Dólar Obs: $ 954,58 | 0,40% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.237,20
IPC: 0,40%
Arizona y Georgia también podrían cambiar:

Utah, el primer bastión conservador que se convierte por Trump en un estado indeciso

sábado, 15 de octubre de 2016

Iván Martinic
Internacional
El Mercurio

PROVO La conducta del republicano y la aparición de un candidato local e independiente han alejado a un electorado que era fiel al partido.



La noche del viernes 7 de octubre, el senador Mike Lee llegó a su casa en Alpine, Utah, tomó su teléfono celular, fijó la cámara hacia su cara y comenzó a grabar un video. Estados Unidos llevaba varias horas en shock tras escuchar la "conversación de camarín" de Donald Trump y el legislador republicano sintió que el candidato presidencial de su partido había tocado fondo.

"Tengo una esposa, una hija y una madre (...). Con el debido respeto, le pido que se haga a un lado", exhortó Lee en Facebook Live. "Deje que otro represente los principios del partido", agregó.

Su quiebre con Trump fue el primero entre los republicanos de Utah, pero no el único. El mismo viernes se sumaron el gobernador Gary Herbert ("no votaré por Trump", escribió en Twitter) y tres de los cuatro representantes del estado en la Cámara. Más cauteloso, el otro senador por Utah, Orrin Hatch, dijo que "no hay excusa para su comportamiento degradante", pero evitó quitarle su apoyo.

Luego vinieron los diarios. El sábado 8, el Deseret News, perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días o iglesia mormona -mayoritaria e influyente en el estado-, rompió con 80 años de neutralidad política y proclamó en su editorial que Trump "debe renunciar". Su diálogo sobre las mujeres "es la esencia de un déspota", añadió.

El miércoles 12, el Salt Lake Tribune, el otro diario de Salt Lake City, también tomó partido. Hillary Clinton "está capacitada para ganar", tituló en su editorial. En 2008 y 2012 había respaldado al también demócrata Barack Obama.

El factor religioso

En Utah, Trump nunca tuvo el apoyo que antes recibieron republicanos como George Bush padre, Bob Dole, George W. Bush, John McCain y Mitt Romney. En la última asamblea del partido, en marzo, apenas resultó tercero, detrás de Ted Cruz y John Kasich.

Pero hasta septiembre, las encuestas estatales lo situaban primero, con una adhesión del 37% al 53%. Su "conversación de camarín", sin embargo, fue devastadora: perdió apoyos partidarios clave y el último sondeo de la empresa Y2K Analytics -conocido el miércoles- lo sitúa empatado en 26% con Clinton.

Con todo, la mayor sorpresa de la encuesta fue otra: la irrupción de un republicano, mormón, ex funcionario de la CIA y oriundo de Utah, Evan McMullin, quien en solo siete semanas levantó una candidatura independiente en rechazo a Trump y ya marca 22%. El libertario Gary Johnson, tercero a nivel nacional, es cuarto en Utah, con 14%.

Este escenario con cuatro candidatos en carrera deja en la incertidumbre el destino de los seis votos electorales de un estado considerado un bastión republicano. Desde 1896, Utah participó en 30 comicios presidenciales, y en 22 favoreció a ese partido. El último demócrata que ganó aquí fue Lyndon Johnson (1964), y desde entonces, los republicanos suman 12 victorias en línea. En la última, hace cuatro años, Romney -un empresario mormón y activo detractor de Trump- obtuvo el triunfo más holgado del país, con 72%.

El divorcio de Utah con el candidato republicano se explica justamente por la mayoría mormona (60%) de sus 2,8 millones de habitantes, que representan menos de la mitad de la población de Santiago, pero viven en un territorio, desértico y montañoso, 14 veces más grande.

"Él no habla de los valores morales que preocupan a la mayoría de los votantes Santos de los Últimos Días", explica a "El Mercurio" el profesor de Ciencia Política de la Universidad Brigham Young Richard Davis. "Además, su vida personal repele a muchos miembros de la iglesia", advierte.

El carácter del candidato es decisivo para los ciudadanos del estado, precisó el director del Instituto de Política Hinckley de la Universidad de Utah, Jason Perry, a medios locales. "Muchos republicanos que estaban con Trump por lealtad al partido llegaron a un punto en que ya no quieren estar asociados a él", añadió, debido a su conducta respecto del matrimonio, la familia y el respeto al prójimo.

Pero la rebelión republicana no beneficia necesariamente a Clinton. Según Davis, la base demócrata en Utah es el 25% de los votos, y la candidata "ya tocó techo". A su juicio, la fuga de votos conservadores está beneficiando a McMullin, quien puede crecer más porque para muchos aún es poco conocido.

McMullin ha dicho que su meta es impedir que Trump logre los 270 votos electorales que lo instalarían en la Casa Blanca y forzar una definición en la Cámara de Representantes.

En duda

El estado mormón no es el único que en esta elección podría cambiar de color político. Según The Washington Post, al considerar las últimas encuestas, la campaña de Clinton está pensando si apostar por Arizona y Georgia, otros dos bastiones republicanos. En Arizona, donde Hillary tiene una ventaja de dos puntos, el senador John McCain -nominado republicano en 2008- había reconocido que incluso para él la campaña de Trump ponía en riesgo su reelección y fue uno de los primeros en anunciar que no respaldará a Trump tras la publicación del polémico video. El estado solo ha votado una vez por un candidato demócrata en las últimas 10 elecciones y fue por Bill Clinton (1996).

En Georgia, donde la población hispana estaría generando un cambio, la situación todavía no es tan clara. Trump aún mantiene el liderazgo en los sondeos con cuatro puntos de distancia, pero ese resultado es lo suficientemente malo para los republicanos que solían ganar fácilmente en ese estado.

Los estados indecisos tradicionales son Ohio, Pensilvania y Florida. En los últimos años se han sumado Colorado, Carolina del Norte, Virgina, Nevada y New Hampshire.

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia