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Historias, sorpresas y aprontes detrás de los US$ 100 millones para TVN

domingo, 29 de mayo de 2016


El Mercurio

Una promesa de campaña y un canal que sigue operando a déficit, pese a despidos y a teleseries bíblicas... Para muchos, fueron "el hambre y las ganas de comer" los que se juntaron y están en el origen del millonario proyecto de ley para cambiar la TV pública. Esta es la trastienda de una iniciativa sobre cuyo destino pocos se atreven a apostar.

LA SERIE DE CONVERSACIONES QUE EMPRENDÍ ESTA SEMANA apuntó a detectar qué historias habría detrás del último proyecto de ley firmado por Bachelet, el que propone destinar 70 millones de dólares para la capitalización de Televisión Nacional y su incorporación a la era digital, más 25 millones para que desarrolle un canal cultural. En el comité político de la Presidenta, representantes de los partidos estimaron que la iniciativa era "inoportuna" en tiempos de restricciones, y así lo dijeron; aparentemente los tomó por sorpresa, como también a parlamentarios que deberán tramitar esta indicación, y que junto con conocer de la ceremonia, manifestaron estupor y rechazo. Parlamentarios de la Nueva Mayoría, precisemos.

Y aquí tenemos la primera historia de las que me contaron personas con quienes conversé, gente de TVN, y sobre todo que quiere a TVN -de antes, durante y de ahora-, a quienes prometí guardar su identidad.

 

1 El proyecto de los 100 millones tiene su paternidad en el ministro Marcelo Díaz y su gente, con la colaboración "muy en collera" del presidente del directorio de TVN, Ricardo Solari. Papel importante le correspondió a Pablo Morales -ex hombre del canal estatal y de Chilevisión-, a cargo, por disposición presidencial y con escritorio en el palacio de Gobierno, de proyectar ese canal cultural, promesa de la Presidenta. También al ministro de Cultura, Ernesto Ottone junior; a Germán Berger Hertz, hombre de la Secom, y al asesor Bruno Bettati. La sorpresa cubrió incluso a los integrantes del directorio de la estación, que por cierto sabían que el canal cultural y la modernización de TVN estaban en carpeta -desde hace muchos períodos, por lo demás-, pero ningún detalle del proyecto que anunció la Presidenta, ni de la nueva gobernanza que postula, ni tampoco los montos involucrados.

LO DE LOS MONTOS FUE EXPLOSIVO... "Piense usted que el frenazo económico ha obligado a Hacienda a recortar 500 millones de dólares del Presupuesto, y a TVN se le receta una quinta parte de ese monto", me comentaba uno de mis interlocutores. Números que hacen que se reúna "el hambre con las ganas de comer". Las cuentas de TVN de 2015 arrojan 26 mil millones de pesos de pérdida, su histórico peor balance anual.

Y esa es una segunda historia, la del "estado del arte", que hace temer que entregarle más platas a TVN sea meterla en un barril sin fondo. Si 2016 ha sido de franca mejoría, el proceso no da garantías. Tampoco los cálculos convencen a algunos: 25 millones de US$ para el canal cultural, se ve poco; 75 millones, si son solo para la transformación a digital, se estima un exceso, a menos que ahí vaya contenido el apoyo a la red regional y a la señal internacional, "misión", por naturaleza, deficitaria para la estación.

 

2 TVN está con un problema enorme de caja, ya que los gastos operativos -sin sumar los financieros- son mayores que los ingresos, mes a mes, me comentan. Y si hasta ahora se las arregló haciendo leaseback con los bancos, a los que traspasó bienes inmuebles con compromiso de recompra, ese recurso se estaría agotando.

2015 se evoca como un año para olvidar, en que la programación no logró conectarse con la audiencia y todos los mayores dineros destinados a resucitar se iban perdiendo: 40 millones de pesos se perdían en cada capítulo de La Poseída; 30 millones en cada uno de Las Matriarcas. En esa errática danza -me cuentan- los ingresos por avisaje cayeron en alrededor de 40%, mientras los costos -despidos mediante- bajaron entre 15 y 20%. A ese ritmo, no hay caja que aguante. TVN, con sus mil empleados y su paradigma de canal grande, siguió actuando como uno supuestamente masivo, pero con audiencia de nicho.

