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Silla giratoria

sábado, 22 de octubre de 2016

Beatriz Montero Ward. Fotografías, Carla Pinilla G. y José Luis Rissetti.
Anticuario
El Mercurio

Esta silla, con una pata central que permite la rotación de su asiento en 360 grados, surgió en el siglo XVIII, pero ganó popularidad en el XIX debido al aumento de la fuerza laboral en las oficinas.



Se dice que la primera silla de oficina, como también se conoce este modelo, se debe al tercer Presidente de los Estados Unidos, Thomas Jefferson (1743-1826). Su interés por el mobiliario y la arquitectura lo llevó a modificar una de estilo Windsor, que probablemente compró a Francis Trumble o al ebanista de Filadelfia Benjamin Randolph, conectando su asiento y patas mediante un husillo (tipo de tornillo largo) central de hierro. Con eso logró que la mitad de arriba girara sobre sí misma. Para mayor movilidad le agregó ruedas, con lo cual consiguió una silla que le permitía alcanzar su atril de lectura y su mesa de trabajo sin necesidad de pararse.

Otro de los personajes históricos involucrados en este diseño fue el naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882), quien a la silla que tenía en su estudio le adosó ruedas en las patas, para así moverse mejor entre los especímenes y muestras que utilizaba en sus investigaciones, sin abandonar el asiento.

Lo cierto es que, a comienzos del siglo XIX, producto de la Revolución Industrial, el trabajo administrativo se transformó en parte esencial de todo negocio y, por ende, la producción de escritorios y sillas aumentó en respuesta a la alta demanda de mobiliario de oficina. Fue también en ese período que les agregaron ruedas a varios modelos de sillas, con el objeto de mejorar su movilidad y eficiencia. En 1849, el famoso diseñador norteamericano Thomas E. Warren creó la denominada silla con muelle centrípeto, con asiento giratorio, ruedas, apoyacabezas y un resorte escondido bajo el asiento, que permitía reclinarla. La produjo la American Chair Company de la ciudad de Troy, en el estado de Nueva York, y fue presentada por primera vez al público en la Gran Exhibición de Londres de 1851. Se hicieron en varios modelos, todos combinando una estructura de hierro fundido y tapicería en terciopelo, algunos de ellos incluso con pollera para cubrir las patas. Los victorianos, con su estricta moral, la catalogaron de impúdica por ser excesivamente cómoda. Ellos valoraban los asientos rígidos que obligaban a las personas a demostrar refinamiento, fuerza de voluntad y ética a través de una postura recta.

1. Silla inglesade madera de nogal, con asiento y respaldo enjuncado. Circa 1900. $380.000 en Antigüedades Arredondo, Av. Brasil 1157, local 223.
2. Sillónestilo Windsor colonial, de roble americano. Circa 1930. $250.000 en Antiques Vintage, Av. Brasil 1157, local 47.
3. Modeloinglés Chesterfield de madera de nogal. Circa 1880-1900. $530.000 en Antigüedades Carroza, Mapocho 1561.
4. Sillóngiratorio de barco con pie de fierro fundido y respaldo de lingue tallado. Circa 1930, $350.000 en Atelier Classics, contacto@atelierclassics.com, teléfono 99822 9444.
5. Silla Sheriffcon asiento de cané. Norteamericana. Circa 1950. $450.000 en Curiosité Gallery, Alonso de Córdova 3875, local 1.
6. Modelonorteamericano de trabajo, de los años 50, con asiento y respaldo de cuero original. $250.000 en Curiosité Gallery.

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