lunes, 18 de abril de 2016
Pablo Tirado
El Mercurio
El fondo ya ha invertido cerca del 25% de los US$ 5 millones con los que cuenta. Su foco está en compañías con proyección internacional.
El próximo mes, el fondo de inversiones Magma Partners cumplirá dos años operando en Chile. En ese período, el grupo -liderado por el norteamericano Nathan Lustig y los chilenos Francisco Sáenz y Diego Phillipi- se ha convertido en uno de los más activos del ecosistema local, sumando ya 22 compañías invertidas, entre las que se cuentan Property Simple, Deenty y Founderlist. "Hemos aprendido mucho durante estos dos años sobre qué tipos de negocios tienen sentido en Chile, también sobre aquellos donde podemos aportar valor. Entonces, estamos hoy enfocamos en dos nichos, uno es business to business y el segundo, en compañías que tienen su base en Chile, pero que venden a Estados Unidos o a Europa", explica Lustig, quien pone como ejemplo lo que ha ocurrido con Property Simple. Esa compañía de arriendo de propiedades -que nació en Chile como Propiedad Fácil- está dando sus primeros pasos en Estados Unidos, donde en solo dos meses ha logrado facturar lo mismo que consiguió en Chile en un año. Con cerca del 25% de los US$ 5 millones con los que cuenta el fondo ya invertidos, el plan para este año es entrar en la propiedad de cerca de ocho emprendimientos más, así como materializar segundas rondas de inversión en algunas de las compañías en las que ya están presentes. Este 2016, el fondo espera poder concretar sus primeras operaciones internacionales. Según dice Lustig, ya están en conversaciones con algunas empresas en Argentina, Brasil y Colombia, así como también con una en Estados Unidos. "Hemos estado viendo un par de compañías que fueron fundadas en el exterior, pero que quieren tener un equipo en Chile y desde acá seguir creciendo al exterior", explica. Nuevos desafíos Una de las metas de Magma es contribuir a mejorar el ecosistema del emprendimiento en Chile. Es en esa senda que ya cuentan con una aceleradora de startups -cuatro de sus inversiones actuales han surgido de esa cantera- y el plan ahora es amplificar el impacto. De hecho, acaban de mudar sus oficinas a un espacio más amplio que ofrece la posibilidad de que las empresas ligadas al fondo puedan trabajar y colaborar entre ellas. Son 12 las compañías que están operando en las nuevas oficinas en donde tienen la oportunidad de trabajar en compañía de una "emprendedora en residencia", que es una figura relativamente nueva en Chile. Se trata de una persona que ayuda a las empresas en la gestión del día a día y que, eventualmente, se podría sumar como socia a un emprendimiento o lanzar uno propio. Uno de los planes más ambiciosos, eso sí, viene por el lado de una " Code School " que están armando y que es básicamente una serie de cursos orientados a personas que quieran a aprender a programar. "Queremos entrenar capital humano chileno para nuestras empresas, pero también para el resto. La idea es crear estos cursos de cuatro meses en los que cualquier persona que tenga la motivación pueda convertirse en programador", explica Nathan Lustig.
