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CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES

Ernesto Ottone anuncia que el Museo de Bellas Artes cubrirá hasta 1967

domingo, 23 de octubre de 2016

DANIEL SWINBURN
Políticas culturales
El Mercurio

De esta manera el ministro busca separar aguas con el trabajo del nuevo Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos, inaugurado hace algunas semanas por él. 1967 fue el año en que Los Cerrillos dejó de ser aeropuerto internacional. El ministro entrega definiciones de lo que será el presupuesto del próximo año y algunas políticas estratégicas que adelantan lo que sería el nuevo Ministerio de Cultura, de aprobarse el próximo año.



El ministro Ernesto Ottone maneja un gran acopio de información y la entrega con un aplomo indesmentible. Debe ser, sin duda, uno de los tecnócratas más preparados para hablar sobre la complejidad creciente que ha ido tomando la cultura en la administración pública. Lejos de toda reminiscencia intelectual o humanista que pueda conservar esa vieja y manoseada palabra, la cultura en boca de él se transforma, para bien y para mal, en política pública, estrategia, eficiencia y burocracia.

A un año y medio de haber asumido, dice sentirse bien en el cargo, "estamos construyendo cosas que serán sólidas para el futuro gobierno. El ámbito de la cultura es muy amplio. Una de las primeras cosas que hice cuando llegué fue crear el departamento de pueblos originarios. Se amplió también nuestro radio hacia la cultura popular, hacia el mundo comunitario, que nosotros no abordábamos desde la línea estratégica del Consejo. Lo mismo hicimos con la inclusión de la gastronomía, preparando un poco el terreno de lo que va a hacer el futuro ministerio".

El ámbito de lo que sería el nuevo Ministerio de Cultura se complejiza y se amplía a horizontes insospechados para aquellos pioneros que pensaron en un consejo más liviano que iría en apoyo de artistas y gestores. Por eso, todos los sueños del ministro Ottone y del Gobierno serían en vano si es que no se aprobara durante su mandato el proyecto que crea el Ministerio de Cultura, que él ve bien encaminado, luego de su aprobación casi unánime por la Cámara de Diputados. Este proyecto fusiona el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) con la Dibam, básicamente, y establece un nuevo régimen jurídico y organizacional para toda el área, que deberá, además, adaptarse a los nuevos requerimientos de descentralización.

-¿Habrá espacio en la Comisión de Educación del Senado para estudiar el proyecto?

"Ignacio Walker, presidente de la Comisión de Educación, se comprometió con sesiones el 2 y el 11 de noviembre. Walker me decía que entre enero y marzo el proyecto iba a tercer trámite. Estamos convencidos de que ese proyecto lo sacamos el año próximo tal como está comprometido. No me cabe en la cabeza que no lo aprobemos".

-¿No ve obstáculos en el Senado?

"Hemos tenido muy buena llegada con todas las bancadas. En todas las comisiones que me ha tocado participar por el proyecto ha habido un apoyo transversal, con matices, que a veces ha hecho que la oposición se abstenga en algunos puntos, pero no ha votado en contra. Hay una idea instalada de que hay que crear este ministerio ya. Los sectores culturales están todos apoyando; los que tenían miedo de que desaparecieran los consejos de participación ciudadana, tienen garantizado que estos siguen existiendo; los que tenían miedo de la fragmentación que se nos produce entre patrimonio, fomento y demás tareas, están convencidos de que esa coordinación con buen trabajo se puede hacer".

-Sobre el nombre del futuro ministerio, ¿sigue llamándose Ministerio de las Culturas? ¿Es necesario usar cultura en plural en vez de la voz genérica, que por sí misma denota universalidad?

"El nombre del futuro ministerio es Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. El uso del plural en la palabra cultura tiene que ver con un debate prolongado que se realizó entre 2014 y 2015, en un proceso de consulta a los pueblos indígenas y tribales afrodescendientes de Arica para construir el proyecto de ministerio que se presentaría, y que responde al contexto histórico con que se ha considerado la cultura en Chile, desde una óptica elitista. Lo que se está haciendo ahora es un reconocimiento a que en nuestro país han existido distintas formas y expresiones culturales. Por lo tanto, lo que se hace con fuerza es indicar la pluralidad de esas culturas y disciplinas artísticas. Sin duda, es un debate que nuevamente se va a producir en el Senado, tal como sucedió en la Cámara de Diputados durante su tramitación. No obstante, desde el Ejecutivo estamos convencidos de que debería ser en plural".

