miércoles, 10 de febrero de 2016
Daniela Pradel
El Mercurio
Talca, Antofagasta y Osorno, entre otras ciudades, buscan revitalizar su industria turística y comercio de la mano de estos certámenes que proliferan en la época estival.
Con la llegada del verano, ya son muchos los municipios que se encuentran alistando todos los preparativos necesarios para dar inicio a la temporada de festivales de verano. Pese a que, desde siempre, el famoso Festival de la Canción de Viña del Mar se ha robado la película por su gigantesca producción, ya desde hace unos años se viene sintiendo cómo el resto de las ciudades del país han comenzado a apostar -y a invertir- por ganarse un espacio dentro de estos certámenes. Un ejemplo de esto es el caso del Festival de la Independencia de Talca, el cual por segundo año consecutivo será transmitido por TVN y que durante esta edición invirtió cerca de $776 millones en toda la producción y parrilla de artistas. El dinero, según comentan desde el municipio, proviene tanto de las arcas municipales como de aportes de privados. Asimismo, otras de las ciudades que han desembolsado una importante cantidad de dinero en el desarrollo de sus festivales es Iquique, donde para el evento que se desarrollará entre el 19 y 27 de febrero próximos se invirtieron aproximadamente $700 millones. Con un presupuesto un poco inferior, se encuentran los festivales de Antofagasta y el de la Leche y la Carne de Osorno, los cuales tienen un valor de $300 millones y $258 millones, respectivamente. El millonario beneficio Pese a que la gran mayoría de estos certámenes veraniegos no cobra entradas a sus espectadores, el beneficio turístico que se genera en las ciudades compensa la importante inversión hecha por los municipios y privados. Este es el caso del Festival de Talca, el cual permite que los ingresos por ventas de artesanía y comida alcancen los $2 mil millones durante la realización de este evento. De igual modo, la televisación de estos festivales ha generado que las ciudades logren un importante posicionamiento como localidad turística, lo que deriva en millones de pesos que reciben los centros de servicios turísticos, tales como hoteles, empresas de transportes, restaurantes, entre otros.
