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Anacleto Angelini: Un italiano que dejó un importante legado en Chile

martes, 28 de agosto de 2007


Economía y Negocios Online

Angelini formó su imperio de negocios sobre la base de un equipo que nada ha cambiado con el paso de los años y que, a diferencia de otros grupos económicos, se basa en personas y no en cargos.

SANTIAGO.- Anacleto Angelini Fabbri nació en Ferrara, Italia, el 19 de enero de 1914. Cuando tenía 22 años partió a Eritrea, África, a realizar estudios superiores de comercio. Allí se dedicó a manejar camiones y a la compra y venta de trigo, harina y café.

En 1945 regresó a Italia, pero tres años después volvió a viajar. Esta vez su destino fue Chile, donde conoció a José Noseda Zambra. Años más tarde este amigo se convirtió en su suegro, porque Angelini se casó con su hija María Noseda.

Angelini llegó a Chile con 100 mil dólares en maquinaria, con lo que creó la fábrica de pinturas Tajamar. Posteriormente vendió su participación en ella para incursionar en la construcción con la empresa Franchini y Angelini Ltda. En este rubro operó con bastante éxito tanto en obras públicas como en el sector privado.

Entretanto Angelini entusiasmó a otros inversionistas extranjeros con los que amplió los negocios al sector agrícola. Así llegó a ser socio y administrador del fundo La Fortuna de Curicó y de la Sociedad Agrícola y Forestal Paslazzi.

Primeros pasos en la industria pesquera
Sin embargo, sólo en 1957 ingresaría al sector que fue el origen de su fortuna: la pesca. Es en este negocio donde ha volcado sus mayores esfuerzos. Sus inicios se dieron con Eperva, una antigua industria que estaba prácticamente abandonada en Iquique y que él transformó en la empresa madre de su imperio.

Cuando inició su producción de harina y aceite de pescado en gran escala Angelini adquirió un importante volumen de acciones de Pesquera Indo. En esta área además fundó la Empresa Pesquera Chilemar, Pesquera Iquique y Corpesca. Esta última entidad estaba formada por los principales productores de harina y aceite de pescado del norte del país y tenía como fin vender la producción chilena por una sola mano para así lograr mejores precios en el mercado internacional y abaratar los fletes del transporte marítimo.

Con el tiempo sus empresas llegarían a tener una importancia enorme en el rubro. Así, en agosto de 1999, a raíz de los graves problemas en el sector pesquero desatados por el descenso en las capturas y la baja en el precio de la harina de pescado, que estaba impactando desde hace meses los resultados y rentabilidad del sector, el grupo Angelini concretó la constitución del Consorcio Pesquero del Norte S.A., Copenor, el cual reunía a Empresa Pesquera Eperva S.A. y Pesquera Iquique Guanaye S.A (Igemar) -ambas ligadas al conglomerado- con la Sociedad Pesquera Coloso S.A., de la familia Menéndez Lecaros. Esto, con el fin de mejorar la competitividad y aprovechar las sinergias en el sector.

Copenor reunió con esta operación activos por un monto cercano a los US$ 300 millones y una capacidad de producción de cerca de 350.000 toneladas anuales de harina de pescado, una de las mayores en el país. Además el 28 de septiembre de 2000 fusionó Pesquera Iquique Guanaye (Igemar) y Pacific Protein, dentro de la estrategia del grupo Angelini para hacer frente a la crisis que afectaba al sector desde hacía un par de años.

Con esto se creaba la mayor empresa pesquera en la zona sur. La nueva entidad, que se pasó a llamar SouthPacific Korp, administraría los activos pesqueros de ambas y estaría a cargo de la operación, producción y ventas. Su cuota mercado sería de 12,5 %, una flota de 17 barcos aproximadamente y activos valorados en US$ 130 millones.

En enero del 2001 las cosas se le complican a Angelini en el sector pesquero. El nuevo plan regulador de Talcahuano, que estaba en proceso de aprobación, implicaba que algunas de las principales industrias pesqueras radicadas en esa comuna de la VIII Región deberían trasladar sus operaciones o cerrar algunas de sus plantas.

Entre ellas estaban dos de South Pacific Korp (SPK), una de harina de pescado y otra de conservas, ya que la clasificación del sector en que operaban como zona de industria inofensiva les dificultaba seriamente validar su patente industrial.


Otras áreas
Angelini también se introdujo en la banca. Fue uno de los fundadores y accionistas más importantes del Banco Nacional del Trabajo, y estuvo a cargo de su dirección hasta 1968.

Además participó como accionista en la formación de Maderas Prensadas Cholguán, de la que fue su principal propietario. Como tal promovió importantes inversiones, entre las que destacan la ampliación de la planta de tableros a casi el doble de su capacidad de producción y la consolidación de reservas forestales de alrededor de 35 mil hectáreas.

