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museo para el ingenio

sábado, 03 de diciembre de 2016

Texto, Paula Donoso Barros. Fotografías, José Luis Rissetti.
Patrimonio
El Mercurio

Mucho más que una muestra organizada de antiguas herramientas de carpintería, el Museo Taller de las Herramientas se trata de una generosa entrega a la comunidad de Francisco Dittborn. Entusiasta carpintero y apasionado coleccionista, pone al servicio de todos lo que para él es "la prueba máxima del ingenio humano".



El entusiasmo de sus creadores transmite la energía y la pasión con que se ha hecho el Museo Taller de las Herramientas, que acaba de salir de una silenciosa marcha blanca en calle Root 563 en Santiago. En una casa de 1906, que en principio se compró para guardar la enorme colección de Francisco Dittborn -en 17 años se ha ido incrementando hasta sumar más de dos mil objetos-, y que terminó siendo restaurada y habilitada para exponer cerca de 700 de ellos. Una interesante cantidad de instrumentos que se organizan en un relato que sigue las fases lógicas de un proyecto de carpintería: medir y marcar, cortar, cepillar, desbastar, perforar y ensamblar, con las colecciones colgadas y los objetos más icónicos dispuestos en vitrinas, según sean los más antiguos, los más extraños.

Fueron cepillos moldureros los primeros en llamar la atención de este carpintero aficionado que terminaría siendo un tremendo coleccionista. Dittborn no solo los encontró bonitos, sino que le parecieron "un acierto de técnica, sabiduría, imaginación y forma". Y siempre atraído por esas razones no paró de incorporar piezas. "Hay taladros de mano, niveles excepcionalmente ornamentados, antiquísimas azuelas utilizadas para desbastar los pisos de las iglesias chilotas, herramientas que son un lujo, de marcas muy conocidas y otras confeccionadas por los mismos carpinteros. Hay de dos siglos atrás y otras imposibles de datar, pero todas son el reflejo de alguien con necesidad de resolver, de ayudarse; instrumentos que representan la intuición, la claridad, los años de experiencia y el amor por lo bien hecho", dice el propio Dittborn en su libro Herramientas del Pasado, con el que hizo públicas por primera vez sus joyas, el año 2015.

En él, a través de 180 antiguas herramientas de carpintería, abordaron como tema el ingenio que hay puesto en ellas, la pasión del coleccionismo, el talento de los artistas. Fue un trabajo muy personal que acaba de recibir el Premio Amster-Coré al diseño editorial 2016.

-Con el libro hubo tanto entusiasmo por ver las herramientas en directo que Pancho dijo: "Va el museo" -cuenta la historiadora del arte Marcela Bañados, editora del texto y subdirectora del museo-. Pancho tenía clarísimo cómo hacerlo.

Crearon una experiencia para todas las edades, que se inicia con la proyección de un corto animado destinado a abrir la imaginación y la curiosidad, y luego se recorre una colección tan rica que podría ordenarse con diferentes curadurías: por procedencia, por fecha, por uso, materialidad, por lo que son capaces de construir, por su fabricante, por lo básicas o sofisticadas que resulten ser; por la belleza y profusión de sus decorados, por ser una oda a la ergonometría y al diseño industrial.

Se disfruta desde muchas miradas, de grandes y chicos. "Nos interesa especialmente que vengan niños, en especial chicos de escasos recursos para que encuentren aquí un lugar que los entusiasme; que tengan la posibilidad de vivir en un espacio bello y amable, donde se sientan bienvenidos y puedan desarrollar su creatividad", dice Marcela.

Quieren devolver valor a lo simple. "Generar la cadena virtuosa de ser curioso, y por eso creativo y por eso ingenioso. Es un museo taller donde ellos se despliegan y hacen sus propios trabajos".

Francisco no deja de asombrarse con el entusiasmo de los niños que los han visitado como curso, o acompañados de sus papás. Tampoco con la impresión que muestran universitarios que han hecho ahí sus clases de taller. La respuesta a un relato que se adapta según la edad de los visitantes, lo emociona tanto como el ingenio que hay detrás de cada pieza, su evolución y su historia.

"Lo que realmente colecciono no son herramientas, sino el ingenio que hay detrás de cada una".

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