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Primer foro internacional de Creatividad y Aprendizaje, Puelche:

La creatividad es como un músculo que se puede trabajar y mejorar

domingo, 15 de enero de 2017

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

La lluvia que cayó en Frutillar esta semana no fue impedimento para que más de 600 profesores se reunieran en esa ciudad a compartir ideas sobre cómo innovar desde el aula. Ante un mundo que cambia vertiginosamente, más que aprender a tomar nota, los alumnos necesitan aprender a crear y estar motivados para capacitarse.



Para aprender sobre historia medieval de su país, los alumnos del colegio Základní ?kola Angel (República Checa) se introdujeron en el bosque. Juntos buscaron tierra en tonos anaranjados, frutos con pigmentación azul y roca caliza, esa que se caracteriza por su color blanco.

"El objetivo era aprender a pintar como se hacía en esa época. El material que consiguieron lo mezclaron con huevo y en base a eso se les invitó a dibujar a algún compañero. Todo, mientras se les explicaban las características que tenían los retratos en ese período: los profesores contaban que las obras siempre llevaban pequeñas pistas que daban cuenta de la personalidad del retratado", comentó Paul Collard a los más de 600 profesores que esta semana llegaron hasta Frutillar a escucharlo.

Collard -director de la fundación Creativity, Culture & Education del Reino Unido, organización que se dedica a supervisar el desarrollo de programas innovadores en salas de clases del mundo- fue uno de los principales expositores del primer foro internacional de Creatividad y Aprendizaje, Puelche.

El seminario reunió en la Región de Los Lagos a una serie de especialistas en innovación, quienes dieron cuenta de la necesidad de cambiar el paradigma del profesor que dicta materia mientras el alumno toma nota. Para realmente entusiasmar a los jóvenes con su educación y motivarlos a querer seguir investigando por su cuenta, lo que se necesita es involucrarlos más en el acto mismo de aprender.

"Estamos frente a un mundo que se reinventa, donde el 60% de los trabajos que van a realizar los niños que están hoy entrando al colegio no han sido inventados. Esto implica un enorme desafío para la educación, que fue diseñada con la idea de entregar habilidades que ayudaran a los jóvenes en su futura labor. Si no tenemos idea de qué cosas van a estar haciendo, lo importante entonces es potenciar un sistema que forme a personas creativas, a personas que en vez de buscar trabajo, estén creándolos", explicó Collard.

Así por ejemplo, a los alumnos checos que aprendían historia también se los llevó a dar un paseo por la Galería Nacional de Praga. Ahí pudieron ver los retratos de muchos de los personajes históricos que habían revisado en clases. Por haber llevado a la práctica la técnica y trucos artísticos de la época, los alumnos fueron rápidos en detectar que las obras que estaban viendo también tenían pistas que permitían desentrañar los rasgos de cada una de estas personas. En vez de memorizar contenido de un libro pudieron deducir y comentar todos juntos.

Lectura compartida

"La creatividad es como un músculo que se puede trabajar y mejorar", dijo la presidenta del Teatro del Lago, Nicola Schiess, al abrir el foro, que fue organizado por el recinto, además del colegio Kopernikus y la Fundación Plan para el Desarrollo Sustentable (Plades) de Frutillar.

Tras eso, Schiess nombró una serie de acciones para salir de la rutina probadas con éxito en colegios en el extranjero. Algunas ideas son crear un plan para que un curso se encargue de cuidar un parque en los alrededores del establecimiento, impulsar talleres de circo y teatro en el que no solo participen alumnos, sino apoderados y profesores; además de formar alianzas en que niños que están aprendiendo a leer, visiten un hogar de ancianos y compartan un libro con ellos. Para eso -dijo- no se necesita ser un genio, solo tener las ganas.

"Los profesores innovadores son curiosos respecto de cómo aprenden sus estudiantes, están comprometidos a probar nuevas maneras de hacer su trabajo y se sienten cómodos con el riesgo, la incertidumbre y la ambigüedad. Además, están comprometidos con la mejora continua, que se basa en la retroalimentación y el aprendizaje", indicó James Honan, codirector del Institute for Educational Management de la Universidad de Harvard.

"La Unesco habla de cuatro pilares para referirse a la educación: aprender a conocer, a hacer, a ser y a vivir juntos. La mayoría de los sistemas educativos del mundo están todavía obsesionados con el punto uno, pero olvidan los otros tres, que son fundamentales para formar niños con las habilidades que el mundo necesita hoy", agregó Paul Collard. Entre estas herramientas están el pensamiento crítico, la toma segura de decisiones, las habilidades de comunicación, el trabajo en equipo y la conciencia social.

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