Este 18 de Septiembre, la empanada más cara se vende en Nueva Zelandia a $4.570
domingo, 18 de septiembre de 2016
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio
En Argelia, India, Marruecos y Sudáfrica no superan los $700 por unidad. Constanza Capdevila de la Cerda
Mientras usted disfruta de más de una empanada de pino durante este fin de semana, tenga por seguro que sus compatriotas alrededor del mundo harán lo mismo. Porque no por vivir fuera de Chile hay que estar dispuesto a privarse de este clásico de la cocina criolla. Y como el chileno es busquilla, si en alguna ciudad no existe el restaurante chileno que prepare los platos típicos, siempre está la posibilidad de fabricarlas en casa con ingredientes locales. En la duodécima versión del "Índice de la empanada" -que mide el valor de una empanada en distintas ciudades del mundo-, las sorpresas vienen desde Argelia y Nueva Zelandia. En el primer caso, celebran con una especie de empanada llamada bourek, que cuesta unos $190. El cónsul en ese país, Eduardo Chihuailaf, explica que "los boureks son rollos que venden en los supermercados y se pueden rellenar con carne, pescado o queso", precisa. En Nueva Zelandia, la cifra se dispara hasta los $4.570. En el consulado de Chile en Wellington comentan que el restaurante "Puro Chile" vende empanadas. Su dueño, Rodrigo Cartagena, es el encargado de organizar las fiestas dieciocheras para la comunidad local. Si en Chile una empanada mediana cuesta, en promedio, $1.500, en el extranjero, y considerando los datos proporcionados por 25 consulados, el valor alcanza los $2.040. Quienes tendrán que estar dispuestos a desembolsar mayores cantidades para saborear una empanada, además de Nueva Zelandia, son los chilenos en Singapur ($4.270), Dinamarca ($4 mil) e Irlanda ($4.091). Por su parte, en India, Marruecos, Sudáfrica, Hungría e Indonesia el precio de cada unidad no supera los $800. En Pretoria, la cónsul Magdalena Wilson cuenta que para la celebración oficial la encargada de elaborar las 300 empanadas es la señora Mary, chilena residente, y cada una cuesta $700. "La parte triste es que su marido, el señor Vinicio, miembro fundador de la Asociación de Chilenos en Sudáfrica, acaba de fallecer, pero a pesar de toda la pena, la señora Mary está trabajando en nuestra orden, y habrá celebración con empanadas este fin de semana", aclara la autoridad. En Yakarta, hacer una empanada cuesta $845, y son preparadas por Maemunah Suwarti, la ama de llaves de la residencia del embajador, que trabaja ahí desde 1990. "En Indonesia existe una versión de la empanada llamada panada, herencia del paso de los portugueses por estas tierras, pero preferimos las hechas por la Sra. Munah", detalla el cónsul en esa ciudad, Sebastián Aguilera. En París, también es una connacional, Martita, quien vende empanadas -por unos $1.700- y su clientela incluye a los funcionarios de la embajada, Unesco, Consulado y particulares. Afortunados son los chilenos en Houston (Estados Unidos) que pueden disfrutar de esta delicia durante todo el año por unos $2.440. La celebración en la principal ciudad de Texas será en grande hoy domingo en el parque Bear Creek con cueca, vinos chilenos y volantines, además de puestos que ofrecen comida típica. No son pocos los cónsules, e incluso embajadores, que preparan ellos mismos las empanadas. Tal es el caso del cónsul en Buenos Aires, Raúl Sanhueza, quien las elabora cada año para los funcionarios de la embajada. También las preparan chilenos residentes y cobran en torno a los $1.100 por cada una. En Budapest, Hungría, las empanadas valen $730, pero advierten desde el consulado que el tamaño es menor a las que se venden en Chile. El 22 de septiembre celebrarán las Fiestas Patrias con una recepción donde la embajadora Verónica Chahín y el cónsul Carlos Gajardo vestirán tenida huasa. Puertas adentro celebrarán en Copenhague (Dinamarca) el "18". El clima en esta época es helado y lluvioso, pero no faltarán la carne, vino, alfajores, música en vivo y bailes típicos. La reina será la empanada, cuyo valor es de $4 mil. En Marruecos -señala Nicolás Franjola, desde la embajada en Rabat-, "la comunidad chilena es reducida, y no hay quién prepare empanadas. En Rabat hay hornos de barro públicos, y por un precio módico, cualquiera puede llevar su propio pan o, en este caso, su empanada para que las cocinen. Considerando los ingredientes y la cocción, no debería costar más de $660", afirma.
