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Pérdida de foco en el crecimiento y excesiva comodidad : Los riesgos del financiamiento público en startups

lunes, 15 de agosto de 2016

Pablo Tirado
El Mercurio

Si bien todos los sectores reconocen el tremendo impacto que han tenido los recursos estatales en el emprendimiento, hay quienes creen que se pueden mejorar ciertas cosas.

Basta una rápida mirada por algunos de los emprendimientos más destacados del ecosistema local para notar un factor común entre todos ellos: aportes públicos. Desde el capital semilla para proyectos en fases tempranas de desarrollo, hasta beneficios para la fase de venture capital , el Gobierno ha construido una red de apoyo que pretende abarcar por completo la fase de nacimiento y desarrollo de un negocio. De hecho, según el más reciente reporte sobre financiamiento del emprendedor elaborado a partir del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), en Chile, un 27,8% de los emprendedores en etapa temprana asegura que ha recibido algún tipo de aporte público para lanzar sus proyectos. La cifra ubica al país por sobre potencias innovadoras, como Israel (9,9%), Corea del Sur (20,2%) o Estados Unidos (21,6%).

Según comenta Eduardo Bitran, vicepresidente ejecutivo de Corfo -organismo del que dependen los principales subsidios para emprender-, es natural que dadas las características económicas de Chile, en el país la cantidad de emprendedores que reciben apoyos públicos sea mayor. "Desde el año 2013 hasta este año, lo que hay es un aumento en el número de proyectos de startups que se apoyan, programas de alto potencial. Pasamos de 400 a 800 empresas que se respaldan cada año. No obstante, no hay una duplicación de recursos, sino que se ha reducido el tamaño individual. Todo está asociado a un enorme aumento de la cobertura", explica la autoridad. En este último punto, según Bitran, está la clave del gasto estatal chileno, pues lo que busca es "democratizar" el emprendimiento, algo que no es prioridad en países desarrollados, porque no tienen las diferencias económicas que hay en Chile.

Asimismo, señala que en materia de venture capital , también se hace necesario que el Estado haga su aporte, porque el mercado chileno todavía es muy pequeño. "El venture capital está recién partiendo y por eso hay que apoyarlo. En todo caso, Corfo nunca ha perdido plata con eso, porque se trata de préstamos condicionados que son devueltos", dice Bitran, haciendo hincapié en que el modelo chileno ha resultado tan exitoso que es destacado por diferentes índices y organismos internacionales. "Pensando en el futuro, los aportes en etapas de capital semilla debiésemos seguir apoyándolos, en la etapa de venture capital , una vez que se establezca el mercado, debiesen reducirse", concluye.

Doble filo

Como un escenario "privilegiado" describe María de los Ángeles Romo, la directora ejecutiva de Endeavor, la situación en la que se encuentran los emprendedores chilenos gracias a los aportes públicos. "Existe una completa política que se hace cargo del financiamiento y apoyo de los emprendimientos, directamente y a través de organizaciones que los apoyan, movilizando de manera abrupta el ecosistema", dice. Advierte, eso sí, que ese escenario puede dejar a los emprendedores en una zona de confort que puede llegar a ser peligrosa. "Los fondos públicos deben instalarse en cualquier emprendedor, como una manera de "arrancar" muy rápido, un regalo para iniciar un camino largo, un escalón para avanzar en el desarrollo de la empresa. Pero en ningún caso como un desafío en sí. A veces veo que los emprendedores sienten que el fin de sus empresas es levantar fondos públicos y seguir en esta escalada, por años. En este caso, el sistema creado destruye valor más que permite su crecimiento, y se vuelve peligroso", afirma. Para evitar que ocurra eso, Romo recomienda poner indicadores y medir los resultados respecto del impacto que generan los recursos. "Medir el número de empresas creadas, empleos generados, aporte al PIB del país, tiempo de internacionalización de las empresas, salidas a bolsa, levantamiento de capital. A la vez, alinear a los actores que forman parte del ecosistema y que son evaluados como entes intermediarios de recursos Corfo, más que aceleradores de empresas y emprendedores", dice.

Quien también tiene ciertos reparos con los aportes públicos es el emprendedor y fundador del fondo Magma Partners, Nathan Lustig. Si bien el estadounidense reconoce que el trabajo del gobierno y, en particular de Corfo, ha conseguido que Chile sea reconocido como un líder regional de emprendimiento, también cree que puede ser perfectible.

"Hay un riesgo de tener más "inversionistas" que solo están en el mercado para ganar dinero de los subsidios o hacer una pasada. También hay wantrepreneurs y "chantapreneurs" que están metidos ganando concurso tras concurso, viviendo del dinero del Estado, sin haber vendido nada. La gran mayoría no es así, pero hay casos de emprendimientos que no existirían si hubiera menos influencia del Estado", dice.

Lustig comenta que su fondo es el único de los que operan en Chile que no recibe fondos públicos, en parte porque el sistema exige una estructura complicada que los hace gastar dinero que perfectamente se podría estar invirtiendo en emprendedores. "Sería muy bueno tener la posibilidad de un presupuesto operacional a la par con los que tienen subsidio Corfo. Eso, como fondo o subsidio como incubadora, pero que realmente están invirtiendo su propio dinero", dice.

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