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Contrapunto | La obra del bardo en las tablas chilenas:

Cinco directores de teatro revelan su experiencia con Shakespeare

domingo, 04 de septiembre de 2016

Maureen Lennon Zaninovic
Shakespeare 400 años
El Mercurio

Héctor Noguera, Alfredo Castro, Rodrigo Pérez, Jaime Lorca y Francisco Albornoz comentan su fascinación con la creación del célebre dramaturgo.



"Estamos ante un proyecto que reúne la novedad de una obra de Shakespeare nunca antes presentada en nuestro país con la traducción inédita realizada por el poeta chileno Nicanor Parra; un desafío para la escena a cargo del director Alfredo Castro, que acompañado de un elenco y un equipo técnico de trayectoria artística probada cifran, necesariamente, grandes expectativas".

Con estas palabras, la crítica teatral Carola Oyarzún dio cuenta del impacto que generó, en 1992, el estreno de "El Rey Lear" en el Teatro UC. Una numerosa audiencia llegó hasta el escenario ñuñoíno, sorprendida por el chispeante texto parriano y un elenco de artistas de primera línea que, entre otros, incluyó a Héctor Noguera (Lear) y a Claudia Di Girolamo (Cordelia).

María de la Luz Hurtado, reconocida investigadora y docente de la Escuela de Teatro de la UC, escribió en las páginas de Revista de Libros (hace ya 24 años) -a propósito de la traducción del antipoeta- que "esta no incluye signos de puntuación, sino que se acomoda al fluir del habla, mezcla tipos de lenguajes y de ritmos, introduce anacronismos manifiestos como la palabra 'fútbol' o 'wáter', términos de grueso calibre como los usados por Kent y chistes colorados como los dichos por el Bufón, junto a refranes, dichos populares y canciones tradicionales chilenas e hispánicas: esta es la manera más propia que tiene Parra de ser fiel a Shakespeare".

El director Alfredo Castro rememora a "Artes y Letras" que tuvo el privilegio de formarse en Inglaterra durante un año (desde 1982 a 1983) en Lamda: London Academy of Music and Dramatic Art. "Ahí recibí una pregunta insólita de una profesora. ¿En su país en qué idioma escenifican a Shakespeare? Le dije que en castellano, pero ella me respondió que eso era imposible. Le retruqué que estábamos ante un dramaturgo universal y que teníamos derecho a acceder a buenas traducciones". Castro añade que una de las razones del éxito de esta obra que dirigió en el Teatro UC justamente tiene que ver con esa anécdota, "con la reescritura respetuosa de Nicanor que nos hizo comprender la historia, las emociones, el lenguaje y las clases sociales de esos personajes. Para nosotros es muy difícil acceder al idioma original de Shakespeare, ya que cuenta con una entonación y una fonética muy particulares. Lo que el antipoeta hizo fue darle un contexto social a este 'Lear', legándonos una traducción espectacular, maravillosa, y la gente la acogió muy bien. El teatro UC siempre estuvo lleno".

Comenta que fue un "lujo" trabajar con el autor de "Poemas y antipoemas" y que Parra solía ir a todas las funciones y anotar en una libreta cada vez que el público se reía. "Logró, sobre todo a los personajes populares, darles una impronta de broma, de chiste y de doble sentido muy únicos. Los espectadores entendieron perfectamente su traducción y se mataban de la risa. Sin ser folclórica, su traducción se conectó muy bien con nuestra chilenidad. Me acuerdo de que en este proceso de escritura, Nicanor le preguntó a su nana qué nombre le pondría a una persona mayor y ella le contestó que tata. Y puso esta palabra. Genial", puntualiza Alfredo Castro.

Sin duda que este montaje marcó un hito, sumándose a una larga historia de representaciones de la obra del bardo de Avon. En 1959, por ejemplo, el Teatro Experimental de la Universidad de Chile montó "Macbeth" con Agustín Siré y María Cánepa. En 1963, Pablo Neruda tradujo "Romeo y Julieta" y, un año después, la pieza se estrenó con gran éxito bajo la dirección de Eugenio Guzmán.

