La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó ayer que hay entre 50% y 60% de probabilidades de que el fenómeno de "La Niña" sea "débil" en el tercer trimestre del año y durante los primeros tres meses de 2017. Es una buena noticia tras "El Niño" ocurrido el año pasado y a principios de este, el más intenso jamás registrado, lo que ha contribuido a que en el mismo período las temperaturas hayan sido las mayores registradas a nivel global. Ambos fenómenos son el resultado de las fases opuestas de interacción entre la atmósfera y el océano Pacífico (incremento o bajada de la temperatura del agua), y tienen efectos opuestos en el clima. Mientras que "El Niño" se produce cuando hay un incremento de las temperaturas, con diferentes efectos en cada región del mundo, "La Niña" contribuye a un descenso de ellas. Así, por ejemplo, las zonas que han sufrido sequías por "El Niño" tienden a registrar precipitaciones por encima de la media con "La Niña", o viceversa.