1. "El barrio de Jimbocho es como un San Diego japonés: súper pintoresco. Te bajas del metro en la estación del mismo nombre, y a la salida se ve un montón de librerías atendidas por viejos. Están una tras otra. Y cada una de ellas es un mundo; tienen los libros más preciosos que uno se pueda imaginar. La mayoría de los volúmenes están en japonés, así que no se entiende nada, pero solo verlos ya es una experiencia muy recomendable". 2. "Ippudo es una cadena de restaurantes de ramen, que es la clásica sopa de fideos de Japón. Pero aquí encuentras unos ramen distintos a los normales: son enjundiosos, son picantes, tienen todo tipo de aliños, sobre la base de unos caldos que se cocinan por 16 horas y se le agregan trozos de carne y cerdo. Son una maravilla: puedes comer una sopa de ramen aquí y quedar contento para lo que queda del día". 3. "Odaiba es uno de los mejores lugares para ver el atardecer en Tokio, porque el sol se pone por detrás de todo el skyline de la ciudad. Para llegar, se debe tomar el tren de la línea Yurikamome, que va por encima del agua, paralelo al clásico Rainbow Bridge. Uno puede sentarse en alguno de los banquitos de la costanera y mirar la caída del sol tranquilamente". 4. "Hay varias formas de ir a la zona de Hakone, ya sea en tren bala (Shinkansen) o tomando otros trenes desde la estación de Shinjuku. Hakone en sí mismo es un atractivo, porque son varios pueblitos que están alrededor del lago Ashi. Es muy fácil recorrerlos, porque uno compra un ticket (Hakone Free Pass), que te permite viajar hasta tres días con todo el transporte incluido, y aparte tienes acceso a un barquito tipo pirata que recorre el lago y a un teleférico que te lleva a la cima del monte Hakone". 5. "Fuimos al parque Shinjuku Gyoen en plena primavera, y era full cerezos en flor, todos de distintas variedades que florecen con semanas de diferencia. Si vas en la época peak del sakura ("primavera" en japonés) siempre vas a tener posibilidades de ver los cerezos en su máxima expresión. Da gusto observar a los adultos mayores, por ejemplo, disfrutando el panorama: se instalan a leer, a pintar los paisajes o solo a mirar. Es otro mundo dentro de Tokio".
Entrevista: Antonio Rosselot.