Una verdadera fiesta popular

"La puesta, dirigida por Noguera y con dramaturgia de Daniel Muñoz, está llena de colorido, tiene el sonido muy marcado de las décimas e incorpora música folclórica".

De esta manera Agustín Letelier, crítico de teatro de "Artes y Letras", se refirió a la reciente adaptación de "Sueño de una noche de verano" : un montaje que, desde que se estrenó en el último Festival Santiago a Mil, ha sido un éxito de audiencia.

"Y hay muchísimas más funciones programadas en Melipilla, Iquique y en otras ciudades", comenta con satisfacción su director, Héctor Noguera. El premio nacional de Artes de la Representación 2015 complementa que sentía que las traducciones al castellano no reflejaban de manera certera el espíritu popular de este título, por eso aceptó la sugerencia de Daniel Muñoz de sumar a dos reconocidos poetas payadores: Luis Guillermo Villalobos y Manuel Sánchez.

"'Sueño de una noche de verano' es una comedia y tiene mucho humor picaresco y eso es muy difícil de traducir al castellano. Por eso decidimos traspasar su texto al verso popular y así llegar más directamente al espectador. Generalmente el verso popular contiene una picardía, un humor muy chispeante. Con los payadores nos juntamos semana a semana y nos fueron entregando un material fantástico", adelanta el director de este montaje.

Héctor Noguera puntualiza que, desde su estreno en enero, ya la han visto cerca de cincuenta mil personas. "Hemos ofrecido muchas presentaciones al aire libre. En todas partes, la gente ha recibido muy bien la obra. El verso popular es bien bello, por eso también decidimos publicarlo en un libro. Hemos tenido audiencias enormes que se conectan con la comedia, con la música y sobre todo con el texto. La gente recibe este 'Sueño de una noche de verano' como una verdadera fiesta popular".

Un Tarantino de su época

El director y ex La Troppa Jaime Lorca -junto a Teresita Iacobelli y Christian Ortega- decidió llevar al escenario, en 2012, su propia versión de "Otelo", de William Shakespeare. Lo que lo motivó fue reflexionar sobre un hecho, a su juicio, de tremenda actualidad y contingencia. "En Chile tenemos cada semana un femicidio, y este clásico tiene una trama muy adecuada para hablar del maltrato a la mujer. Lo que en su época fue una historia de celos, hoy la lectura es que estamos ante un texto sobre la violencia y eso hace que el público se identifique", señala el fundador de la compañía Viajeinmóvil. Fiel a su estilo de teatro con muñecos, decidió hacer convivir en escena a actores y marionetas para representar una historia conocida: la del Moro de Venecia, que acaba con la vida de su mujer, Desdémona, tras los celos que le provoca su alférez Yago.

"El 'Otelo' original tiene un largo asesinato en escena: una muerte por asfixia que, generalmente en las versiones con actores, se deja de lado porque puede resultar un poco ridícula y se cambia por un acuchillamiento. El tener muñecos en escena es una ventaja porque me permite dar cuenta de esa muerte, sin que resulte inverosímil. Me permite llegar a una catarsis final y provocar el espanto. El tener muñecos también es una oportunidad para que todos entiendan la obra, sin importar el idioma: así sea un público latinoamericano o chino. Y el espectador se conecta con la trama, con la emoción y con la tensión de los cuerpos".

Lorca puntualiza que han presentado este "Otelo" en cárceles, en colegios, en varias ciudades de Chile y del mundo. "Desde que la estrenamos, no hemos parado de montarla. Erróneamente se piensa que los clásicos son fomes o aburridos, o se ha tomado a Shakespeare como si fuera una pieza de museo que hay que venerar y no tocar. Yo creo que el dramaturgo fue como el Tarantino de su época y hoy sigue más vivo que nunca".

