Un caza tendencias

sábado, 27 de agosto de 2016
Texto, Paula Donoso Barros. Fotografías, gentileza Citizen M.
interiorismo
El Mercurio

En Londres se inauguró el octavo hotel CitizenM. Una obra de la oficina holandesa Concrete, que se caracteriza por destacar el patrimonio y responder con su diseño a las últimas tendencias en demandas de pasajeros. Así, ha quebrado las reglas clásicas de la hotelería.

Recién inaugurado y con una vista impactante a la Torre de Londres que lo enfrenta, está el octavo miembro de la cadena CitizenM. El diseño del hotel, de 370 habitaciones, se esmera en apreciar en todo su esplendor la fortaleza medieval, sitio patrimonial de la Unesco, que hoy guarda las joyas de la corona del Reino Unido. Para ello cuenta en el octavo piso con un espacio de doble altura, con ventanales de suelo a cielo que abren una deslumbrante panorámica en 360° de Londres, sus monumentos y su famoso skyline.

London Tower es el segundo hotel que CitizenM abre en la capital del Reino Unido, y es como los anteriores, un nuevo hito en la historia de Concrete Design, la oficina holandesa que encabeza Rob Wagemans, profesional que recibió el premio de arquitecto neerlandés del año en 2012.

Con muchísimos proyectos en el extranjero y en su país, el trabajo de Concrete -experta en desarrollar conceptos innovadores y llevarlos a arquitectura, diseño interior, desarrollo urbano y de marca-, obedece a  un equipo de cuarenta creativos multidisciplinarios, como arquitectos y diseñadores de interior. Desde su fundación, en 2008, la compañía viene quebrando las reglas de la hotelería tradicional con un pensamiento muy de avanzada que busca dar a los pasajeros lo que realmente quieren: diseño contemporáneo, tecnología que permita una experiencia ágil, cercanía, servicio eficiente y precio conveniente.

Wagemans propone con cada uno de sus proyectos retornar a lo esencial: "Cambiar el mundo cotidiano". Y para ello, dice, se debe convencer a los clientes de dar un paso adelante. "Es necesario luchar contra el aburrimiento y comenzar una revolución".

Su revolución en CitizenM comienza con una fachada en piedra caliza que se planta con liviandad gracias a la presencia de mucho vidrio que refleja los edificios vecinos del hotel. Desde la entrada, el visitante queda inmerso en la filosofía del grupo, del que se ha dicho, redefinió el lujo para los pasajeros modernos.

La planta baja es el corazón del hotel, ordenada bajo un concepto que conectó cinco diferentes áreas donde los huéspedes pueden descansar, trabajar, reunirse en torno a la chimenea, ver televisión o comer algo. Incluso, en el centro del espacio hay terminales de autocheckin dispuestos en círculos alrededor de pequeños arbolitos, lo que convierte el trámite en algo de segundos.

 Allí, tal como en el resto del edificio, se distribuyen muebles de Vitra, con piezas clásicas de diseñadores como Verner Panton, Charles & Ray Eames y Jean Prouvé. Además, grandes estanterías invitan a los pasajeros a sumergirse en el mundo de CitizenM, uno lleno de aventuras con colecciones de libros de arte y viaje.

Con la apertura de este hotel, la marca introduce nuevos conceptos, como el lanzamiento de retail de Collection M, con el que los pasajeros pueden comprar una serie de elementos vistos en el lugar: accesorios de viaje, obras de arte, libros, objetos de diseño interior, de más de veinte marcas, que pueden ser adquiridos en el momento o despachados a los hogares de los viajeros tras pedidos en línea.

En los dos pisos superiores está societyM, el sector de encuentro de negocios, creativo y funcional, en un estilo que evoca el espíritu del diseño de los 50, con máquinas de escribir, teléfonos y radios de baquelita vintage, que conviven con tecnología y un rapidísimo wifi.

"Nunca he solicitado un trabajo", ha dicho Wagemans. Su razón para que los pedidos lleguen a su oficina es su convencimiento de que el buen diseño comienza con un buen análisis. "Hoy el estilo de vida pide soluciones radicalmente diferentes a las de generaciones pasadas. Y hay que darlas".