También, es fundador de la Compañía de Seguros Cruz del Sur y contribuyó en la creación de AFP Summa y la empresa de seguros de vida El Roble. Las dos últimas fueron controladas en el 37,2 % por el grupo Angelini hasta mayo de 1998, cuando el conglomerado vendió su participación al Grupo Santander Chile. La operación se realizó en conjunto con el grupo Matte, que poseía una participación similar, y CGE que tenía en sus manos otro 25,6%. La transacción involucró un monto cercano a los US$ 200 millones (al tipo de cambio vigente en la época), de los cuales US$ 105 correspondieron a la Administradora de Fondos de Pensión y los restantes a la compañía aseguradora. Sin embargo, el 3 de febrero de 2000 vuelve al terreno de las aseguradoras cuando los grupos Matte y Claro suscribieron una promesa de compraventa con el grupo Angelini, en el que acordaron venderle su participación en la Compañía de Seguros de Vida El Raulí. La transacción se concretaría el 8 de junio de 2000 cuando el conglomerado de Angelini, a través de Siemel, tomó el control definitivo del 99,9% de la propiedad de la empresa aseguradora.

CCU también obtuvo algo del dinero de Angelini, quien en 1980 adquirió el 16% de la compañía. Sin embargo, de a poco se fue deshaciendo de estas acciones y a principios de 2001 vendió a Anheuser-Busch el 7,5% que le quedaba.


Llega a Copec
Un momento clave en la vida de este hombre es la compra de Copec en 1986. La adquisición no fue tanto por un interés en la potencialidad del negocio de los combustibles.

El premio era Celulosa Arauco, una de las filiales de la compañía. Sin embargo, los Matte, familia controladora de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) también vio ahí una oportunidad atractiva. Y es así como Minera Valparaíso, la sociedad de inversiones de los Matte, captó aproximadamente el 10 por ciento de los títulos, y Angelini el 41 por ciento. Como el precio de compra fue relativamente bajo Angelini se dio el lujo de capitalizar la empresa en 164 millones de dólares asociándose para ello con el consorcio neozelandés Carter Holt Harvey, con el que pasó a formar la sociedad Inversiones y Desarrollo Los Andes.

En 1997 Copec controlaba cerca del 51% del mercado de distribución y abastecimiento de combustible. Sin embargo, Angelini desde hacia tiempo tenía un sueño y ese era terminar su joint venture con Carter Holt Harvey lo cual logró a principios de 2000. Así se transformó, a través del megaholding Antarchile, en dueño del 60,1% de Copec. Pero para ello debió incurrir en una práctica que ha evitado desde siempre: endeudarse para pagar los US$ 1.233 millones que persuadieron a los neozelandeses.

Además, AntarChile, matriz de Copec, efectuó un aumento de capital por US$ 618 millones y el grupo Angelini vendió Forestal Cholguán a Celulosa Arauco y Constitución (filial de Copec), lo que implicó una reestructuración en los negocios de este empresario.

Otro sector en el que Angelini invirtió fue en el energético. Empezó adquiriendo plantas eléctricas en el norte y sur del país como Saesa (Sociedad Austral de Electricidad), Frontel, la Compañía General de Electricidad, junto con invertir en el proyecto de gaseducto de GasAndes. La decisión de ingresar al sector se produjo en 1996, cuando se sumaron las operaciones de Guacolda, Arauco Generaciones y la adquisición de un 10% de Chilgener en aproximadamente US$ 136 millones. Angelini también se expandió a Argentina al comprar Eléctrica Río Negro por US$ 93 millones.

Sin embargo, a partir de noviembre de 2000, inició un proceso de retirada del sector eléctrico. Primero, se deshizo de su participación en la Compañía General de Electricidad (7,8%) y luego vendió las acciones que poseía en Gener (19%). Los motivos: el medio cambió y son los grandes operadores internacionales los que empezaron a mandar.

Tal trayectoria derivó en que Angelini fuera premiado en 1983 con el premio Icare al mejor empresario. Es más, en 1994 este hombre obtuvo la nacionalidad chilena por decreto firmado por el ex Presidente de la República, Eduardo Frei Ruiz-Tagle. En tanto, desde 1990 la revista Forbes lo ha designado como uno de los millonarios latinoamericanos (en el año 2000 obtuvo la ubicación 457 a nivel mundial por sus US$ 1.100 millones). En julio de 1999 la revista Qué Pasa lo consideró entre los 100 personajes más influyentes en Chile. Además, el diario Estrategia lo nombró en diciembre de 2000 como uno de los empresarios más destacados al encabezar el grupo empresarial más grande de Chile y administrar activos por más de US$ 8.500 millones.

Angelini formó su imperio de negocios sobre la base de un equipo que nada ha cambiado con el paso de los años y que, a diferencia de otros grupos económicos, se basa en personas y no en cargos: los abogados José Tomás Guzmán y Manuel Bezanilla, su sobrino Roberto Angelini, y el ingeniero civil Alejandro Pérez.

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