-Siempre pensé en hacer ropa que tuviera permanencia en el tiempo; partí con ese concepto. Que no fuera algo desechable, sino todo lo contrario. El producto que hago es atemporal, en diseño y calidad. La calidad permite que este diseño funcione ahora o en cinco años más, y los diseños son tan simples, que no tienen temporada. Este concepto lo tiene desde que, siendo la menor de 5 hermanas -todas artistas, al igual que sus padres-, veía cómo coleccionaban ropa usada que luego ella recibía. Este tesoro fue una de sus inspiraciones: -Me encantaba esa idea de la ropa heredable, que pasaba de una generación a otra. Luego de estudiar diseño de vestuario en el Inacap, hizo la práctica con la diseñadora Juana Díaz y trabajó en su taller. Desde entonces siempre tuvo la idea de hacer su propia marca, la cual lanzó en 2012 con ayuda de Díaz. Junto a ella y otros diseñadores crearon la Agrupación de Moda Lenta para enfatizar la importancia de los procesos hechos a mano, e hicieron un desfile en la Estación Mapocho. Desde entonces ha participado de todos los Santiago Fashion Week. -Me parece muy atinada la propuesta de Francisca; así, la ropa se mantiene vigente a través del tiempo y se puede usar en cualquier estación. Estoy segura de que puede llegar muy lejos. Hay pocas propuestas tan finas y definidas en la escena de la moda autoral nacional. Es más contemporánea que la mayoría y le imprime a su propuesta la misma mirada que aplica al observar un destello de admiración por la vida -dice Juana Díaz. Francisca cree en los procesos hechos a mano y prioriza materiales nobles, como el lino y la seda, de preferencia fabricados en Chile. Sus colecciones, que hace cada 6 meses, son de edición limitada. -Es súper difícil competir con el retail; es remar un poco contra la corriente. Es bueno que toda la gente pueda llegar a tener acceso a la moda. Pero son productos mucho más desechables que duran una temporada. Nosotros quisimos hacer algo diferente.