Los primeros humanos que habitaron el sur de África, hace 70 mil años, usaban técnicas térmicas avanzadas para moldear piedras y fabricar puntas de lanza, entre otras herramientas, lo que supone la primera evidencia directa del uso intencional y generalizado del fuego aplicado a una cadena de producción lítica. Un estudio de un equipo internacional de científicos, liderado por la U. de Burdeos, estableció que durante el Paleolítico medio, este grupo humano desarrolló una técnica para aplicar calor a piezas de piedra y cambiar sus propiedades para facilitar su talla o descamación. Los autores determinaron que el calentamiento de la piedra tenía lugar en la primera fase del proceso de producción de las armas.