y la actual presidenta del evento, la inglesa Harriet Eeles, destacan las fortalezas de las Semanas Musicales, sin desconocer importantes retos en programación y sustentabilidad.



"Uno pregunta en la boletería de dónde viene usted y te responden de San Francisco, Grecia o París. También tenemos melómanos que durante 30 años no se han perdido este festival. Eso nos llena de orgullo, porque acá todo ha sido muy a pulso".

Son palabras de la cellista , pianista, profesora y gestora cultural Flora Inostroza (1930-2016), una figura inseparable del desarrollo de las Semanas Musicales de Frutillar, la cumbre artística que encabezó desde 1979 -como presidenta de la corporación cultural que la organiza- y que desde este viernes celebrará su versión número 49.

El 2016, sin duda, marcó un punto de inflexión para este importante evento veraniego. Inostroza no pudo asistir a los conciertos y el 12 de febrero falleció en Osorno, de un cáncer de páncreas. Diego Matte, director del Centro de Extensión Artístico y Cultural de la Universidad de Chile (CEAC), afirma que la versión 2017 del festival frutillarino estará dedicado a ella. "La Orquesta Sinfónica Nacional de Chile ejecutará una obra en su homenaje: Andante para cuerdas, de Alfonso Leng".

Comenzó a tomar vuelo

Es sabido que Arturo Junge (1913-1994) y su coro Singkreiss fue el momento cero de esta tradición que ya lleva casi medio siglo. Su pasión por el mundo de los sonidos lo llevó a fundar, en 1968, las Semanas Musicales. Luego, desde 1979, Flora Inostroza tomó las riendas e impulsó uno de los hitos del festival: el convenio con la Universidad de Chile y que ha posibilitado que todos los años se presenten en el balneario los cuerpos estables de esta casa de estudios. A lo largo de casi medio siglo de vida, se fue sumando como socio estratégico la FACh y se integraron nuevas agrupaciones, como la Sinfónica Nacional Juvenil, además de importantes artistas nacionales y extranjeros.

"Arturo Junge fue el fundador. Fue la base de todo lo que conocemos hoy", comenta el pianista Luis Alberto Latorre, quien desde 1981 ha participado -casi sin intervalos- en esta cita veraniega y también estará en la edición 2017 (ver nota relacionada). Y añade que Junge "era una persona muy cálida, vibrante y muy musical, que vio a Frutillar como una importante escuela de formación".

Latorre considera que "Flora Inostroza, en cambio, le dio una visión mucho más futurista al festival. Gracias a su aporte, el evento se convirtió en una instancia más institucional y organizada. Tomó vuelo. La proyección nacional e internacional es obra de Flora".

Tras el crecimiento y consolidación de esta cita, sus organizadores se dieron cuenta de que debían buscar mejores condiciones de desarrollo. Por eso, la propia Flora Inostroza, junto al fallecido empresario Guillermo Schiess, consiguió -con el apoyo de la Municipalidad de Frutillar- que el lugar donde se encontraba el Hotel Frutillar (destruido por un devastador incendio, en 1996) se les traspasara para la construcción de un moderno teatro. Así, gracias a su empuje, la visión de las autoridades de la comuna y el aporte fundamental de Guillermo Schiess y sus familiares, como también el de muchos donantes y amigos, se comienza a hacer realidad el Teatro del Lago, que se inaugura en noviembre de 2010.

"Sin Flora Inostroza, claramente no tendríamos Semanas Musicales. No me gusta comparar peras con manzanas, porque ahora parte una nueva etapa, distinta, otra forma de liderazgo. Hay un equipo organizador, con una química diferente, que quiere trabajar en conjunto y que se dio cuenta de que quizás habían dejado un poco sola a Flora en esta tarea", señala a "Artes y Letras" Nicola Schiess, hija del empresario Guillermo Schiess y presidenta de la Corporación Cultural Teatro del Lago, quien puntualiza que si bien ella integró el directorio de la Corporación "Semanas de Musicales de Frutillar" y luego se retiró, por una residencia familiar en Europa, hoy las relaciones entre ambas entidades son muy positivas, sin las desavenencias del pasado. "Les manifesté a las nuevas autoridades que seguiré como socia, aportando en lo que sea necesario, pero no puedo volver al directorio porque mi meta primordial, para la próxima década, será enfocarme en la sustentabilidad del Teatro del Lago", advierte Nicola Schiess.

Los cambios que se avecinan

Desde marzo del 2016, la inglesa Harriet Eeles (1944) asumió la presidencia de la Corporación "Semanas Musicales de Frutillar" (desde hace 22 años integraba el directorio y estuvo a cargo de conciertos de extensión).

