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¿Por qué hacemos tonteras si usamos teléfonos “inteligentes”?

miércoles, 27 de abril de 2016

Economía y Negocios


Daniel Halpern
Director de TrenDigital UC

1. Porque la premura con que funciona el mundo digital nos obliga a decir lo que pensamos en vez de tomarnos un minuto y pensar lo que decimos. Es todo tan rápido que nos sentimos obligados a responder inmediatamente. Si pensáramos tan rápido como movemos los dedos del teclado…todos tendríamos un amigo más y un problema menos.

2. Porque no hay filtros sociales: en el cara a cara vemos cómo el otro reacciona y nos inhibe. No nos atrevemos a decir todo lo que pensamos. En el mundo digital lo decimos sin medir las consecuencias. El contenido de lo que sale en WhatsApp es como “ponerse” dos o tres piscolas al cuerpo. Yo le digo a mis alumnos que si van a tomar por favor dejen…su teléfono lejos, pero bien lejos… porque si empiezan a whatsappear con trago después no hay vuelta atrás. Las redes sociales NO ofrecen una segunda oportunidad. Lo que salió ya se publicó. Después muchos andan arrepentidos pidiendo perdón y explicando que en verdad “no había sido la intención”.

3. Porque nos acostumbramos a pensar de forma mecánica. Las aplicaciones nos invitan a ingresar datos y seguir instrucciones. Nos perdemos si no utilizamos Waze y preferimos utilizar la calculadora para una suma que antes podíamos hacer de forma mental. Sé que suena a cliché, pero el cerebro es un músculo, y si dejamos de utilizarlo… ya sabemos lo que sucede.

4. Porque nos encandilamos con el brillo de las redes sociales. Es tan potente el efecto de ver en qué están nuestros compañeros de colegio y de la vida en general, que nos deslumbramos al ver que podíamos acercarnos a todos los lejanos con un solo click. El problema es que nos sobrepasó. No nos medimos. Es tan potente la sensación de conexión y de urgencia por responder a los que están lejos, que nos pegamos con la tontera y nos termina alejando de los que están cerca.

5. Y entonces… ¿Por qué lo seguimos haciendo? Porque al final, querámoslo o no, seguimos siendo seres pensantes y optamos por los beneficios…. Porque es tan fuerte el hábito, la costumbre de la conexión, la urgencia social 2.0, que el costo de desconectarse es mayor que el costo de hacer o decir una tontera. Por eso digo: ¡Larga vida a las redes!

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