El montaje está actualmente en cartelera, en Matucana 100 (hasta el 25 de septiembre. Jueves a sábado, a las 20:00 horas. Domingo a las 19:00 horas. $5.000 entrada general y $3.000 estudiantes y tercera edad).

"Me la he jugado por la puesta en escena"

Francisco Albornoz es uno de los artistas que en Chile, desde hace 13 años, más ha dirigido la obra del dramaturgo nacido en Stratford-upon-Avon. En 2002 llevó a escena "Relato de mar (Romeo y Julieta)". Luego siguieron "Lear (antes del mar)" en 2004 con Francisco Melo y "Julio César (mar)" en 2005 -una pieza que entre otros actores fue protagonizada por Luciano Cruz-Coke y Francisco Ossa- y, finalmente, en 2013, "Cuerpos y pequeñas cosas (Hamlet)": este último un montaje que se estrenó en Mori y que contó con un elenco de actores profesionales y estudiantes del Liceo Manuel de Salas y del Instituto Nacional. "Es una versión a la que le tengo mucho cariño porque coincidió con las movilizaciones estudiantiles. Ese fue mi último coqueteo con el dramaturgo", advierte el también director artístico del Taller Siglo XX.

Albornoz comenta que su fascinación con la obra de William Shakespeare se debe, entre otras razones, a que es "como una corriente subterránea del teatro. Este autor es como una especie de recurso natural: algo que está abajo, como el agua, como el cobre. Si uno hace un hoyo en algún territorio, te lo encuentras en cualquier estrato o capa. Para mí es un recurso natural fácil de trabajar".

El director puntualiza que en sus montajes "me la he jugado por la puesta en escena. Siempre he buscado que para el espectador sea una experiencia. Cuando estrené 'Lear', por ejemplo, una obra tan importante para el canon occidental, decidí tomar como punto de partida la obra del escritor español Ray Loriga y le pedí prestados sus textos. También le pedí permiso a Juan Radrigán y así se formó una gran cita de teatralidades que se mezclaban. Ese es el teatro que a mí me interesa: un teatro de la reconstrucción desde la puesta en escena".

Pérez-Radrigán unidos

"Gran estreno sin duda, 'La tempestad' es el proyecto de mayor envergadura y vuelo artístico que ha impulsado hasta ahora el GAM como producción propia", escribió efusivamente el crítico de "El Mercurio" Pedro Labra, a propósito de esta versión estrenada en 2015.

"La fuerza de los clásicos es que nos hablan de la condición humana y en este caso Juan Radrigán desarrolló un lenguaje profundo y shakesperiano, para dar cuenta de un tema que me parece tremendamente actual: el poder y su uso", señala el director de este montaje, Rodrigo Pérez.

El profesional, quien por estos días está en la cartelera del GAM con la dirección de "La viuda de Apablaza" de Germán Luco Cruchaga, añade que esta versión del autor de "Las brutas" es "otra obra y resultó totalmente visionaria: se estrenó antes de que estallaran los casos de corrupción. 'La tempestad' de Shakespeare y la de Radrigán tratan de lo mismo: nos hablan de nuestras crisis", dice Pérez.

El director rememora que el premio nacional de Artes de la Representación 2011 fue un poco reacio a involucrarse en este proyecto. "Nos fue entregando las páginas de a poco. Yo creo que se puso rabioso con la tarea porque era una obra que no le llamaba mayormente la atención y empezó a trabajar desde un aspecto negativo, pero salió esta maravilla".

Otra de las particularidades de este montaje fue el protagonismo dado a Calibán: "un sirviente rebelde, pero sin capacidad discursiva. En esta versión no solo tiene capacidad discursiva sino que, además, su discurso es tremendamente político, contingente y de una brillantez impresionante", puntualiza Rodrigo Pérez.

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