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Ante debate por presupuesto 2017:

¿Cómo se abordó la última crisis financiera en año electoral? Impulso fiscal por US$ 4.000 millones

martes, 28 de junio de 2016


Economía y Negocios
El Mercurio

Sectores de izquierda de la Nueva Mayoría han propuesto evaluar la utilización del Fondo de Estabilización Económico y Social (FEES)



Ganar con déficit o perder con superávit es uno de los dilemas que han enfrentado los Gobiernos de turno en varias ocasiones en que los años electorales han coincidido con momentos de escaso crecimiento económico.

Así ocurrió en 1999 y así volvió a ocurrir en 2009, cuando el país atravesó por fuertes turbulencias originadas de crisis financieras internacionales.

Esta vez, el dilema comienza a vislumbrarse nuevamente, dado que este año y el próximo el país enfrentará elecciones que estarán aderezadas por el lento crecimiento económico, los efectos todavía desconocidos del Brexit y la necesidad de ajustar el déficit fiscal en 25 puntos base al año, según la meta que se ha propuesto el Gobierno.

El debate ya está sobre la mesa, y una de las salidas que ya han propuesto evaluar sectores del PS es utilizar parte de los más de US$ 23 mil millones ahorrados en los fondos soberanos, precisamente para tiempos de vacas flacas como estos, dicen.

Y para reforzar esa idea, han recurrido a la experiencia más reciente: el 5 de enero de 2009, la Presidenta Michelle Bachelet -entonces en su primera administración- anunció una estrategia fiscal contracíclica para estimular el empleo y el crecimiento, que comprometería recursos por más de US$ 4.000 millones equivalentes al 2,8% del PIB, según recuerdan fuentes cercanas al oficialismo.

El plan original -según esas fuentes- incrementaba el gasto público en 2009 en cerca del 1% del PIB (US$ 1.485 millones), con lo que el crecimiento real de ese año llegaría a 10,7%.

Partidarios de cuidar las cuentas fiscales advierten que los resultados de las elecciones de ese año (en marzo de 2010 asumió Sebastián Piñera) dan cuenta de que incluso con presupuestos expansivos se pueden perder elecciones.

El plan también contemplaba reducir transitoriamente los ingresos fiscales en US$ 1.455 millones, o el equivalente al 1% del PIB y desembolsos que no constituyen gasto, sino adquisición de activos financieros.

La estrategia fiscal implicaba un déficit fiscal efectivo para el año 2009 de 2,9% del PIB, cuyo financiamiento provendría de la utilización de recursos del Fondo de Estabilización Económica y Social y de la facultad de emisión de bonos.

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