¿El último presupuesto "híbrido"?

Hablar del presupuesto de su repartición es complejo, pues el ministro solo puede referirse a los ítems del Consejo y no a los de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (Dibam), aún cuando hay yuxtaposiciones evidentes en varios ítems.

"En tres años, el presupuesto de cultura ha crecido un 33,2 por ciento, lo cual es histórico. Este año no es sorpresa, ha habido un apriete fuerte y nuestro presupuesto es de continuidad. Eso significa que el desarrollo de nuevos programas tendrán que ser postergados, aunque ya no los teníamos proyectados, porque estamos preparando el terreno para lo que será el nuevo Ministerio de Cultura, que obliga a una tarea interministerial compleja", afirma Ottone.

-El presupuesto asignado al GAM sufre algunas variaciones importantes por la construcción de la nueva sala, ¿pero hay menos fondos para el ejercicio de este año?

"No es que se hayan recortado recursos. Es cierto que el GAM tendrá que hacer un trabajo más grande para ir a buscar recursos al sector privado, pero es preciso recordar que se trata de una corporación privada sin fines de lucro. No es una institución del Estado. Lo que sí hay es un financiamiento adicional que está condicionado a la eventual inauguración de la ampliación del GAM durante el segundo semestre. Son 700 millones contemplados para dicho evento y es el único aumento que hay para este año en el presupuesto del Consejo Nacional de la Cultura".

-También se advierte un aumento importante para los teatros regionales.

"Los teatros regionales aumentan en inversión, gracias a la conclusión de los trabajos de los nuevos inmuebles: Teatro Regional del Biobío, de Coquimbo y de Iquique. Pero el aumento de esa glosa no es lineal, no es permanente, sino que está vinculado a inversiones puntuales para la construcción de dichos teatros, a cuyo financiamiento total aportan otras reparticiones también".

-Un crecimiento importante están teniendo las orquestas regionales.

"Logramos crear el año pasado una glosa específica del presupuesto para orquestas regionales, donde las seis que recibían financiamiento de manera concursable año a año, hoy quedan en una glosa presupuestaria. Además, se crea un fondo de 480 millones para que ingresen nuevas orquestas profesionales regionales, con la excepción que hacemos de la Orquesta de la Usach, de Santiago, que nunca había recibido financiamiento del Estado. Otras tres orquestas quedaron con estos nuevos fondos: la de Antofagasta, la Nuevo Mundo de Rancagua y la Orquesta de Cámara de la U. Católica de Valparaíso. La idea es lograr incorporarlas en la glosa presupuestaria en tres años más y así tener un conjunto de diez orquestas regionales en glosa. Se trata de un aporte basal para orquestas clásicas, que no tenían y que se complementa con fondos de cada región, municipales y del sector privado, en algunos casos".

-¿Qué pasa con la capacitación de gestión para manejar toda esta nueva infraestructura generada por los nuevos teatros y los centros culturales que ya son 41? ¿Sigue existiendo un segmento para ello en el Fondart?

"Hoy esos fondos ya no son concursables. Se hace a través de nuestros departamentos de ciudadanía. Para los centros culturales, por ejemplo, que son corporaciones municipales, se capacitan a los gestores desde dicho programa. Lo mismo hacemos con una amplia red de entidades culturales a lo largo de todo el país, que suman 3.223, y que reciben apoyo nuestro para su gestión y desarrollo. Algunos de ellas son privadas".

-Red Cultura bajó su presupuesto en casi 800 millones.

"Sí, pero hay programas de red cultural que están recogidos en otros departamentos".

Arte Contemporáneo en Cerrillos

Aún cuando la dirección de la red de museos públicos está radicada en la Dibam, el Consejo gestiona y financia dos de ellos: la galería de arte Gabriela Mistral y el Centex, del edificio central en la Plaza Sotomayor de Valparaíso. Hoy, el ministro Ottone ha sumado un tercer inmueble museístico dentro de su actual ámbito de funciones y que fue inaugurado hace algunas semanas: el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos.

