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Se suma al consejero de Seguridad Nacional y al secretario de Defensa

Trump se rodea de generales en la Casa Blanca: John Kelly a Seguridad Interior

jueves, 08 de diciembre de 2016

Nicolás García de Val
Internacional
El Mercurio

El general retirado de la Infantería de Marina y ex jefe del Comando Sur tendrá que ver el tema del control de la frontera con México.



En tiempos de campaña, el republicano Donald Trump criticó muchas veces a los generales estadounidenses, llegando incluso a afirmar que él sabía "más del Estado Islámico" que ellos. Pero esa supuesta falla de los militares no le impidió nominar John Kelly como secretario de Seguridad Interior, ni a otros cargos anteriormente.

Como ex jefe del Comando Sur, que tiene como área de operación Centroamérica, el Caribe y Sudamérica, este ex marine tiene una amplia experiencia en asuntos relacionados con el tráfico de armas, drogas y personas. Y durante la presidencia de Barack Obama, advirtió de vulnerabilidades en la frontera de Estados Unidos con México, aunque dijo que un muro no resolvería todos los problemas.

Ahora, este general retirado estará a cargo del Departamento de Seguridad Interior, creado después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 para mejorar la coordinación entre agencias del gobierno y prevenir futuros ataques. Con 240.000 empleados, tiene como tarea proteger el territorio estadounidense, lo que incluye el control de las fronteras, la seguridad de los aeropuertos y las amenazas terroristas. Es decir, Kelly será responsable de materializar una de las promesas más controversiales de la agenda de Trump: detener la inmigración ilegal.

Con esta nueva nominación se refuerza la tendencia del futuro Presidente de nombrar a militares en altos cargos de su administración.

Además de Kelly, Trump ya había anunciado que el general (r) de Ejército Michael Flynn será su consejero de Seguridad Nacional y que el general (r) de Infantería de Marina James Mattis será el secretario de Defensa.

Además de ser marines , Kelly y Mattis tienen en común haber dirigido comandos militares de Estados Unidos, con los cuales se divide el mundo en teatros de operaciones (Sur y Central, respectivamente). Sus cargos también deben ser aprobados por el Congreso, no así el de Flynn, que al igual que Mattis es veterano de las guerras de Medio Oriente. Eso incluye el paso de ambos por Afganistán, donde murió el hijo de Kelly.

Si se confirman todas estas nominaciones, habría un número sin precedentes de militares en altos cargos del gobierno.

Control civil

"Kelly tiene puntos de vista similares a los del Presidente electo, lo que es bueno para la cohesión del gobierno. Por lo que la elección tiene sentido, aunque el nombramiento de tantos ex generales es inusual y aún es incierto de qué manera afectarán las políticas en las agencias de seguridad nacional", dijo a "El Mercurio" Richard Weitz, experto del Hudson Institute.

La presencia de altos mandos retirados en cargos de poder no es tan inusual. Obama nombró al general (r) James Jones como su asesor de Seguridad Nacional y al almirante Dennis Blair como director de Inteligencia Nacional; mientras que Ronald Reagan y George W. Bush tuvieron a generales como secretarios de Estado, Alexander Haig y Colin Powell, respectivamente.

Lo que llama la atención de Trump es el número de generales designados y el gran poder de los cargos que ocuparán.

Aunque tanto Kelly como Mattis se han ganado un respeto generalizado en el país, hay quienes temen que su ingreso al gobierno atente contra el control civil sobre asuntos militares que, históricamente, ha existido en Estados Unidos. El temor de quienes critican los nombramientos no es que, sin el control de civiles, los militares vayan a arrastrar al país a nuevas guerras, sino que aumentarían aún más el poder que el Pentágono sobre las decisiones de la Casa Blanca y el Congreso.

De hecho, para que Mattis sea confirmado al cargo, la Cámara Baja tendría que hacer una excepción, puesto que la ley impide que militares retirados se conviertan en secretario de Defensa antes de que transcurran siete años tras dejar el uniforme. Algo fácil para los republicanos que controlan el Capitolio.

"Generalmente, las administraciones parten con un número reducido de generales en posiciones clave. Nombrar a tantos, tan rápido, es sumamente inusual. La experiencia de todos estos hombres es innegable, pero debemos recordar que grandes generales no necesariamente son grandes miembros de gabinete", dijo el ex funcionario del Pentágono, Phillip Carter, a The Washington Post.

Pero como si no fuera suficiente, el condecorado y polémico general (r) de Ejército, David Petraeus, sigue sonando como secretario de Estado, mientras que el almirante Michael Rogers es considerado como director de Inteligencia Nacional.

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