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Simón Pesutic:

"Mi papá no es mi coach"

viernes, 01 de julio de 2016

POR ERNESTO GARRATT VIÑES
Wikén
El Mercurio

El hijo del reconocido actor Mauricio Pesutic es uno de los tres protagonistas de la teleserie nocturna de Mega "Sres. Papis". "Es una gran responsabilidad", dice este joven de 22 años que añade que ya no le importa demasiado que se hable de él bajo la sombra de su padre. Aquí habla además de su temprana independencia, de sus inseguridades, de su pasión por la poesía y de los caminos que le gustaría seguir: por ejemplo, debutar en teatro algún día reponiendo la clásica obra que dirigió su padre, "Los payasos de la esperanza".



Simón Pesutic está prendiendo un cigarro. Se encuentra en el patio de Mega y acaba de salir de los estudios del matinal "Mucho gusto" donde, junto a otros actores de la teleserie nocturna "Sres. Papis", que se estrenó esta semana, ha estado conversando al aire sobre cómo comparte estelares con los ya consagrados Francisco Melo y Jorge Zabaleta en una historia sobre tres tipos de padres en el Chile modelo 2016.

El suyo es el rol de un joven padre que cría solo a su hijo de cinco años porque ha quedado "viudo": su polola murió.

-Asumo esto con mucha responsabilidad-, dice Simón Pesutic. -Se me ha encargado la misión de encarnar a este personaje que es algo que recalco mucho, da lo mismo el protagonismo que tenga o no, es un personaje muy bonito en sí mismo porque tiene todas las aristas que puede tener: drama, comedia, chispa.

Hijo del actor Mauricio Pesutic y de la periodista Verónica Neumann, este joven mastica ideas y palabras con una inesperada madurez para tener 22 años. Y cuando habla de su personaje, Julián Álvarez, es como si hablara de un viejo y querido amigo o compañero de algún curso de su juventud.

-Yo que soy joven te puedo decir que es un personaje hecho para crecer, y eso me parece muy rescatable. Es complejo porque puede ser bueno para atender su puesto de sándwiches, tener chispa, pero tiene un lado B complejo, con trancas por la muerte de su polola.

En la teleserie, el rol de Simón Pesutic usa los juegos basados en el fanatismo de "La guerra de las galaxias" para establecer una relación lúdica con su hijo televisivo.

-Tienen un mundo paralelo desde donde se conecta y desde donde los dos juegan a ser niños. Y desde allí entablan una relación sin perder el sentido de la realidad- dice.

Y sin perder su propio sentido de la realidad, está lejos de pensar que esta es una especie de consagración luego de comenzar a los 17 años en el mundo de la actuación con "El laberinto de Alicia", y haber seguido creciendo en telenovelas como "Pobre rico" y "Papá a la deriva", entre otras.

-No me puedo tomar esto jamás como una consagración. Yo no me puedo quedar tranquilo nunca con nada.

"YO SOY TU PADRE". Simón Pesutic lo dice claro: "No tengo esa historia de haber sido el chico en todas las obras de colegio, el alma de la fiesta".

Era simplemente, comenta, un chico viñamarino que creció entre los cuidados de sus padres, rodeado de lo que llama hoy "una permisiva libertad" a la hora de elegir su destino en sus propias manos.

-Mis padres nunca me dijeron cosas como "no sigas el camino del teatro". Nada de eso.

Y explica un punto que lo ha perseguido desde que comenzó a dar entrevistas.

-Siempre repito la misma frase, que me cansé de repetirla, "mi papá es mi papá, no es mi coach". Mi papá es mi viejo, y siente tanto orgullo de que esté haciendo esto como si hubiese estudiado agronomía. Y en ese sentido siempre tuve claro lo que se pudiera pensar de mí, a la sombra de mi papá. Me dio lata más joven, pero tampoco una gran lata. Hoy en día menos. Porque lo entiendo también, si yo veo que el gerente general de una empresa es el hijo del dueño de la empresa, naturalmente voy a pensar que ahí hay un pituto, y naturalmente lo digo, con todo lo prejuiciosos que somos. Pero lo que mucha gente desconoce es que un actor acá es un empleado, por mucho que lleve 30 años en esto, no tiene ninguna injerencia en la toma de decisiones de un canal, tampoco en su área dramática.

Y a la hora de encarnar a un padre, como en "Sres. Papis", dice que no usó casos específicos como su propia relación padre-hijo sino que de manera inconsciente tomó historias de conocidos que fueron padres jóvenes, mucha intuición y olfato. Además de seguir a pie juntilla los guiones de Rodrigo Cuevas ("Los 80").

-En general las teleseries tienes súper buenas ideas originales, pero el desarrollo de las mismas -hablo del diálogo puro y duro- de repente es un poco débil. Yo siento que Rodrigo Cuevas hace un trabajo maravilloso no solo por la idea original, sino que es capaz de entablar diálogos donde no sobra ni falta nada. Son diálogos punzantes, al callo.

