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La industria de la inteligencia artificial "made in Chile" comienza a tomar fuerza

lunes, 24 de octubre de 2016

Pablo Tirado
El Mercurio

Sectores como el eléctrico, la agricultura o el retail están aplicando técnicas de este tipo para hacer más eficientes sus procesos y aumentar sus ganancias.

Es una revolución que parece estar recién comenzando y que promete cambiar para siempre la forma en la que vivimos.

Para hacerse una idea, si hace cuatro años las inversiones mundiales de venture capital relacionadas con alguna tecnología vinculada a la inteligencia artificial sumaban unos US$ 282 millones, gracias a 67 operaciones, según datos de CB InRights; el año pasado los acuerdos llegaron a los 397, sumando US$ 2.388 millones. De hecho, se calcula que para el año 2020 el mercado de las soluciones de Inteligencia Artificial y robótica moverán unos US$ 153 mil millones en el mundo.

Lideradas por compañías como IBM, Tesla o Google, este tipo de tecnología ha alcanzado un mayor desarrollo en países como Estados Unidos o Japón, aunque también comienzan a tomar fuerza en Chile.

El académico e investigador John Atkinson lleva más de 18 años trabajando en el tema en la Universidad de Concepción, plantel que cuenta con un laboratorio de Inteligencia Artificial, desde donde han emergido innovaciones para diversos ámbitos. "Antes, esto era algo que se miraba desde lejos y ahora es más transversal, porque se entiende que va a afectar hasta las partes más domésticas de la vida", señala.

Entre los desarrollos en los que ha trabajado Atkinson se cuenta una tecnología que crearon para las empresas eléctricas y que les ayudaba a reducir los fraudes, es decir, identificaba a personas que "se colgaban" a la luz. Según explica, el problema para el sector eléctrico era enorme y les generaba millonarias pérdidas. Para combatirlo contaban con analistas que revisaban datos de sus clientes y sobre la base de eso generaban una serie de posibles "infractores" a quienes se les fiscalizaba. Sin embargo, la técnica tenía una tasa de éxito cercana al 7%.

Fue ahí donde Atkinson y su equipo aplicaron técnicas de Inteligencia Artificial, para que fuesen máquinas y no humanos las que analizaran los datos. El resultado fue prácticamente inmediato y las fiscalizaciones resultaron ser tres veces más eficientes en una primera etapa, y luego siguieron perfeccionándose. "Les entregábamos recomendaciones sobre a quién fiscalizar y a fin de mes ellos llegaban con los resultados y nos decían donde había funcionado y donde no. Con eso, nuestra tecnología también iba aprendiendo y se iba ajustando y mejorando. Con esto estamos haciendo cosas que los humanos no hacen bien, por diferentes razones, por sesgos, etcétera", apunta el investigador, quien agrega que esa tecnología está hoy presente en más de 10 empresas eléctricas de Chile y América Latina.

Otro de los desarrollos en los que trabajó fue un sistema que le encomendó el Gobierno en 2009 para reducir las listas de espera en los hospitales. La lógica era similar a la solución creada para la industria eléctrica, sin embargo nunca llegó a implementarse, pues con la llegada de las nuevas autoridades, en 2014, el proyecto fue postergado y finalmente cancelado. "No era la panacea, pero era algo que podía ayudar a resolver un problema bastante importante, que tiene un impacto social altísimo", afirma.

Futuro promisorio

Con todo, Atkinson asegura que esta industria tiene un futuro promisorio en Chile. "En el último tiempo han empezado a aparecer algunas startups de las mismas universidades que han generados productos de Inteligencia Artificial. A mí me gustaría que más gente se especialice, se perfeccione y que se transforme en un tema estratégico, porque hoy no lo es", apunta.

En Santiago, también se está trabajando en la materia. Centros de estudio como la Universidad de Chile y la UDD o empresas como Telefónica y Codelco cuentan con sistemas y productos. "En Chile se realiza investigación en prácticamente todas las áreas de Inteligencia Artificial, con un importante foco en mejorar y volver más seguros los procesos de la industria nacional", dice Loreto Bravo, directora del Instituto Data Science de la UDD y del Centro Telefónica I+D. "Nos encontramos trabajando en proyectos asociados a la minería, agricultura y ciudades inteligentes que utilizan técnicas de inteligencia artificial", agrega.

Bravo también explica, por ejemplo, que en la agricultura, a partir de grandes volúmenes de datos de sensores que miden variables como tipos de suelos o el clima, están desarrollando sistemas que permitan disminuir costos de producción y aumentar la productividad.

Una de las nuevas compañías chilenas que están inmersas en el mundo de la Inteligencia Artificial es Aira, una plataforma desarrollada para la industria de reclutamiento de personal y que es capaz de reducir de 21 a tres días el proceso de selección. "Aira lee currículum por medio de Inteligencia Artificial, analizando su contenido mediante el procesamiento de lenguaje natural. En simple, puede ir reconociendo las palabras que diferencian a un buen candidato de otro. Adicionalmente, al entrevistar a un postulante vía video, puede analizar las emociones que proyecta - alegría, enojo, tristeza, entre otras- y con ello entregar esa percepción de "guata" que generalmente tiene un entrevistador", señala Gonzalo Sanzana, CEO y cofundador de la compañía.

Actualmente, Aira está en plena fase de expansión con clientes en industrias como el retail, las finanzas o el servicio al cliente y buscan crecer también en Perú y México. Junto con eso, la compañía ha sido premiada por concursos globales en EE. UU., Suiza y Chile y es finalista en Y Combinator, la mayor aceleradora de negocios innovadores del mundo, hogar de firmas como Dropbox o Airbnb.

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