"Cuando recopilamos los trabajos realizados en torno a la visualidad de las artes salió a la luz la necesidad de encontrar un espacio para desarrollar las políticas nacionales del arte contemporáneo. Sucedió lo que casi nunca pasa y que una ministra, la de Vivienda en este caso, me pidió ir a ver ese espacio en Cerrillos. Por primera vez, el CNCA recibe un espacio que no ha tenido que financiar, donde nosotros hacemos un proyecto a 20 años, y se decide hacerlo desde la periferia y no desde el centro. Más que un proyecto mío, se dio la oportunidad de poder desarrollar una política a contrapelo de lo que siempre se ha hecho, con un espacio que nos fue entregado. Es un modelo que se ha hecho en otros países".

"Asumimos el riesgo como Consejo de este nuevo espacio y lo incorporamos como parte de la futura estructura que tendrá la política sectorial de las artes visuales".

-¿Y cómo se financia este proyecto nuevo?

"Por glosa presupuestaria, que para el próximo año tiene 250 millones para programación, 400 millones de refacción de las salas para el depósito, y la mantención del edificio, que son otros 300 millones".

-¿No entra este proyecto en colisión con el Museo Nacional de Bellas Artes?

"No. Porque nosotros tomamos en este nuevo centro el arte contemporáneo desde el año 1967. El Museo Nacional de Bellas Artes, tal como su nombre lo dice, debería estar destinado a las bellas artes, que llegan hasta el siglo XIX, así se entiende. No se ha hecho así por razones de falta de espacios culturales, pero nosotros ahora lo hacemos y desde el año 1967 trabajamos en este nuevo centro. Ese año lo definimos porque es el del cierre del aeropuerto de Los Cerrillos para vuelos internacionales. Es una línea editorial".

-Pero el Museo de Bellas Artes tiene muchas obras posteriores a 1967. ¿La idea es trasladarlas a Cerrillos?

"Lo que queremos es plantear que una de las grandes falencias de hoy en los museos, en general, en el país es que tienen depósitos no siempre en óptimas condiciones, que además ocupan gran espacio. A través de la creación de un depósito nacional en Los Cerrillos buscamos liberar metrajes cuadrados a los museos para tener un gran depositario nacional en donde queremos hacer restauración, exhibición e investigación de obras. Las obras de arte del Museo de Bellas Artes son bienes públicos. Creo que es una gran apuesta a 15 o 20 años, y que la he visto en otros países, como fue el caso de la Villette, de París, donde trabajé. Ahí el antiguo matadero se convirtió en un gran centro cultural".

-¿No es este un gran proyecto centralista, que duplica funciones con una glosa de mil millones extra? ¿No se contradice eso con el ethos descentralizador que usted quiere imprimir a su gestión?

"Este proyecto no es centralista. Es un Centro Nacional. El ex aeropuerto queda en Cerrillos, una comuna que no está precisamente en el Centro de Santiago y desde la cual tendremos la oportunidad de desarrollar una política para las Artes de la Visualidad, pensando en todo Chile. Descentralización no quiere decir dejar de hacer las cosas en Santiago; tiene que ver con que las políticas territoriales tengan impacto en las distintas regiones, provincias y comunas. En ningún caso descentralización implica ignorar el potencial de desarrollo y crecimiento cultural en una ciudad tan importante, tan grande y diversa como Santiago".

"No son sumas o montos extra; tiene que ver con una decisión que hemos tomado, donde los arriendos de oficinas en Santiago que se hicieron en la administración anterior, a partir de enero de 2017, dejan de pagarse porque nos vamos en comodato a un espacio en Ahumada que nos va a significar el mismo ahorro".

-¿Hasta dónde llegarán los trabajos en el Palacio Pereira en esta administración?

"Las fechas comprometidas para su apertura son el segundo semestre de 2018".

-¿Y cuál el destino final de su uso?

"Inicialmente era para la Dibam, pero como esta se transforma en otra entidad en el nuevo ministerio, lo que hemos planteado, es que será la sede de la futura subsecretaria del patrimonio cultural y de la dirección del Consejo de Monumentos".

"Se crea un fondo de 480 millones para que ingresen nuevas orquestas regionales a las seis que ya figuran en glosa".

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