"Estamos viviendo momentos de muchos cambios", dice Eeles a "Artes y Letras" y añade que, entre otras transformaciones, "hemos inventado nuevas formas de trabajo en equipo, junto a nuestro personal permanente y, sobre todo, con los directores. Cuando asumí la presidencia lo hice con la condición de que, entre todos, podemos llevar adelante este desafío de mantener la calidad impulsada por Flora".

Uno de los cambios más visibles es que desde fines de 2016 tienen una oficina permanente en Frutillar. "No podíamos seguir con nuestra sede central en Osorno. Ahora vamos a poder estar más presentes y generar redes con la Municipalidad de Frutillar, con el Teatro del Lago y su Escuela de las Artes y con la comunidad", explica Harriet Eeles.

También colaboraron en la postulación de Frutillar como Ciudad Creativa por la Unesco y están recibiendo fondos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para instituciones sin fines de lucro. "Son cerca de 78 millones, que nos permitirán avanzar en la sustentabilidad y en la programación 2018, ya que para nuestros 50 años queremos traer a artistas internacionales", señala la presidenta, quien aclara que, aproximadamente, el financiamiento anual asciende a los 250 millones de pesos, que provienen de la venta de entradas, aportes del municipio y fondos del Gobierno Regional, además del apoyo de la empresa privada, como el Banco Santander y Nestlé, vía Ley de Donaciones Culturales.

Otra de las novedades es que se está avanzando en una renovación del convenio con la Universidad de Chile. "Estamos hablando de un convenio que se firmó en los 80 y que faltaba actualizar, con miras a los nuevos desafíos que enfrentamos", advierte Eeles.

Artistas ad honoren

Uno de los sellos que caracterizan, desde sus inicios, las Semanas Musicales de Frutillar es que todos los artistas que participan deben postular y, una vez aceptados por el directorio, la organización les financia solo el alojamiento y la alimentación: "Si avanzamos en la sustentabilidad ese tema podría estar más resuelto. Por lo menos para los 50 años y como estamos pensando en traer a artistas internacionales, se está analizando el tema de pagar honorarios" , adelanta Harriet Eeles.

El pianista Luis Alberto Latorre entrega otra mirada: "Eso ya es un tradición. Es parte del espíritu de Frutillar. Todos los que vamos, estamos agradecidos de ir y no esperamos una paga a cambio".

La programación de excelencia también ha tenido algunos años de altibajos. Diego Matte, director del CEAC, comenta que, "efectivamente, ha habido críticas y nos estamos haciendo cargo de ellas. Por eso creamos un comité de programación que -más allá de nuestros 50 años, que de todas maneras van a suponer una mejora en esta materia- contribuya a mantener una calidad más pareja, sin perder nuestro foco: no nos interesa ofrecer espectáculos excesivamente caros, que sean excluyentes para el gran público. No queremos convertimos en un festival de élite".

Juan Antonio Muñoz, crítico de "El Mercurio", asiste a este festival desde la década de los 80. A su juicio, la gran fortaleza de las Semanas Musicales es su historia de ya casi 50 años. "Medio siglo de música, que ha dejado huellas en muchos chilenos y extranjeros. El aura artística de Frutillar se debe a las Semanas Musicales y eso hay que mantenerlo. También es una gran fortaleza el ambiente artístico tan colaborativo que se genera y del que participa el público. Siento que, independientemente de que haya algunos artistas internacionales invitados, el trabajo no pasa por producir una competencia con el Teatro del Lago. Las Semanas debieran ser una vitrina de los mejores talentos nacionales de alto nivel que muchas veces no tienen dónde tocar. Me refiero a talentos jóvenes probados y también a los artistas ya reconocidos; gente como el pianista Gustavo Miranda y el director Paolo Bortolameolli, entre los primeros, o Alfredo Perl, Francisco Rettig y Juan Pablo Izquierdo, entre los segundos".

Muñoz puntualiza que tal vez hay que repensar el financiamiento del encuentro, "en aras de que los conjuntos y los solistas tengan la posibilidad de ensayar más y ser pagados. Solo así los programas musicales podrían ser más novedosos y no solo las obras que los conjuntos ejecutan durante el año en Santiago. Soñando un poco, por qué, sin abandonar las Semanas históricas del verano, no pensar en un ciclo de invierno, tal vez más breve, o para Semana Santa, con música religiosa. Sería excelente".

Luis Alberto Latorre remata: "El gran desafío programático es mantener un equilibrio entre las obras 'más oreja' y un repertorio más novedoso. Hace algunos años se estrenó la Sinfonía de Berio. Mi sueño sería que la Sinfónica aborde la Turangalila, de Olivier Messiaen, sin dejar de lado el repertorio más tradicional. Una vez que se ha alcanzando un nivel alto, no se puede retroceder o pensar solo en el gusto del veraneante".

"El aura artística de Frutillar se debe a las Semanas Musicales y eso hay que mantenerlo".

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