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HEPATÓLOGO ALEJANDRO SOZA:

"Podríamos eliminar la infección por virus C"

jueves, 28 de julio de 2016


Ediciones Especiales
El Mercurio

Gracias a los medicamentos de última generación que permiten que las personas con hepatitis C se sanen definitivamente, el especialista de la Universidad Católica plantea que estamos frente a una posibilidad histórica de lograr este objetivo.



La hepatitis C es una enfermedad de alta prevalencia en el mundo, lo que significa que hay una gran cantidad de personas infectadas. Se calcula que hay más de 170 millones de infectados a nivel mundial, mientras en Latinoamérica se estima que hay, aproximadamente, 10 millones; en Chile las evaluaciones nos llevan a alrededor de 50.000 afectados.

Para el doctor Alejandro Soza, hepatólogo y profesor asociado del Departamento de Gastroenterología de la Pontificia Universidad Católica de Chile, "resolver el problema de la hepatitis C es posible, pero requiere de la aplicación de dos pilares fundamentales. Primero es el diagnóstico para encontrar a las personas que tienen hepatitis C. Segundo es el tratamiento y, particularmente, el acceso a este, que hoy día es la gran problemática país".

Y agrega:

"Alrededor de 45.000 chilenos no saben que tienen esta enfermedad que puede ir dañando el hígado en forma progresiva y lenta, porque pueden pasar 20, 30 y hasta 50 años desde el momento que se adquiere hasta que se comienzan a mostrar síntomas o consecuencias de la enfermedad. Estas consecuencias son daño progresivo del hígado que llevan básicamente a dos estados más graves. Uno es el desarrollo de cirrosis hepática y el otro es el desarrollo de cáncer hepático".

CURACIÓN TOTAL Y DEFINITIVA

Actualmente, esta enfermedad está cubierta por el AUGE, sin embargo, la indicación de tratamiento que existe no es la de última generación presente en el país. "Hoy, todavía los pacientes AUGE solo tienen acceso a una combinación de inyecciones y medicamentos, que se debe usar durante un año, que tiene muchísimos efectos adversos y que posee una efectividad baja, del orden del 30%".

La terapia disponible hoy día es completamente opuesta. "Es en base a medicamentos orales, de excelente tolerancia, que no tienen casi efectos adversos y, probablemente, lo más importante es que tiene una efectividad altísima, del orden del 95% de curación final de la enfermedad. Prácticamente todas las personas que usan este tratamiento se curan. En nuestro centro hemos tratado cerca de 80 personas con estas nuevas terapias y hasta el momento tenemos un 100% de curación de los que estamos tratando. Por lo tanto, tenemos una excelente experiencia".

"Se trata de un tratamiento que ha generado una gran revolución en cuanto a la posibilidad no de control, sino de curación viral. Se elimina definitivamente este virus que se queda en el hígado de las personas por años, causando daños silenciosamente", agrega.

NO SOLO LAS URGENCIAS

El gran problema de estos medicamentos es que tienen un precio alto y en nuestro país no están cubiertos por ningún seguro de salud. "Por ello, debemos buscar la manera de que sea financiado para poder garantizar el acceso a estas terapias. Eso implica lograr que entren, de alguna forma, en algún sistema de cobertura, ya sea en las canastas del AUGE o en la Ley Ricarte Soto", señala el médico.

Ahora bien, el Ministerio de Salud está haciendo algunos esfuerzos por conseguir este financiamiento. "A través de un mecanismo que se llama auxilio extraordinario se está entregando esta terapia a un grupo pequeño de pacientes que tenían más necesidad y más urgencia, debido a su delicado estado de salud".

Si el recurso es limitado, parece razonable usarlo en aquellas personas en que la enfermedad está en una etapa más avanzada, porque ellos son los que más se benefician, pues tienen mayor riesgo de progresar a etapas más peligrosas.

Sin embargo, Alejandro Soza explica que "el real impacto de estas terapias se obtiene en términos de disminuir en forma efectiva la mortalidad. Pero el único impacto real ocurrirá cuando se produzca un tratamiento masivo, es decir, que se trate a todas las personas infectadas con hepatitis C, porque eso generará un impacto epidemiológico en disminución de la mortalidad global".

"Tenemos una oportunidad histórica de tomar la decisión como país de eliminar la infección por virus C. Pero esto requiere planes gubernamentales claros, en los que otros actores involucrados, como las sociedades científicas, agrupaciones de pacientes, industria farmacéutica, se hagan cargo de su rol para aportar desde su vitrina. Se debe elaborar un plan de erradicación, que es mucho más ambicioso y a largo plazo, que no solo implica tratar las urgencias, sino eliminar el virus masivamente y a nivel país".

FALTA DE POLÍTICAS

"En mi opinión, el gran problema no es el precio, sino la falta de políticas de tratamiento a mediano y largo plazo. Esto permitiría proyectar la cantidad de pacientes a tratar y con ello se generarían volúmenes interesantes para negociar los valores de los medicamentos, reduciéndolos significativamente. Solo así es posible considerar la eliminación total del virus en Chile y en el mundo", resalta el doctor Alejandro Soza.

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