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El ex canciller viajaba con su secretaria cuando estalló la bomba

La misión secreta de la Dina en Washington: matar a Letelier

martes, 06 de diciembre de 2016

Lilian Olivares
Nacional
El Mercurio

El gobierno de Pinochet entregó a Michael Townley, pero la Corte Suprema no permitió la extradición del jefe de la Dina.



Todo partió con dos pasaportes falsos cuyas identidades fueron descubiertas por una publicación de este diario, fechada el domingo 5 de marzo de 1978. Ese día, "El Mercurio" señaló que lectores habían identificado la foto de Juan Williams Rose, distribuida dos días antes por el gobierno de Washington, como correspondiente en realidad a un hombre conocido en Chile como Michael V. Townley, de nacionalidad estadounidense.

A partir de ese momento, el asesinato en el corazón de Estados Unidos, perpetrado dos años antes contra un importante opositor al régimen militar, clavó de lleno en el corazón de los chilenos que comenzaron a seguir con delirio -por sus implicancias políticas y sociales- el juicio que se desarrollaba en Washington por la explosión que asesinó al ex canciller Orlando Letelier y a su secretaria, Ronni Moffitt, que viajaba con él por Sheridan Circle.

Letelier estaba exiliado en ese país y trabajaba en reconocidos institutos internacionales de tendencia marxista, desde donde hacía presión en el Congreso estadounidense y entre los gobiernos europeos en contra del régimen de Augusto Pinochet. Se le consideró tan influyente, que evitó la entrega de los préstamos que pidió el régimen militar para restaurar la economía chilena. Esa sería la razón por la cual el ex jefe de la Dina, Manuel Contreras, decidió su muerte, que se concretó el 21 de septiembre de 1976, a las 9 de la mañana.

Cuando dos años más tarde comenzó el juicio, nadie conocía a los autores. Hasta que la primera pista la dio "El Mercurio" con la foto de Townley, quien era un antimarxista que durante el régimen de la Unidad Popular participó en la destrucción del Canal 5 de Talcahuano.

La justicia estadounidense llegó a establecer que en julio de 1976 Manuel Contreras Sepúlveda se comunicó con su par, el director del Servicio de Inteligencia Militar de la República de Paraguay, para pedirle que le consiguiera dos pasaportes especiales para dos agentes de la Dina. Le explicó que se utilizarían en una misión secreta no especificada.

A fines del mes siguiente, Fernández Larios viajó a Washington junto con la agente Liliana Walker, a vigilar los pasos de Letelier. El 7 de septiembre lo hizo Townley, que contactó a miembros del Movimiento Nacionalista Cubano (MNC) que le proveyeron explosivos y le ayudaron a fabricar la bomba, que Michael Townley puso debajo del vehículo de Letelier, la que activó por control remoto, tal como lo había hecho en 1974 contra el general (r) Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires.

En 1978, en el juicio en EE.UU. fueron condenados todos los cubanos, pero no Contreras -a quien le significó el fin de su carrera y su libertad- ni Espinoza, porque no lograron que Chile les diera la extradición. En cuanto a Townley, firmó un compromiso acogiéndose al Sistema de Protección de Testigos. Y Fernández Larios fue condenado como cómplice a 5 años de presidio, pero solo estuvo siete meses encarcelado.

Testigos protegidos

El abogado Jorge Balmaceda, quien representó al coronel (s) Pedro Espinoza en el caso, confirmó que "Michael Townley se acogió a la calidad de Testigo Protegido en su condición de ciudadano americano. En cambio, Armando Fernández, que también tiene la condición de Testigo Protegido, hizo un acuerdo con el fiscal Eugene Propper, y partió a Brasil, desde donde viajó a Miami, donde llegó como chileno a contarle a Propper lo que sabía. Sin embargo, de acuerdo al artículo 6º del Código Orgánico de Tribunales, es perfectamente factible seguir una acción penal en su contra por ser crímenes de chilenos cometidos contra chilenos que se han ido al extranjero".

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