No hay dos opiniones respecto de esta era negra, aunque las hay respecto de lo que la originó. El festival de culpas es abundante y salpica para todos lados. Unos sostienen que el problema es de "reputación perdida" y que eso aleja inefablemente a la gente de la pantalla de TVN. Otros, rebaten: son los contenidos los que fallaron sistemáticamente, así como las decisiones tardías. Y está ese diagnóstico preciso y brutal que recibí: el golpe mortal para el canal tiene el nombre de dos pérdidas, Felipe Camiroaga y María Eugenia Rencoret. Ni los matinales ni las teleseries pudieron reponerse después de esas partidas. Y con su caída arrastraron al resto de la programación.

Los errores de diagnóstico no solo han sido para las teleseries, me cuentan. También el sitcom que va antes del noticiario pasó por todas las pruebas de preevaluación y el resultado una vez en pantalla no pasó de 3 puntos de rating .

Y erráticos parecen también los cálculos que rigen para la gestión en general, me aseguran, cuando la administración se ha jugado por una evaluación de la "torta publicitaria" muy superior a lo que resulta al final del día. Y lo mismo con la "tajada de la torta" para TVN. El presupuesto de este año se aprobó con un cálculo de un 18% de la "torta", lo que a muchos parece excesivo. El juego es así, me comentan: la administración saca cálculos alegres para obtener más recursos; le vende sus cálculos y promesas al directorio, y al final... los ingresos no llegan. Vienen las pérdidas y los recortes, como el que se hizo a los noticiarios regionales, que han sido alegato permanente de los parlamentarios.

 

LAS TELESERIES BÍBLICAS PRODUCIDAS EN BRASIL han sido "la pesca milagrosa" para TVN, así como lo fueron las turcas para Mega. Son dos las que
tiene en pantalla: el Rey David (10,9 puntos de rating) y Moisés (12,3 puntos). Me dicen que su costo por capítulo no excede los 3 mil dólares.

Esta semana hubo un nuevo golpe de efecto, seguramente mucho más costoso, pero altamente positivo, como fue el estreno de Kramer con su Kamaleón.
El canal vivió unas horas de fiesta. "Así es la televisión -me comentaba uno de mis interlocutores-. Yo he vivido la experiencia de ser el primero y también de ser el cuarto canal, como ahora; eso puede cambiar en cualquier momento".

Otro agrega otra reflexión: "No nos confundamos: la televisión pública no es solo para transmitir series brasileñas baratas; es también para apoyar el trabajo de actores y actrices chilenos, para ser semilleros de la actividad dramática".

3 La historia de las señales positivas que se perciben este 2016 en contraposición al negro 2015, según la versión de mis entrevistados, debería traer otros coletazos como, por ejemplo, replantearse a fondo las áreas dramáticas. La fórmula de los actores pagados a año completo y trabajando solo algunos meses ya no se aviene con la realidad. Menos cuando pasa lo de ahora, que la teleserie de la tarde que debía salir al aire en octubre, recién lo haría en junio. Los comentarios críticos llueven sobre el director Vicente Sabatini y su musa Claudia Di Girólamo. La readecuación a los tiempos y a los costos indica que las teleseries y los programas cuestan la mitad cuando se hacen con productoras externas.

Y hay algo más que me destacan como aire positivo: el desempeño de prensa, "que recibe una audiencia en el fondo del pozo y que poco a poco se va levantando hasta llegar a un rating de 12 puntos". Eso, aparte de los buenos resultados del Canal 24 Horas, que exhibe 10 puntos más que la audiencia de su par CNN. "Hay que considerar, sí, que el noticiario suele dejar de lado "la misión informativa" para dar rienda suelta a los reportajes y las notas banales", me comentan. Igual me advierten del contrasentido contra "la misión" que significa que a la hora en que el Canal 24 Horas exhibe su programa político del domingo en la noche, la señal principal le compita con una de las teleseries brasileñas.


LA NUEVA INSTITUCIONALIDAD PROPUESTA EN LA INDICACIÓN PRESIDENCIAL, CON UN DIRECTORIO DE 9 MIEMBROS, tres de los cuales serán elegidos por el Gobierno, es apreciada con desconfianza. El Presidente de la República será, como siempre, el encargado de elegir al presidente del directorio, y dos más serán con ternas propuestas por los ministerios de Educación y de Cultura. Los otros seis tendrían su origen en la Alta Dirección Pública. Y todos tendrán que pasar por el cedazo del Senado. Pero lo que más reticencias provoca en mis entrevistados es el Consejo Consultivo ad honorem "representativo de la sociedad civil", que se crea para vigilar los contenidos y la misión de TVN. ¿Quiénes estarán ahí? ¿Los representantes de qué?, se preguntan con sospecha.

