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Felipe Joannon, presidente de Techpack, cuenta cómo se gestó la venta de la única operación fabril que les quedaba

Grupo Luksic y la venta de Alusa a Amcor: "Ellos tienen mayor capacidad para extraerle valor"

domingo, 24 de abril de 2016


Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

Con el cambio de milenio, todos los negocios fabriles de la emblemática Manufacturas de Cobre empezaron a perder competitividad y los vendieron o cerraron. El único que quedaba operativo, con buenos resultados y con crecimiento por América Latina, despertó el interés de gigantes como Bemis y Constantia, además de Amcor, con el que sellaron el acuerdo. El interés de esta australiana en Alusa fue tanto, que le pidió a Techpack que los escucharan. Y el precio de la oferta no vinculante terminó siendo el monto acordado en la transacción. A.G. y C.R.



elipe Joannon, presidente de la firma Techpack, cuenta que en febrero afortunadamente pudo tomar vacaciones, pero que varios otros ejecutivos de la empresa simplemente no pudieron.

Claro, en total reserva fue un período de álgidas negociaciones para la plana mayor de esta compañía -parte del grupo Luksic a través de su holding industrial Quiñenco-, que derivaron en un acuerdo sellado esta semana para vender Alusa, la conocida firma elaboradora de envases flexibles, que será transferida a la gigante australiana Amcor.

La operación aún no se concreta, pues requiere de la aprobación de autoridades de libre competencia de Brasil y Costa Rica -hacia donde Alusa exportaba y Amcor ya tenía operaciones- y además es necesaria la aprobación de los accionistas de Techpack por medio de una junta de accionistas que probablemente convocarán para mayo. Aunque todo indica que los votos estarán. Por un lado, el controlador posee el 65% de la compañía y para la aprobación requieren dos tercios de los votos. Pero además el precio acordado como valorización -US$ 435 millones- le asegura a Techpack que recibirá un flujo de caja de US$ 200 millones. El diferencial corresponde al descuento de una deuda de unos US$ 97 millones, sumado al porcentaje que les corresponden a los socios peruanos de las filiales de Alusa, Peruplas y Flexa de Colombia, quienes también venden a Amcor.

"Fue una bonita operación", describe Joannon, rememorando los avatares de Techpack -la sucesora de Madeco-, luego de años de graves complicaciones financieras que vivió cuando aún se dedicaba a la fabricación de tubos de cobre, tubos y perfiles de aluminio a través de Indalum. Todos negocios que con el cambio de milenio gradualmente fueron vendidos o cerrados (ver recuadro).

Como anécdota y para evaluar la actual transacción con Amcor, Joannon recuerda que en medio de aquellos complejos momentos, en 2002, se abrieron a la venta de Alusa ante la necesidad de hacer caja para Madeco. Y recibieron una "media" oferta por Alusa: escasos US$ 20 millones por el 100% de la empresa, cuando esta firma generaba una caja de US$ 7 millones, pero además el comprador requería el financiamiento del vendedor para la transacción.

Bemis y Constantia también sondearon a Alusa

Joannon confidencia que la venta de Alusa fue simplemente una oportunidad que comenzó a presentárseles a mediados de 2015, cuando estaban embarcados en un proceso de crecimiento regional, pensando incluso en buscar opciones en mercados como México, como forma de profundizar una operación que tuviera una escala suficiente para enfrentar a los grandes actores con los que se deben relacionar en el mercado mundial. Tanto proveedores de las resinas (Dupont, Dow Chemical), como en la captación de clientes globales (Unilever, P&G, Nestlé, Alicorp, Carozzi, Nutresa, K. Clark).

