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Francia:

Valls anuncia candidatura presidencial y apela a la unidad de la izquierda

martes, 06 de diciembre de 2016

JAVIER MÉNDEZ ARAYA
Internacional
El Mercurio

El Primer Ministro, que hoy dimitirá a su cargo, tendrá primero que ganar las primarias socialistas de enero.



Solo cuatro días después de que su jefe, el Presidente François Hollande, bajo presión suya desistiera de ir a la reelección, el Primer Ministro francés, Manuel Valls, lanzó su precandidatura para representar a los socialistas en los comicios presidenciales de 2017 con la promesa de "unir a la izquierda".

Valls, nacido en España, lanzó su postulación desde Évry, su bastión electoral cerca de París, en un discurso en que denunció los peligros de un triunfo de la derecha, tradicional o populista. "Son un paso atrás social generalizado y piden a los funcionarios trabajar más para ganar menos", dijo. Luego, enfatizó que su candidatura es de reconciliación. El Jefe de Gobierno informó además que dimitirá hoy para dedicarse a la campaña para las primarias de la izquierda, que se realizarán a fines de enero.

El precandidato se comprometió a que "Francia no reviva el trauma de 2002 con una extrema derecha en la segunda vuelta". Ese año, los socialistas se vieron obligados a pedir el voto por Jacques Chirac, el candidato de la derecha en el balotaje, para frenar el avance del fundador del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen. "Dicen que la izquierda no tiene ninguna oportunidad, pero no hay nada escrito", advirtió.

Según un sondeo publicado por el diario Journal du Dimanche, el Primer Ministro es la personalidad preferida de los simpatizantes de izquierda (45%) para convertirse en el candidato socialista, pero Marine Le Pen -hija del fundador del Frente Nacional y su actual abanderada- y el candidato de derecha François Fillon (Los Republicanos) aún lo superan ampliamente en otras encuestas.

Los ejes de su programa -dijo- serán la "laicidad", la "igualdad" y la "fraternidad", junto con un modelo social que "hay que preservar y modernizar". Valls ha intentado desde hace años una modernización de la izquierda, pero su personalidad autoritaria, su discurso favorable a las empresas y su defensa estricta del laicismo irritan a parte de los socialistas (que en Francia son partidarios de permitir por ejemplo el uso del velo islámico).

Valls representa el ala más liberal y a la derecha de su partido y ha reconocido que no considera sostenibles políticas socialistas como la semana laboral de 35 horas y defendió controvertidas propuestas como la reforma laboral que sacó adelante a pesar de fuertes protestas, o leyes antiterroristas severas.

El Primer Ministro asume el desafío presidencial con un alto porcentaje de desaprobación a su gestión (69 %), cuestionado por las reformas que decidió aprobar por decreto y con adversarios dentro de su propio partido. El ex ministro de economía Arnaud Montebourg y el ex ministro de Educación Benoît Hamon se han sumado a un grupo de socialistas disidentes que se oponen a la candidatura de Valls, y han anunciado su propia postulación.

Si gana las primarias abiertas que organizan los socialistas y los Verdes, "su principal dificultad será unir a la izquierda después de haber proclamado que había 'dos izquierdas irreconciliables'", explica a "El Mercurio" Paul Bacot, analista del Sciencies Po de Lyon.

El politólogo cree que en el estado actual de las cosas, una victoria socialista y la elección de Manuel Valls son poco probables. Pero añade: "El futuro político francés está lleno de incertidumbre. El posicionamiento muy a la derecha de Fillon puede reducir el apoyo para Marine Le Pen, pero podría llevar a los votantes de centro a apostar por Valls. Además, el Primer Ministro tiene como puntos fuertes su estatura política, experiencia y su perseverancia".

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