Fiscalía investiga presunto desastre doloso tras destrucción en edificios que habían sido reestructurados
viernes, 26 de agosto de 2016
Nicolás García de Val
Internacional
El Mercurio
Construcciones de varios pueblos de la zona central cayeron, pese a que, supuestamente, seguían las normas antisísmicas.
La devastación que produjo el terremoto grado 6,2 en la escala de Richter que azotó a Italia la madrugada del miércoles, dejó a la vista las deficiencias en algunas construcciones del país ante este tipo de catástrofes, pese a ser un país sísmico. La masiva construcción de edificios ilegales, sumada a la escasa restauración que han tenido estructuras antiguas, han hecho que Italia sea especialmente propensa a sufrir enormes daños. Cifras oficiales -citadas por The Guardian- dan cuenta de que en 2014, el 18% de los edificios del país eran erigidos sin permiso. La Fiscalía de Rieti (provincia donde fue el epicentro del sismo) abrió ayer una investigación preliminar por un presunto desastre doloso tras constatar daños en edificios que habían sido reestructurados recientemente. Es el caso de un colegio en el pueblo de Amatrice -uno de los más afectados por el terremoto-, que sufrió severos daños pese a que el edificio había sido reestructurado con nuevas normas sísmicas en 2012, para lo cual se destinaron 700.000 euros, según La Repubblica. También se investiga el campanario de Accumoli, que fue sometido a intervenciones antisísmicas y que se derrumbó completamente. "Las viviendas están mal construidas, sin material antisísmico y con muy mal mantenimiento. Así, una casa te mata", alegó el geólogo Mario Tozzi, investigador y conocido divulgador científico en televisión. Para hacer frente a la tragedia, el gobierno italiano decretó ayer el estado de emergencia y aprobó un primer paquete de ayuda por 50 millones de euros. "Italia tiene uno de los más avanzados códigos antisísmicos en el mundo y lo está implementando en los edificios modernos. Sin embargo, la mayoría de las construcciones que existen data de antes del año 1975, cuando comenzó a implementarse. Por lo que alrededor del 70% de las edificaciones italianas no son resistentes a los terremotos", dijo a "El Mercurio" Tiziana Rossetto, profesora de Ingeniería en Terremotos de la University College London. Patrimonio en peligro Los problemas que ha vivido el país en materia antisísmica también han hecho que la gente se preocupe por el patrimonio cultural de Italia. Según el primer balance oficial, al menos 294 edificios de valor cultural resultaron seriamente afectados. En Amatrice, por ejemplo, había catalogadas unas 3.000 obras de valor artístico y algunos edificios históricos, como el Museo Cívico, la basílica de San Francisco y la iglesia de San Agustín quedaron destruidas. El gobierno planea "reconstruir los burgos para mantener una imagen fiel a la que tenían", según confirmó ayer el ministro de Cultura, Dario Franceshini. No obstante, los trabajos de reconstrucción han sido lentos en el pasado. El terremoto de L'Aquila, en 2009, destruyó el centro histórico de la ciudad, pero no se comenzó a restaurar sino hasta 2012 y los trabajos aún no terminan.