Pero entre junio y julio del año pasado empezaron a recibir "mensajes", tanto de compañías mundiales del rubro como de bancos de inversión. Estos últimos con el argumento de que en estos momentos las valorizaciones de las firmas productoras de envases flexibles estaba en sus más altos niveles, pues otras industrias son las que están sufriendo los embates de la desaceleración mundial. "En un mundo donde las inversiones están un poquito más decaídas en grandes proyectos de infraestructura o de energía, el consumo masivo sigue creciendo. El refugio en un mundo que crece poco, son los productos de consumo masivo, que son muy atractivos", dice, algo que se extiende a los proveedores de estas industrias.

Y continúa: "Empezamos a oír compañías multinacionales del rubro de los envases -Amcor (australiana), Bemis (americana), Constantia (europea, de origen austríaco)-, que nos enviaban recados como que les gustaría juntarse con nosotros", cuenta Joannon.

Entonces el directorio de Techpack decidió explorar opciones y designaron a un asesor, Citibank, para emprender un proceso privado de venta. Pero ni siquiera alcanzaron a comenzarlo, cuando Amcor insistió en que conversaran directamente. Joannon viajó a Miami la segunda semana de enero, y allí la australiana hizo una oferta no vinculante, en una cifra que es el mismo valor de la transacción. "Amcor le apuntó medio a medio a lo que nosotros creíamos que valía. Se jugaron una carta para detener el proceso (de venta competitivo) y se la jugaron bien", describe Joannon.

Tras esa primera oferta no vinculante, entre febrero y abril, las partes realizaron un reservado due diligence en las compañías que involucra la transacción (las operaciones de Chile, Argentina, Perú y Colombia de Alusa), cuyo resultado llegó a puerto esta semana.

"Hay una cosa bien importante que hay que considerar en el desarrollo de una compañía. Llega un minuto tal que uno tiene que reconocer que no es el dueño natural o el que le puede extraer más valor. Ellos (Amcor) tienen mayor capacidad hoy día para extraerle valor a Alusa", detalla.

Alude a magnitudes de negocios no comparables: Amcor vale US$ 14 mil millones y vende US$ 10 mil millones en más de 40 países, versus ventas por US$ 370 millones de Alusa. La diferencia en tamaño es también algo que hizo que ni siquiera estuviera sobre la mesa replicar lo que ha hecho el grupo Luksic de concretar una venta que incluya quedarse como accionista referente o relevante "aguas arriba", como lo hizo con Nexans.

¿Qué harán ahora?: "Es una noticia en desarrollo"

Dado que Alusa es el único activo productivo que descuelga de Techpack, la gran pregunta es qué harán ahora con la caja que deja la operación, pues en la práctica y salvo siete activos inmobiliarios (ver recuadro), Techpack queda como una sociedad paraguas sin operaciones o actividad productiva que dependan de ella.

¿El cierre de la sociedad? ¿El reparto de dividendos extraordinarios? ¿Atenerse a repartir el mínimo legal de 30% y emprender nuevos proyectos?

Joannon es muy cauto en su respuesta -"es una noticia en desarrollo", indica-, y explica que el directorio debe definir. Si bien reconoce que el país ha venido perdiendo competitividad para el desarrollo industrial por aspectos como el alto costo de la energía y las distintas reformas, sostiene que el grupo controlador continúa con el ánimo de invertir en el país. Pone de ejemplo a otras sociedades del holding , como Enex y SAAM -donde también es presidente del directorio-, que han anunciado y están materializando nuevos proyectos.

Lo que sí plantea es que "tenemos que tomar muy en serio, tanto el sector público como el privado, que Chile no está teniendo hoy día una tasa de crecimiento adecuada para satisfacer las necesidades de su gente". Dice que el país es igual a un niño de 12 años, que está en pleno crecimiento y requiere sumar 4 o 5 centímetros cada año y no 1 o 2, lujo que solo pueden darse quienes ya estén al borde de los 18 años, o en el caso económico, quienes ya transiten por el desarrollo, que no es el caso de Chile particularmente.

"AMCOR LE APUNTÓ medio a medio a lo que nosotros creíamos que valía. Se jugaron una carta para detener el proceso (de venta competitivo) y se la jugaron bien", describe Joannon.

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