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La mayor longevidad femenina no siempre va de la mano con una mejor calidad de vida

martes, 28 de junio de 2016

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Factores biológicos y culturales ayudan a superar a su contraparte masculina en supervivencia. Pero las mujeres tendrían peor salud que ellos a lo largo de su vida adulta.



Hablar de longevidad es pensar en mujeres. Se estima que alrededor del 80% de las personas que hoy superan los 100 años de edad son de sexo femenino y, en gran parte del planeta, ellas logran vivir en promedio cinco o seis años más que los hombres. Estadísticas locales confirman ese dato: mientras los chilenos tienen una esperanza de vida de 79 años, las chilenas alcanzan, fácil, los 85.

Esta supremacía femenina no tiene comparación en el reino animal. "Los seres humanos son la única especie de la que se sabe que un sexo tiene una ventaja de supervivencia. De hecho, la diferencia de sexo en la longevidad puede ser una de las características más robustas de la biología humana".

Así lo creen Steven Austad y Kathleen Fischer, investigadores de la U. de Alabama en Birmingham (EE.UU.), quienes realizaron un análisis -publicado en Cell Metabolism- de la evidencia disponible sobre el tema.

"No tenemos certeza de por qué las mujeres viven más. Es sorprendente que no se haya convertido en un foco más fuerte de la investigación sobre la biología humana", dice Austad.

Sobre todo considerando que la ventaja de la mujeres viene incluso desde antes de nacer.

"Sabemos que en el período embrionario, son mucho más frecuentes los abortos de hombres; y entre los recién nacidos, fallecen más guaguas de sexo masculino", precisa la doctora Nelly Alvarado, coordinadora de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la U. Diego Portales y académica de la U. Chile.

"Una posibilidad es que existan diferentes sistemas genéticos y de evolución biológica entre hombres y mujeres. Habría una mayor adaptación femenina", agrega.

Al respecto, un factor decisivo, al parecer, lo tendrían las hormonas, comenta Austad. "Quizás desde el momento del surgimiento de la testosterona durante la diferenciación sexual masculina en el útero". En cambio, los estrógenos protegen a las mujeres, agrega el doctor Manuel Parra, de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología.

"Si miramos la prevalencia de enfermedad cardiovascular, en las mujeres su aparición está desplazada entre 15 y 20 años en comparación a los hombres".

La longevidad femenina también estaría vinculada con diferencias en el sistema inmune, las respuestas ante el estrés oxidativo o incluso el hecho de que los hombres tienen un cromosoma X (y otro Y), mientras las mujeres tienen dos cromosomas X, sostiene Austad.

No menos importantes son los factores sociales y culturales, enfatizan los expertos.

Por ejemplo, los hombres son más temerarios y corren más riesgos; de hecho, mueren más por accidentes que las mujeres, comenta el doctor Homero Gac, geriatra de la U. Católica y vicepresidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología.

Por otra parte, a lo largo de su vida "ellas están en mayor contacto con médicos -por temas de maternidad o ginecológicos-, por lo que suelen consultar más en toda edad", dice.

Ello también se traduce en que suelen tener más conocimientos para detectar síntomas y tender a hábitos saludables.

Asimismo, en la vejez suelen tener más redes de apoyo y contactos, que son fundamentales en esa etapa.

Sin embargo, las ventajas en términos de longevidad femenina tienen su talón de Aquiles (ver recuadro).

"Algo que no se observa en otras especies es que, a pesar de toda su fortaleza respecto de los hombres en cuanto a la supervivencia, las mujeres parecen en promedio tener una peor salud en la edad adulta", advierte Austad, quien plantea que comprender todos estos factores puede ayudar al desarrollo de estrategias y fármacos que favorezcan el buen envejecimiento humano.

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