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Celebrar el diseño

sábado, 03 de diciembre de 2016

Texto, Soledad Salgado S.
interiorismo
El Mercurio

E n Londres se acaba de estrenar el nuevo Design Museum, en un renovado edificio patrimonial en Kensington. ElEl lugar, que alberga una colección permanente de mil piezas que han cambiado la vida cotidiana de sus usuarios, es el resultado de un trabajo interdisciplinario de profesionales, y cuenta también con salas de exhibiciones temporales y de aprendizaje.



Fueron casi dos décadas frente al río Támesis, tiempo en que el Design Museum se lució con exposiciones dedicadas al trabajo en diseño de connotados profesionales como Richard Rogers, Zaha Hadid, Ettore Sottsass y Christian Louboutin, entre otros. Sin embargo, luego de cinco años de trabajos de construcción, acaba de estrenar una nueva cara, esta vez en Kensington High Street, al oeste de Londres, que le permite a la institución contar con renovadas áreas, acordes a los nuevos tiempos, y un metraje que triplica el espacio anterior, alcanzando los 10 mil m2.

El proyecto se emplaza en un edificio modernista de la década de los 60, con protección patrimonial grado II, y que fue completamente renovado por un equipo interdisciplinario: OMA, Alliess and Morrison y Arup, para dar nueva vida al espectacular techo de concreto y metal y distintiva fachada; y John Pawson para crear un interior calmo que se desenvuelve en torno a un atrio de roble.

Usando avanzadas técnicas de ingeniería, quitaron el piso y la fachada fue reemplazada por una piel de doble vidrio que mejoró el aislamiento y permite el ingreso de luz de día a los distintos ambientes. Este nuevo exterior también se asemeja al edificio original, con sectores opacos donde se trabajó el tono azul.

El techo, por su parte, es como un gran manto de concreto que cubre el largo del volumen, elevándose en los costados a la manera de una mantaraya, y luciendo por fuera una cubierta hiperbólica metálica.

Adentro, y quizás los recintos más importantes del lugar, son dos nuevas y enormes galerías de exhibición temporales de doble altura y columnas de concreto texturado, que se estima pueden albergar unas siete muestras al año. Una de ellas se ubica en el subterráneo junto a un recinto que, a través de un muro vidriado, permite a los visitantes ver colecciones que no están en exposición.

En el primer nivel, de acceso, está la tienda y el café con capacidad para 40 personas. Luego, una amplia escalera con luces led en las barandas conduce hacia los pisos superiores, y ofrece a quienes recorren el recinto la posibilidad de hacer una pausa en banquetas de cuero. El recorrido propuesto por Pawson lleva a nuevos espacios dedicados al aprendizaje -el museo considera una tarea primordial incentivar el conocimiento del diseño en las nuevas generaciones- y también hacia la biblioteca, estudio de cine, salas de reuniones y el Centro de Aprendizaje de la Fundación Swarovski. El área de estudios está pensada para acoger 60 mil alumnos cada año.

En el piso superior, la atracción más importante es la nueva colección permanente, una maravillosa muestra de alrededor de mil objetos vista desde la perspectiva del diseñador, fabricante y usuario, entre las que destaca un modelo a escala de los nuevos trenes de metro de Londres. Allí también se ubica el restorán Parabola, llamado así en honor a la monumental estructura del techo.

-Hay momentos en que solo puedo saborearme al recorrer el edificio, y es realmente por el placer que me provoca el encuentro de lo nuevo y lo viejo. Espero que el Design Museum sea un ejemplo de que no tienes por qué derribar todo y partir de un bosquejo actual para generar nuevos y excitantes espacios culturales -dice Pawson.

El Design Museum fue fundado por sir Terence Conran en 1989. En sus inicios funcionó en el subterráneo del V&A Museum.

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