4 Aquí la historia tiene que ver con el fin del sistema binominal, que es la clave de la actual conformación del directorio, en que los 7 miembros son representativos de los dos bloques -tres y tres-, más el presidente, que es prerrogativa del Presidente de la República. Me aseguran que, al corto andar, la experiencia es que los directores se convierten en parte de TVN, más que abogados defensores de sus respectivos partidos o del gobierno de turno, que siempre son y serán inconformistas de cuanto ven en la pantalla. Se crea una cierta amistad cívica entre los directores y no se suelen ver luchas de tipo partidista, me sostienen. Discuten y pelean, sí, pero por cosas del canal. En las críticas a los programas tienden a estar de acuerdo, dicen. Y también en el sentimiento de que las administraciones muchas veces se los bypasean. Cómo explicarse, si no, que en enero objetaron el proyecto de matinal con tres mujeres ancla y hasta la fecha no aparece un hombre en el elenco... En el último tiempo, me confiesan, la dinámica del directorio está más fría y formal; se acabaron las reuniones de café y los encuentros más informales.


DEL FUTURO QUE ESPERA A ESTA LEY, nunca es sano jugarse por un resultado, pero luego de conversar con varios parlamentarios de la Nueva Mayoría, puedo asegurar que la tendrá difícil... y dividida.

Aquí voy a relatar dos historias: la que desplegarán los promotores de la indicación, es decir, el Gobierno, y la que se puede anticipar de las posturas parlamentarias.

 

5 El Gobierno destacará que TVN tiene dos restricciones endémicas: su propietario -el Estado- no puede hacer contribuciones financieras, y el canal tampoco puede endeudarse usando como aval a ese dueño. Esta realidad choca con lo que hace la "competencia": todos los demás canales, con propietarios solventes, han hecho capitalizaciones muy importantes, tanto para pagar deudas como para hacer inversiones.

Argumentarían que es imperativo ponerse al día con una industria que cambió hace tiempo ya, con la entrada de internet, tanto por la forma en que la gente ve hoy televisión, como por el modo en que se despliega el gasto publicitario en estas nuevas plataformas.

Y luego "venderán" la necesidad de actualizar el gobierno corporativo incorporando más profesionalización de los directores y escapando de las lógicas de equilibrio político. Lo que se abogaría como idea de fondo es que esta televisión pública sea pluralista y autónoma.

La inyección de recursos la defenderán aludiendo al proceso de digitalización y a la obligación de cubrir todo el país y no solo las zonas rentables... es decir, a las infinanciables red regional y señal internacional.

 

 6 Entre los parlamentarios encontré votos favorables en el PS y un sentimiento mayoritario de que las platas para la televisión pueden esperar.

Argumentos que recogí:

-"Yo apoyaría un gran proyecto de TVN potente, con canal cultural; pero en la situación actual, suena a tapar un hoyo financiero".

-"Estas platas tienen propósitos súper prácticos. Va a haber un debate inicial, pero se va a despejar cuando se establezca que no es dinero para pagar deudas. Lo que se quiere hacer es un canal público, tipo BBC, más que estatal, y será importante la fiscalización de las platas, de manera que las que se inyecten en esta capitalización se usen bien; la Cámara podría ser el fiscalizador. Por otra parte, ningún parlamentario va a querer que se muera su emisión regional".

-"Aun cuando fuera necesario, no es oportuno plantear este gasto; hay otras demandas y un programa de ser más estrictos en el gasto público. Además, esto tiene que ser mirado en conjunto con los resultados de Televisión Nacional. Eso significa hacer un examen muy exhaustivo de lo que pasa en el sistema financiero del canal, qué esfuerzos se están haciendo para ponerle disciplina en sus gastos. Va a ser un trámite complejo, difícil, pero positivo; porque dará la oportunidad de meterse más a fondo en lo que está pasando en TVN. Pero todo esto tiene que reprogramarse para otro momento. En agosto viene la discusión del presupuesto, vamos a estar con un crecimiento bajo, con un desempleo mayor y con demandas pendientes que están saliendo sobre todo en el tema educacional; eso va a absorber cualquier excedente de que se pueda disponer".

 

AL FINAL DEL DÍA ME QUEDÉ CON UNA INQUIETUD EXTRA: ¿Se jugará Bachelet por este proyecto, que ni siquiera mencionó en su cuenta anual, o fue un saludo a la bandera?

Tema para otras "conversaciones" puede ser algo que hablé también con mis entrevistados: ¿Quieren realmente los chilenos un canal cultural, o más bien es una idea elegante y glamorosa que presentarla luce bien?

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