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Quinto equipo en litoral nacional:

Incorporan una nueva boya para fortalecer alerta de maremotos

martes, 06 de diciembre de 2016

HERNÁN CISTERNAS ARELLANO
Nacional
El Mercurio

Se instalará en zona de convergencia de las placas oceánica y continental.



Para cubrir una brecha que existe actualmente entre Caldera y Constitución, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) instalará a partir de hoy una boya de cuarta generación a 220 km al NW de Valparaíso y 205 km de la costa, frente a Pichidangui, para fortalecer el sistema de alerta de maremotos en el litoral nacional.

Se trata de una boya DART 4G, equipada con sensores de presión de alta tecnología, que tras un terremoto detectan en forma temprana las ondas de un tsunami . Al mandar información en forma inmediata a un satélite, mejora las capacidades de pronósticos de los organismos técnicos encargados de alertar a la población costera sobre eventuales evacuaciones.

La boya frente a Pichidangui será la quinta a lo largo del litoral nacional. Hasta el año pasado, el país solo contaba con dos de ellas, una en Iquique y otra en Caldera, ambas de segunda generación. En septiembre y octubre de 2015 se instalaron las primeras de cuarta generación, diseñadas por la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), que quedaron ubicadas en Mejillones y en Constitución, a 143 y 209 km de la costa.

Los instrumentos se localizan en las cercanías de la fosa donde convergen las placas de Nazca y Sudamericana, donde se generan eventos sísmicos por el proceso constante de subducción entre la placa oceánica y la continental.

El director del SHOA, contraalmirante Patricio Carrasco, señaló ayer que la incorporación de la nueva boya constituye un hito en el sistema nacional de alerta de maremotos, porque al cubrir un área que carecía de estos instrumentos de detección permitirá mejorar los pronósticos.

Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional, valoró que se refuercen tecnológicamente las zonas central y norte del país, porque los escenarios más probables de futuros eventos se presentan desde Pichilemu hasta Arica. Indicó que los terremotos de gran magnitud de 1960 y 2010 liberaron energía en la zona sur, lo que no ha ocurrido hacia el norte.

Inversión
La boya costó 1 millón de dólares. A ello se agrega la operación de fondeo y mantención.

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