domingo, 24 de abril de 2016
Pablo Obregón
El Mercurio
El Gobierno optó por no pagar por el ingreso que cobran los organizadores para la versión 2017 del evento, debido al ajuste fiscal. Pero con estudios en mano, los gestores de la prueba plantean que en 2015 por cada dólar gastado por el Estado, el retorno para el país fue de US$ 4,6.
El lunes de esta semana, el Gobierno le puso la lápida al Dakar 2017, y, por segundo año consecutivo, la competencia no pasará por Chile. Con ello, el corazón de la prueba -el desierto de Atacama- no será parte del espectáculo que cada año monta la empresa francesa Amaury Sport Organisation (ASO) y que es seguido por televisión en más de 190 países. ¿Qué pasó que Chile se restó de una competencia por la que otros (Argentina, Perú, Bolivia) pagan por participar? Justamente eso: que hay que pagar. En 2015, que fue la última vez que la caravana de motos, autos y camiones pasó por tierras chilenas, el Estado desembolsó US$ 5 millones, cifra que en 2016 no estuvo dispuesto a cancelar debido a que en abril del año pasado el norte se vio afectado por graves inundaciones que demandaron recursos adicionales estatales. Y ahora el Gobierno estaba dispuesto a apoyar la versión 2017 de esta prueba, disponiendo de carabineros, funcionarios del SAG, Aduanas y asistencia de distinta índole, pero no a pagar a ASO un peaje de ingreso. El director general del Dakar y de ASO, Etienne Lavigne, conversó con "El Mercurio" y aseguró que el ingreso que pagan los gobiernos son mayoritariamente reinyectados en las economías locales: "En la última edición realizada en Chile, el aporte del Gobierno representó un quinto del total gastado en el país; es decir, por cada dólar invertido por el Gobierno, reinyectamos 4,6 dólares en las regiones por donde pasó el Rally. Para la edición 2017, esa reinyección se estimó en US$ 7 por cada dólar aportado por el Estado (...) Adicionalmente, este evento le da cobertura al país en el mundo y aporta mucho a la imagen país. El valor de la exposición mediática de Chile a nivel internacional -en minutos de televisión en el mundo- durante un año es de US$ 104 millones", afirmó. Pese a estas cifras -agrega Lavigne-, este año ASO estuvo dispuesta a ceder con tal de que el Dakar pasara por Chile: "Nosotros hicimos un esfuerzo importante en cuanto a reducir al mínimo posible el aporte público solicitado al Estado de Chile. Quiero ser muy enfático en que mantenemos el más alto interés por volver a Chile, pero sin un financiamiento no podemos asegurar la calidad que supone un evento de esta envergadura". Dakar 2015 movió US$ 23,3 millones Originalmente, ASO pedía US$ 6 millones para ingresar. Estuvo dispuesto a bajarse incluso a US$ 3 millones y, además, a entregar a Chile cinco etapas, la partida y la llegada de la prueba, que son las dos jornadas que ofrecen la mayor exposición mediática a nivel mundial. Pero el Gobierno se mantuvo firme en su posición: el país pone a disposición de ASO el desierto de Atacama -el corazón de la prueba-, la capacidad de gestión, los recursos humanos y la vinculación con los gobiernos regionales, pero no está en condiciones de pagar una cuota de ingreso. El Ministerio del Deporte ha argumentado que el ajuste que afectó a todos los ministerios, exceptuando Salud, es un tema que pesó en esta decisión. La última vez que Chile participó de esta prueba el Estado gastó cerca de US$ 9 millones, considerando la cuota de ingreso, más toda la logística asociada a Carabineros, funcionarios públicos, etc. Pese a esto, ASO mantiene una luz de esperanza de que el Gobierno reconsidere su decisión -al menos para la versión 2018-, y ha puesto sobre la mesa los resultados de un estudio encargado a Data Mining Consultorías Limitada, que evaluó el impacto económico que tuvo esta prueba en 2015, la última vez que pasó por Chile. El estudio utilizó diversos indicadores, como gasto de visitantes y gasto de la organización (ASO, Sernatur, Turismo Chile y municipalidades, entre otros). ¿Resultados? El Dakar 2015 movió un total de US$ 23,3 millones provenientes de bolsillos privados, de los cuales el 60,6% correspondió al gasto realizado por espectadores, 34,9% a lo gastado por ASO y 4,5% por los competidores propiamente tales. El aporte realizado por el Gobierno de Chile, en tanto, correspondió a US$ 5 millones; es decir, por cada dólar invertido por el Gobierno, el país tuvo un retorno de US$ 4,6. Los recursos que aportan los gobiernos contribuyen a financiar parte importante de los costos logísticos asociados a la competencia: "Para darle una idea, solo el barco que trae los vehículos de los competidores se cifra en varios millones de dólares", explica. EL 60,6% del gasto asociado al Dakar lo hacen los espectadores, 34,9% ASO y 4,5% los competidores.
