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Formas de prevención en América Latina:

Peces, sapos e insecticidas naturales son algunas curiosas armas contra el virus zika

miércoles, 10 de febrero de 2016


Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Más que erradicar el mosquito transmisor, el fin es reducir su población a niveles que no sean peligrosos.



A medida que cunde la preocupación por los brotes de virus zika en América -al menos 26 países ya están afectados-, la población está recurriendo a todo lo que está al alcance de la mano para prevenir la picadura del mosquito Aedes aegypti , principal transmisor del virus. Peces devoradores de larvas, insecticidas a base de frutas y tubérculos o mosquitos modificados genéticamente, son algunas de esas curiosas herramientas.

En Argentina, portales de venta en línea ofrecen ranas y sapos a $100 argentinos (unos $4.900 chilenos) como alternativa a repelentes e insecticidas, cuyo precio llega hasta los 10 dólares y muchas veces no se consiguen. "Vendo sapos y ranas para combatir dengue y zika", reza el aviso en un popular sitio de venta en la web, según consigna el diario La Nación de Argentina.

Más al norte, sobre la costa del Pacífico en El Salvador, los pececillos sambos han logrado establecer un control biológico del mosquito. La experiencia, iniciada en 2012, se ha replicado en una veintena de poblados salvadoreños.

"Los sambos son verdaderos guerreros en el combate del zika: se comen todas las larvas en los barriles donde almacenamos el agua", cuenta a AFP Rafael González, un pescador de la zona.

Estos peces han ayudado al país centroamericano a combatir el mosquito transmisor del zika en su fase de larva, una ventaja frente a la práctica tradicional de fumigaciones masivas.

Según los expertos, la fumigación que realizan varios países de América Latina tiene alcances limitados.

"La fumigación puede ser efectiva en reducir la población adulta, pero no es tan efectiva contra otras formas del mosquito, como las larvas", comenta Carissa Etienne, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Muchos años de lucha contra el dengue han dejado otras iniciativas útiles contra el zika. En Perú, la bióloga Palmira Ventosilla creó en 1992 un insecticida a base de coco, yuca, espárrago y papa, que destruye las larvas del Aedes aegypti y de otros vectores como el Anopheles , que transmite la malaria.

El método, aprobado por la Organización Mundial de la Salud, ya se ha aplicado con éxito en Guyana, Honduras y en varias ciudades al norte de Perú. Ahora es requerido por Uganda y Mozambique.

En tanto, en Colombia se desarrolló un programa para liberar mosquitos transmisores con la bacteria Wolbachia, que anula la capacidad de transmitir enfermedades, un proyecto a cargo de la U. de Antioquia.

Iniciativas similares se han probado en Brasil y Panamá con mosquitos machos alterados genéticamente para que, al aparearse con las hembras, su descendencia muera en estado larvario.

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