A pesar de su corta edad, hablar con este joven actor puede parecer la conversación con alguien mayor. ¿Un viejo chico?

-Siempre me dicen eso. Tengo 22 años pero tengo una vida de alguien de 30-, dice riendo. -Debe ser porque, no sé, escribo poesía desde los 15 y empecé chico en las teleseries. Llevo ya siete años fumando y me fui a vivir a Santiago solo a los 18. Me encanta Santiago. Sí, es cierto, hay un tráfico súper pesado, está la contaminación, pero me gusta esta ciudad.

Y sobre ese cambio desde Viña del Mar a la capital recuerda que estaba en un recreo de la vida, a los 17 años, cuando decidió ingresar al mundo de las teleseries.

-"El Laberinto de Alicia" fue curiosamente un recreo y lo digo porque en el fondo no sabía que me iba a dedicar a esto-, dice.

Ese año, recuerda, preparó la PSU, dio el examen para ingresar a la escuela de Teatro de la Universidad de Chile, quedó primero en dicha selección, pero aún sin tener claro si el puntaje de la PSU sería suficiente, optó por lo seguro: continuar un camino televisivo en la teleserie "Pobre rico". Postergó la universidad y no renovó matrícula.

De alguna manera su escuela ha sido su práctica en los sets.

-¿No quieres estudiar?

-Por el momento no es algo que tenga en mente porque tampoco tengo tiempo. (...) Reconozco que me fui quedando porque me fue atrapando lo mucho que me gusta y el miedo que uno tiene de salirse y que no te vuelvan a llamar.

-Por tu juventud ¿no te vienen dudas de si es el camino correcto?

-No tengo muchas dudas respecto de lo que hago, pero soy una persona muy insegura. Al contrario de lo que pueda observarse, uno sabe hacerse con el tiempo -y en especial porque partí chico en esto- una especie de caparazón, que además es necesario en un medio como este.

Simón Pesutic ha crecido rodeado del mundo actoral y sabe sopesar lecciones aprendidas de terceros que, dice, aplica en su vida.

-Tienes que tener ojos en la espalda; si es posible, pegarte una pared en la espalda. A lo que voy, no ha sido fácil, por eso he vivido una vida muy dispar a la que viven mis pares. Quiero mucha gente en este medio pero no los puedo juntar a todos porque soy de otra generación. Y ha sido difícil porque en términos universitarios soy huérfano de generación. Y cuando se me pregunta eso de si estudiar o no, eso es lo que más me duele de no haber estudiado: no haber pertenecido a un grupo humano con intereses comunes.

EL CAMINO DE POESÍA. Reservado y cuidadoso de su propio mundo privado, Simón Pesutic dice que en el refugio de su hogar de hombre independiente, debajo de su caparazón, una de las cosas que más adora hacer es leer y escribir poesía.

-Claudio Bertoni me encanta-, dice sobre el poeta chileno. -Por lo coloquial, punzante y cercano. El actor, que escribe versos desde adolescente, dice que su propia poesía es corta.

-Sin métrica, sin reglas y libre. Me da un poco de pudor hablar de este lado mío porque siempre es desde la vitrina por la cual soy conocido y puede ser un poco contraproducente. Pueden decir, 'este niño de la TV que escribe poesía, debe ser pésima'.

También menciona a Jorge Teillier como otro insigne poeta nacional que admira.

-De hecho el nombre de mi blog "Un poco de aire movido por los labios", es un extracto de su poema "Despedida", que dice: "palabras, palabras/un poco de aire movido por los labios/palabras para ocultar quizás lo único verdadero/que respiramos y dejamos de respirar".

El actor dice que su personaje tiene mucho de un viaje poético.

-Lo digo respetuosamente, asumiendo las características de este género de las teleseries-, dice.

-¿Algún plan para el futuro en cine, teatro?

-En cine no me han llegado las oportunidades, nadie ha pensado mucho en mí. Pero el sueño del pibe es una carrera como la de Ricardo Darín. Y en teatro tengo algo pendiente. Sé lo primero que voy a hacer: "Los payasos de la esperanza", que es una obra de mi padre, que escribió cuando estaba en la escuela de teatro, y que yo he visto muchas veces. Y para eso necesito tiempo para dedicarme.

"Los payasos de la esperanza", pieza fundamental del teatro chileno que mezclaba temas sociales, humor y una lúcida mirada al horror de un Chile en el apagón cultural, tuvo en su elenco original a Mauricio Pesutic, Roberto Poblete y al desaparecido Rodolfo Bravo.

-Mis primeras imágenes fueron una función de esa obra en el Teatro del Puente. Yo era muy chico y después que murió Rodolfo, mi padre no actuó en ella nunca más. Ellos eran muy amigos. Para el Bicentenario en Santiago a Mil la repusieron y la vi cinco veces, acompañaba a mi viejo que era el director. Es mi máxima referencia porque es mi primer recuerdo del teatro.

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